Por Gabriela Rivera
La época de cambios ha llegado a Estados Unidos. Decenas de políticos representantes de las minorías en esa nación han ganado las elecciones realizadas el 3 de noviembre pasado, cambiando así la configuración de un gobierno en el que prevalecían los hombres blancos.
Desde las elecciones intermedias —ocurridas hace dos años— las candidaturas ya habían mostrado el mosaico cultural que tiene Estados Unidos con los distintos grupos raciales: latinos, afroamericanos y musulmanes; así como la diversidad sexual, que cada vez tiene más presencia: trans, gays y lesbianas.
En esta ocasión se sumaron las representantes de los pueblos originarios de Estados Unidos, quienes ganaron espacios importantes.
Estas victorias reflejan millones de votos que dejaron de lado la exclusión que ha representado Donald Trump en los últimos 4 años y “se me multiplicaron las victorias que hacen pensar que Estados Unidos sigue teniendo un futuro pluriétnico y multicultural promisorio, impulsado por votantes incluyentes, alejados de las ataduras del esencialismo y el odio”, escribe Alejandro Poiré este sábado en su columna.
La diversidad comienza con Kamala Harris, virtual ganadora de la vicepresidencia y compañera de fórmula de Joe Biden, quien es de origen afroamericano y será la primera mujer en ocupar en ese puesto.
Igual de importante es la reelección de “El Escuadrón” en el Congreso estadounidense y que es un grupo de 4 mujeres demócratas que vienen de distintos grupos raciales, pero que tienen en común una serie de ideas progresistas que ayuden a mejorar la calidad de vida de sus representados.
Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib, Ayanna Pressley e Ihlan Omar vencieron por segunda ocasión a sus oponentes republicanos en las urnas en los distintos estados que representan.
Ocasio -Cortez es la congresista más joven —con apenas 29 años—, es latina y representa al estado de Nueva York. Tlaib es una ciudadana estadounidense de padres paleistinos, que abiertamente a criticado a Israel, uno de los aliados de EEUU. Pressley es afroamericana, tiene 45 años y ha trabajado más de una década en la política, defendiendo siempre a los migrantes. Omar es una joven originaria de Somalia que llego a Estados Unidos como refugiada y obtuvo la ciudadanía.
Durante los últimos dos años, El Escuadrón se ha enfrentado a Trump en distintas ocasiones, y más de un tuit del mandatario ha sido para descalificar el trabajo que hacen estas mujeres. Sin embargo, en los últimos meses, la lucha ha sido más encarnizada y otros congresistas se han enfrentado con ellas, lo mismo que los simpatizantes de Trump
Cori Bush también se ha sumado al Congreso en esta elección, al ser la primera mujer afroamericana en representar al estado de Misuri, lo que representa un signo de transformación para este estado
Los pueblos originarios sumaron representantes en el Congreso, y coincide también que son mujeres. Deb Haaland, originaria del Pueblo de Laguna, logró la reelección para representar al estado de Nuevo México, y para este periodo estará acompañada de Teresa Leger Fernandez, quien es latina.
Por el partido republicano estará Yvette Herrell, perteneciente a la nación Cherokee, y quien también es representante de Nuevo México. Mientras que en Kansas ganó Sharice Davids, de la nación Ho-Chunk
Las mujeres trans también llegaron a puestos importantes. Sara McBride, de 30 años, consiguió ser la primera senadora transexual elegida de Delaware, la primera senadora trans y la más alta funcionaria transexual de Estados Unidos.
Mientras tanto, en Vermont, Taylor Small de 26 años, se convirtió también en la primera representante transgénero del estado, obteniendo el 43% y el 41% de los votos en sus dos distritos.
Las mujeres están alcanzando espacios que hasta hace unos años parecían complicados de lograr. A esto se suma, que estas mujeres además representan a minorías que cada vez tienen más voz y poder dentro de Estados Unidos.
De hecho, se estima que lo que ahora consideramos minorías, se volverán mayorías étnicas dentro del territorio de Estados Unidos en 2060, de acuerdo con un análisis de la Oficina del Censo de aquel país.
Pero no solo las mujeres hicieron historia. La diversidad sexual también ha ganado espacios en esta elección.
En Nueva York, Ritchie Torres y Mondaire Jones, ambos demócratas, ganaron a sus oponentes republicanos, convirtiéndose en los primeros hombres negros abiertamente homosexuales en ser elegidos al Congreso. En Tennessee, el republicano Eddie Mannis, otro político abiertamente gay ganó un escaño en el Congreso por el partido de Trump.
El Fondo de Victoria LGBTQ, que recluta y apoya a candidatos LGBTQ, señaló que después de estas elecciones los estados de Alaska, Louisiana y Mississippi son los únicos que no han elegido un candidato perteneciente a la comunidad LGBTQ.
En Georgia, la demócrata Kim Jackson, una defensora de la justicia social lesbiana, se convirtió en la primera persona LGBTQ en ganar un escaño en el Senado estatal. Shevrin Jones, un exrepresentante estatal gay, logró la misma hazaña en el Senado de Florida. En Nueva York, Jabari Brisport, un profesor de matemáticas gay, se convirtió en la primera persona de color abiertamente LGBTQ elegida para la legislatura y en Oklahoma, Mauree Turner, una demócrata que es negra, musulmana y se identifica como no binaria, ganó un escaño en la Cámara estatal.