La Ciudad de México se prepara para recibir la edición número 51 de la Feria de la Alegría y el Olivo, un evento gastronómico que destaca por honrar el valor nutricional y la versatilidad del amaranto, una semilla tradicional de gran importancia en la cultura mexicana.
¿En dónde se realizará?
En esta ocasión, la cita será del sábado 3 al domingo 18 de febrero de 2024, en la Plaza Quirino Mendoza y Cortés, sobre la calle Josefa Ortiz de Domínguez esquina con Belisario Domínguez, a un costado del mercado de Tulyehualco en la alcaldía Xochimilco. Para facilitar el acceso, el gobierno de la CDMX ofrece opciones de transporte público desde el Deportivo Xochimilco, brindando una conexión cómoda y directa que dura aproximadamente 45 minutos.
Otra alternativa para llegar a la feria es tomar un camión desde las estaciones de Taxqueña o General Anaya con destino a Tulyehualco, proporcionando así una opción adicional para aquellos que se desplazan desde diferentes puntos de la ciudad.
Oferta gastronómica y productos destacados
La Feria de la Alegría y el Olivo reunirá a unos 100 productores nacionales que exhibirán y comercializarán productos elaborados a partir del amaranto. Entre las delicias que los asistentes podrán disfrutar se encuentran churros de amaranto, palanquetas, barras de amaranto, obleas, panqués, atole, tamales, y más.
Este año, una de las atracciones principales será la preparación de una alegría gigante, elaborada con amaranto tostado, miel de abeja, piloncillo y otras semillas. Además de los productos derivados del amaranto, Tulyehualco también destaca por su producción de aceitunas. Durante la feria, los visitantes podrán adquirir aceites de olivo, aceitunas y otros productos que resaltan las cualidades de este fruto.
Historia y significado del amaranto
La semilla de amaranto, conocida como huauhtli en tiempos aztecas, era valorada no solo por su riqueza nutricional sino también por su significado cultural y ceremonial. Civilizaciones como los aztecas, incas y mayas reconocían la importancia del amaranto, asignándole propiedades sagradas y utilizándolo en rituales y ofrendas.
Durante la época prehispánica, los aztecas dedicaban miles de hectáreas exclusivamente al cultivo del amaranto, y veinte provincias entregaban tributo anual al rey azteca con esta valiosa semilla. Además de su resistencia a las sequías y su utilidad comercial, el amaranto era parte fundamental de la dieta de los guerreros aztecas, asociándose con el sol y considerándose un elemento sagrado.
La Feria de la Alegría y el Olivo se erige como un homenaje a esta semilla ancestral que ha perdurado en la cultura y la gastronomía mexicana, promoviendo su consumo y destacando su importancia histórica y nutricional.
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Con información de Infobae
