Autor: Demetrio Sodi
López Obrador siempre estuvo en contra del Seguro Popular, como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, obligó a los senadores del PRD a votar en contra, a pesar de que en la reunión previa de la fracción se había aprobado por unanimidad votar a favor.
El día que se discutió el dictamen que creaba el Seguro Popular, llamó López Obrador y dio abiertamente instrucciones para que se votara en contra con el argumento de que no le convenía que se creara un seguro de salud que opacara el que había creado en la Ciudad de México.
No le importó que ese seguro fuese a beneficiar a la población de todo el país, le importaba más bloquearlo para no tener que coordinarse con la Federación para ofrecer un seguro de salud más amplio.
La mayoría de los senadores del PRD cambiaron el sentido de su voto y fueron en contra, sólo otro senador y yo votamos a favor, ya que no sólo era un compromiso con las demás fracciones parlamentarias, sino que estábamos totalmente de acuerdo con la nueva ley, ya que representaba un gran avance en materia de salud pública. Mantener mi compromiso y mi voto me confrontó una vez más con López Obrador y me llevó en las siguientes semanas a renunciar al PRD.
Ya como Presidente lo echó abajo y con ello un seguro de salud que beneficiaba a millones de mexicanos. Es cierto que había desvío de recursos en algunos gobiernos estatales, pero el Seguro Popular se iba consolidando y era una opción real para la gente mas necesitada.
El nuevo Insabi es una promesa más de López Obrador que no tiene soporte para convertirse en realidad. El Presidente es un gran “vendedor de ilusiones” y prefiere mentirle a la gente, que aceptar que para ofrecer medicinas, hospitales y atención médica gratuita a toda la población, se requiere el doble de recursos de los que actualmente se canalizan al sector.
Los países que han avanzado hacia la cobertura universal en salud tienen un gasto de 6% del PIB, México canalizará en 2020 sólo 2.5%, o sea, un presupuesto insuficiente para cumplir la promesa del Presidente. Dice que eliminando la corrupción se logrará el objetivo, pero igual que en otras promesas miente, ya que aun sin corrupción, el gasto en Salud seguirá siendo de 2.5% del presupuesto y no de 6% que se requiere.
Los primeros resultados de cancelar el Seguro Popular se están viendo y la improvisación para echar a andar el Insabi están afectando a la gente de menos recursos. La población sigue apoyando al Presidente porque piensa que el país va bien y no se da cuenta que estamos, como lo dice el exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, al borde del abismo en la economía y que el derecho a la salud que plantea el Presidente no tiene bases para salir adelante.
Más allá de las encuestas y la popularidad, el gobierno está funcionando mal y el país no va por buen camino, de seguir queriendo acabar con todo lo del pasado, como sucedió con el Seguro Popular, podemos acabar en una profunda crisis nacional.