Muy cerca de la Condesa, en la Colonia Roma, hay una gasolinera en la esquina de Avenida Yucatán y la calle de Coahuila, que ya vende la gasolina a 14.89 pesos por litro. Varias más ya están debajo de los 15 pesos, de acuerdo con la CRE.
En otros días, eso sería una buena señal. Por primera vez, el mercado hace justicia al consumidor que tiene más dinero para otras compras, y aumenta la accesibilidad a la energía, lo que amplía las ganancias de taxistas y de otros quienes transportan a la gente.
El problema es que la rebaja surgió en tiempos de guerra y no hay quien le haga la parada a los choferes. En esta batalla contra el coronavirus, los mexicanos atrincherados pierden empleos y changarros por miles, a diario.
El precio de la gasolina todavía puede bajar más y eso es aún más complicado para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y para los mexicanos.
No hay en dónde poner gasolina que nadie quiere.
La empresa de logística estadounidense Kinder Morgan está “llenando rápidamente” sus depósitos de almacenamiento de productos refinados a medida que la demanda de combustible se desploma hasta un 45 por ciento este mes, comunicó la compañía.
La consultora Argus reporta que el precio del servicio de transporte de hidrocarburos en barco se elevó a un nivel no visto al menos desde 2014, cuando inició sus propios registros. Esas naves se convirtieron literalmente en bodegas flotantes.
Hay reportes aún no confirmados de embarcaciones en aguas mexicanas en espera de descargar combustibles comprados con anterioridad, pero que no tienen en dónde dejarlo.
Un distribuidor mayorista relevante en México me indicó que la caída nacional en la demanda de gasolina es del 60 por ciento con respecto al consumo habitual de este mes y de 40 por ciento en el caso del diésel.
Literalmente, sus coches sin gasolina, los de ustedes, resultan hoy una potencial solución para guardar gasolina que no encuentra lugar.
Todo lo anterior está encendiendo un cóctel molotov para las finanzas públicas.
Pemex vende menos gasolina, justo cuando sus deudas aumentan debido a su pérdida de grado de inversión. La Secretaría de Hacienda cobrará por esa vía quizás la mitad del IEPS que debería cobrar este mes y el que sigue.
Las tiendas en centros comerciales y en las avenidas están cerradas o vacías y sin ventas no hay cajas abiertas, por tanto no hay ganancias o renta y resulta ilógico cobrarles ISR. Tampoco pagarán Impuesto al Valor Agregado o IVA cuando no están vendiendo algo a lo que le añadan valor.
El gobierno pronto reportará que falta dinero y como ya avisó el presidente, echará mano de los ahorros que, lo que son las cosas, dejaron administraciones anteriores en las arcas públicas.
Ayer, la administración lopezobradorista debió salir al mercado a pedir prestado y acomodar el gasto para lo que dé. Por lo pronto, no hay de otra.
Expertos en finanzas públicas me advierten del faltante de recaudación que puede aproximarse con una potencial caída anual del PIB cercana al 10 por ciento en la economía. Significaría una baja de entre 240 mil y hasta 360 mil millones de pesos.
Considera dos escenarios: la ortodoxa fórmula de estimar 20 mil millones de pesos por punto porcentual perdido del PIB, pero en un caso extremo, hasta 30 mil millones por las condiciones peculiares de esta crisis. Este gobierno esperaba que la economía creciera 2 por ciento este año y las proyecciones de analistas se acercan a una catástrofe de desplome de menos 10 por ciento. Puede tratarse pues, en un caso extremo, de una diferencia de 12 puntos porcentuales. Hagan cuentas.
El presidente informó que las coberturas petroleras contratadas podrían pagar 6 mil millones de dólares, equivalentes a 150 mil millones de pesos al día de hoy. Parece que eso no alcanza para cubrir el hueco. Urge honestidad: el gobierno debe dejarse ayudar y actuar rápida e inteligentemente. Los mexicanos, prepararse para una era de muy posible escasez.