Por Gabriela Rivera
@gabs_07
El nuevo etiquetado es claro en la Coca-Cola: tiene exceso de calorías, exceso de azucares, contiene edulcorantes y cafeína, por lo que este producto no es recomendable para que lo consuman los niños.
Con las etiquetas hexagonales netas que exige la NOM-051 aparecieron las botellas y latas de los productos de Coca-Cola la semana pasada, a fin de dar cumplimiento al mandato de la nueva legislación.
Pese a los cambios en sus productos, la empresa no se ha dado por vencida: este jueves anunció a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que espera la resolución de un amparo interpuesto en marzo pasado, de acuerdo con una publicación de El Universal.
“La Compañía ha promovido un juicio de amparo en contra de esta reforma, la cual se encuentra pendiente de resolución. La Compañía no puede asegurar que esta reforma no tendrá efecto adverso en su negocio y en los resultados de sus operaciones en México”, dijo la empresa en un comunicado enviado a la BMV.
Esto se suma a otros que interpusieron distintas empresas productoras alimentos procesados —Grupo Bimbo, Unilever, Coca-Cola Export Corporation, Mondelez, Jugos del Valle, Corporación del Fuerte y Hershey de México— para evitar que se aplique la norma a sus productos.
Las compañías esperan que los jueces suspendan la obligatoriedad de las etiquetas hexagonales en los alimentos procesados antes del 1 de octubre, cuando la norma entra en vigor y todas las empresas deben cumplir con el nuevo etiquetado.
Sin embargo, hasta ahora ningún juez ha querido suspender la aplicación, provisional o definitiva de la norma, por lo que todos los productos han tenido que cambiar sus envases y agregar los hexágonos con la información sobre su contenido nutrimental.
La guerra con el refresco de Cola
La pandemia de coronavirus puso en evidencia el problema de salud que tenemos en México: datos de la Secretaría de Salud señalan que siete de cada 10 mexicanos fallecidos por COVID-19 padecía también hipertensión, diabetes u obesidad.
Ante esta situación, el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y los investigadores han exigido que se aplique la NOM-051 y que se reduzca el consumo de comida chatarra entre la población, pero sobre todo el de bebidas azucaradas y refrescos.
La Coca-Cola es el refresco favorito de los mexicanos y cada ciudadano consume en promedio 163 litros anuales. Sin embargo, datos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (Conacyt), en Chiapas se consume hasta cinco veces más que en el resto del país y los niños de seis meses de nacido ya toman esa bebida a tan corta edad.
Sin embargo, el consumo de este producto supera cualquier cantidad permitida de distintas sustancias que contienen los alimentos procesados, según la radiografía elaborada por El Poder del Consumidor:
- 12.5 cucharadas de azúcar, que equivale 225% de la cantidad recomendada para un adulto y 420% más del azúcar que un niño debe consumir en un día.
- 119 gramos de sodio que ayuda a disminuir el sabor dulce la bebida.
- 130 ug de edulcorante Caramelo IV que representa más del 800% de lo recomendado, y que está identificado como un factor de cáncer.
Además contiene “azucares” que pueden ser jarabe de maíz o jarabe de maíz de alta fructosa, así como “concentrados Coca-Cola!, que nadie sabe qué contienen exactamente.
Ante los señalamientos, la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) aseguró que el problema de la obesidad es multifactorial y no existe un culpable único.
“La población mexicana tiene un exceso del 30% y 60% en su consumo energético. De acuerdo con un estudio de IPSOS, el 80% de los mexicanos están consientes de la importancia de una dieta balanceada pare mantener una mejor salud. Sin embargo, su dieta se compone en un 89% por el alto consumo de carbohidratos y grasas. Y hay que resaltar que, se reconoce que, de acuerdo con la FAO, solo el 5.8% de las calorías que consumen diariamente los mexicanos provienen de las bebidas saborizadas”, dijo la asociación en un comunicado.