Qué aprendimos del Covid-19

Qué aprendimos del coronavirus

Armando Guzmán

Primero que el mundo no debe depender tanto de China. Aunque hoy necesitamos aprender deprisa cómo los chinos apagaron dentro de su país, la mayor emergencia sanitaria en todo el planeta en más de un siglo.

El gobierno chino para contenerla usó el poder del Estado y con medidas draconianas selló la provincia de Hubei por casi un mes.

En Estados Unidos, durante el fin de semana, el presidente Donald Trump sugirió hacer lo mismo en tres estados que aquí comparten lo más fuerte de la crisis; Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut y los gobernadores se le echaron encima. China no sugirió, sino que ordenó y restringió el movimiento de más de 50 millones de sus ciudadanos por más de un mes. Bloqueó caminos, cerró aeropuertos y la operación de trenes y transporte público. 

La pandemia es inevitable y México necesita usar las lecciones aprendidas por los demás.

La más importante, producir rápidamente máscaras, guantes y otros equipos de protección médica. Si los trabajadores de la salud no pueden mantenerse saludables, el resto de la respuesta médica colapsará. 

En Italia, España y ahora en Estados Unidos, las reservas de equipo médico de protección han sido tan bajas que el personal de clínicas y hospitales fue forzado a reutilizar máscaras y guantes, pero el público donó su tiempo y los materiales y la gente cosió máscaras caseras para médicos y enfermeras. 

México necesita usar el poder del Estado; Trump, el viernes usando una vieja ley de tiempos de guerra ordenó a las armadoras estadounidenses de automóviles fabricar equipos médicos a gran escala. En México la capacidad industrial extranjera es enorme, hay que usarla para salvar a los mexicanos, pero el gobierno necesita ordenarlo. Con la crisis encima, el gobierno está obligado a gastar lo que sea para salvar las vidas de la gente.

Según el gobierno en México hay 6,175 ventiladores para ayudar a la respiración, sin embargo hay 127 millones de mexicanos. 

Las cuarentenas no se podrán evitar.

Porque no en todas partes la pandemia y la infección pegarán con la misma fuerza, y la única forma de evitar contagios y muertes masivas es separando y aislando a la gente. La Santa Distancia funciona.  

La enorme crisis de salud terminará y una nueva y enorme crisis económica comenzará.

México necesita un plan de emergencia económica. La gente al no poder trabajar dejará de producir y de tener dinero.  

Por eso, la emergencia en Estados Unidos hizo ilegal por los próximos tres meses:

* Desalojar de sus hogares a quienes no paguen la renta o la hipoteca. 

* Reportar negativamente el crédito de quienes no puedan pagar a tiempo.

* Embargar a un deudor.

* Embargar automóviles de quien no pague a tiempo.

Conclusión: lo anterior son realidades que con gran urgencia todos los mexicanos necesitan valorar en este momento porque en cuestión de días, habrá serios conflictos si las reglas de juego no están firmemente en su lugar.

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