Por GBMHomebroker
Conoce las diferencias entre los fondos de inversión y los ETFs, elige el que más se adapte con tus objetivos en tu estrategia de inversión.
Los fondos de inversión y los ETF pueden ser utilizados como una manera sencilla de invertir, conoce cómo funcionan y sus diferencias al incluirlos en un portafolio de inversión.
¿Qué son los fondos de inversión?
Los fondos de inversión son vehículos que toman el capital de varios inversionistas y lo invierten en una cartera de instrumentos acorde a la estrategia del fondo. Existen fondos de inversión enfocados a instrumentos de renta fija, variable o alternativos. Por lo general son de manejo activo; lo que quiere decir que la estrategia es operada por profesionales de inversión que están encargados de tomar las decisiones sobre en qué invertir; buscando lograr rendimientos superiores a los del mercado en general para los inversionistas del fondo.
¿Cómo funcionan los fondos de inversión?
Como ejemplo podemos tomar al GBMINT, un fondo cuya estrategia está enfocada en empresas del mercado estadounidense. El fondo entonces sólo puede tomar posiciones en compañías de ese mercado, sin embargo; el equipo que lo maneja decide específicamente en qué empresas invertir, buscando un rendimiento superior al de la bolsa de Estados Unidos.
¿Qué son los ETFs?
Los ETFs son similares a los fondos de inversión, aunque tienen algunas diferencias. Un ETF (Exchange Traded Fund, por sus siglas en inglés); es un fondo de inversión que está listado en una bolsa o mercado.
De esta manera, los ETFs se pueden comprar o vender como si fueran una acción; a diferencia de un fondo de inversión común que se compra fuera del mercado, directamente a un banco o casa de bolsa.
¿Cómo funcionan los ETFs?
Al igual que los fondos de inversión, los ETFs toman los recursos de los inversionistas y los invierten en una cartera de instrumentos, y también cuentan con la flexibilidad de invertir en distintas clases de activos.
Por ejemplo; existen ETFs que invierten en acciones de algún país o alguna industria, otros que invierten en instrumentos de deuda y algunos que invierten en otros tipos de activos, como materias primas.
Estos tienden a ser de manejo pasivo; es decir que intentan replicar de manera idéntica el desempeño de un índice de referencia, sin buscar obtener rendimientos superiores; pero evitando así también el riesgo de obtener rendimientos inferiores.
Unos ejemplos pueden ser el NAFTRAC que invierte en el IPC, el cual incluye a las 35 principales empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores, o el VOO que invierte siguiendo al S&P500 de Estados Unidos, que toma a las 500 empresas más grandes en capitalización de mercado de ese país.
El hecho de que los ETFs suelan seguir estrategias pasivas tiene otra consecuencia: al ser un producto más sencillo de gestionar, por lo general un ETF tiene en un costo de administración más bajo que el de un fondo de inversión.
Es importante no sólo fijarse en eso, ya que el costo total de operar un ETF incluye también las comisiones de compraventa y el spread de cada operación, pues los ETFs son productos bursátiles que se operan en bolsa, durante todo el día, a su precio de mercado.
Por otro lado, los fondos de inversión se compran y venden directamente a la operadora del fondo, al precio del día en curso, que proviene del valor neto del fondo calculado al cierre del día.
Conclusión
Ambos instrumentos pueden facilitar la administración de tu portafolio, ya que puedes encontrar en éstos un medio que replique la exposición que estás buscando. Por ejemplo, puedes utilizar estos instrumentos para invertir en renta variable, deuda, o activos alternativos.
Dentro de éstos, puedes elegir invertir en una región en específico, como Europa, Japón, mercados emergentes, etc. O en acciones de empresas de algún sector en específico, como tecnología, industriales, aeroespacial, entre otros.
Existen incluso algunos que eligen acciones con base en sus características, llamadas factores, como valor, calidad, tamaño, volatilidad, momentum o algún otro.
Del lado de renta fija, también existe una gran variedad de productos, con exposición a bonos grado de inversión, o bonos de distintas duraciones, bonos corporativos o gubernamentales, etc.
Por último; también pueden brindarte exposición a instrumentos alternativos, como podría ser invertir en materias primas, FIBRAS, etc. En conclusión, entre estos dos instrumentos podrás encontrar prácticamente cualquier estrategia de inversión.
Con una oferta tan amplia, recomendamos que antes que nada definas muy bien qué es lo que estás buscando para tu portafolio. Es importante considerar que el universo de inversiones es muy grande, por lo que no debes de enfocarte únicamente en un mercado o clase de activo en particular; diversificar tu portafolio es muy importante.