No es un criminal ni un espía con secretos trascendentales. No ha presenciado hechos ilícitos ni portado información prohibida. Sin embargo, lleva décadas siendo el personaje más buscado en todo el mundo. Hombres, mujeres, niños y abuelos de todo el mundo lo persiguen sin cesar. Todos van en su busca, a pesar de su apariencia común: jersey a rayas, gorra y vaqueros. Detrás de este aspecto cotidiano, se oculta un talento único: la habilidad de viajar siempre a lugares abarrotados. Él es Wally.
Hace 37 años, en 1986, su padre, el artista Martin Handford, lo dibujó por primera vez en una esquina de una plaza. Desde entonces, millones de entusiastas lectores se divierten buscándolo en todas partes: en la playa, el estadio, Hollywood y hasta en la prehistoria, en su nueva aventura “¿Dónde está Wally? En busca de la nota perdida”.
En la primera doble página de su nueva aventura, encontrar a Wally en medio del asedio a un castillo sigue exigiendo una placentera mezcla de tiempo y concentración. Y eso es solo el principio, ya que también debemos buscar a Wenda, el mago Barbablanca, Odlaw y al escurridizo perro Woof, del que solo se vislumbra el rabo. Además, hay episodios y personajes extraños que rodean a los protagonistas, desafiando a los seguidores a encontrarlos.
Pero la trascendencia de Wally va más allá de las páginas de sus libros. Se ha convertido en un auténtico imperio que abarca series animadas, videojuegos, tazas, camisetas y hasta encuentros masivos de aficionados disfrazados de Wally. En diferentes países se le conoce con nombres como Charlie, Ubaldo, Waldo, Jura o Willy, aunque su nombre original proviene del inglés y evoca a alguien que dice o hace algo torpe o absurdo.
El arte de Martin Handford, aunque aparentemente sencillo, exige una meticulosa atención al detalle. Cada doble página le lleva aproximadamente ocho semanas de trabajo, empezando con una lista de gags que quiere incluir y enriqueciéndola a medida que avanza. Esta dedicación y pasión han hecho de Wally un fenómeno global, un mito que persiste y conquista generación tras generación.
Martin Handford se ha mantenido en un discreto segundo plano, al igual que su personaje icónico. Su vida se ha centrado en su trabajo, en su pasión por la ilustración y en la creación de un universo que ha encantado a millones de personas alrededor del mundo. Aunque se sabe poco de su vida personal, su obra ha hablado por él, trascendiendo barreras culturales y generacionales.
Más allá de la diversión que proporciona encontrar a Wally en las complejas ilustraciones, la obra de Handford tiene un valor educativo. Para el creador, lo fundamental de sus libros es el carácter didáctico que ayuda a los pequeños a agudizar su percepción visual.
Sin embargo, hay más detalles curiosos sobre Wally y su creador que han marcado un lugar especial en el corazón de los fans:
Wally ha dejado una huella imborrable en la cultura popular, desafiando la percepción y la paciencia de sus seguidores. Martin Handford, a través de su ingenio artístico, logró convertir la búsqueda de Wally en un fenómeno global, recordándonos la simplicidad de la diversión visual.
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Con información de El País y Sleepdays.com
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