Por Andrés Maza Casas, Director de Inversiones en GBM
Al hablar de inversiones, la diversificación es un tema recurrente. En línea con la vieja frase de no poner todos los huevos en la misma canasta, es importante que tu patrimonio no esté expuesto todo al mismo riesgo. Uno de los riesgos que todos tenemos es la moneda en la que están denominadas nuestras inversiones o activos.
Al vivir en México, todos estamos naturalmente expuestos al riesgo de moneda del peso. Para bien o para mal, en momentos en los que el peso se aprecia o se devalúa, la mayoría de nosotros tenemos nuestros ingresos denominados en pesos; activos importantes, como nuestras casas, también tienden a valuarse en pesos en la mayoría de los casos, y además de eso muchos de nosotros tendemos a ahorrar o invertir también en pesos.
Esto hace sentido, ya que también muchos de nuestros gastos están denominados en la misma moneda, por lo que parece que hay congruencia entre nuestras fuentes de ingresos y nuestros ahorros, y los gastos que tenemos que solventar. Sin embargo, muchos de los gastos que hacemos están ligados, directa o indirectamente, con el dólar.
Hay desde los gastos más evidentes, como viajes al extranjero (o inclusive a algunos destinos de México) o cursar estudios fuera del país, como una maestría en Estados Unidos. Pero también hay gastos que, aunque hacemos en pesos, en realidad están ligados al dólar; por ejemplo, comprar un nuevo celular, computadora o incluso un nuevo coche.
Todos hemos visto cómo los precios de muchos de estos artículos han aumentado poco a poco a largo de los últimos años en nuestro país. La razón es que son artículos fabricados en el extranjero o con componentes extranjeros, vendidos por empresas que tienen que traspasar al consumidor mexicano su base de costos en otras monedas, lo que aumenta los precios en México cuando el peso se devalúa.
Así, las devaluaciones del tipo de cambio tienden a traducirse en inflación en los meses o años siguientes a una caída en el valor del peso.
Una manera de cubrir estos riesgos es manteniendo una diversificación de nuestro patrimonio hacia otras monedas. Entre ellas, el dólar estadounidense tiende a ser la más utilizada porque tiene varias características atractivas.
Primero, en gran medida el dólar es la unidad de referencia de precios a nivel mundial. Es decir, muchos bienes en todo el mundo tienen precios fijados con base en el dólar, por lo que los costos de gran parte de artículos o servicios que se venden en todo el mundo tienden a estar relacionados al dólar, en mayor o menor medida.
Además, el dólar es una de las monedas que a nivel mundial es vista como un activo para resguardarse en tiempos de crisis o incertidumbre, particularmente contra monedas de otras regiones como países emergentes. Esto se ha visto varias veces a lo largo de las últimas crisis y recesiones a nivel mundial; ahora mismo se está viendo mientras atravesamos la pandemia del Covid-19.
Ahora, existen diferentes maneras de obtener esta exposición al dólar. La más básica es comprar dólares directamente en la ventanilla del banco; sin embargo, esta opción es poco eficiente y el tipo de cambio ofrecido por los bancos tiende a ser poco competitivo.
Otra manera de hacerlo es comprando fondos de cobertura cambiaria que ofrecen los diferentes bancos o casas de bolsa. En el caso de GBM está el GBMDOL, que invierte en instrumentos de deuda de corto plazo denominados en dólares, o el GBMUSD, que invierte también en instrumentos de deuda en dólares, aunque con un plazo más largo.
Quizá la manera más eficiente para obtener dólares es aprovechar los instrumentos disponibles en el mercado de valores, entre los que están ETFs como el SHV*, que invierte en bonos del tesoro de Estados Unidos, de plazo menor a un año, o el SHY*, que invierte igualmente en bonos del tesoro, pero con plazos de entre uno y tres años.
Al comprar esos instrumentos, básicamente lo que estamos haciendo es comprar dólares, con el rendimiento adicional que nos pudieran dar los bonos del gobierno de Estados Unidos. Puede verse como una inversión equivalente a comprar CETES o deuda del gobierno en México.
Finalmente, una manera indirecta de mantener una exposición al dólar americano es invertir en acciones de empresas que generen ingresos en dólares. De esta manera, un inversionista que busca obtener una diversificación en moneda puede lograrlo sin necesidad de mantener su dinero líquido.