Los abuelismos o agüelismos son palabras y frases que seguimos escuchando de personas adultas mayores y que nosotros también usamos a diario.
Quién quita y …
Seguro que en tus reuniones familiares sigues escuchando frases peculiares que personas mayores como abuelos, tíos o tus padres dicen para referirse a cierta situación o circunstancia. Son dichos o palabras que ilustran con mayor precisión una emoción, experiencia o sentir que las expresiones “formales” y que, además, todos pueden entender de manera inmediata porque forman parte de nuestra cultura.
Aunque constantemente se adoptan nuevas frases y se actualiza el vocabulario, este tipo de juego de palabras tiene un nombre en particular: “abuelismos”.
Paulina Landeros, maestra en Lingüística Hispánica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), precisa que el lenguaje es algo vivo y en constante cambio. Las redes sociales, por ejemplo, han cambiado la lengua debido a que los hablantes hacen constantes ajustes lingüísticos de acuerdo con sus necesidades.
“Internet ha modificado mucho el lenguaje porque el uso de los emoticones puede cambiar completamente el sentido de una oración. No se tienen que decir cosas, los emoticones ahorran tener que decir cosas, porque uno puede apoyarse en este tipo de recursos para dar un mensaje”.
Paulina Landeros, maestra en Lingüística Hispánica de la UNAM.
¿Qué tantos abuelismos conoces?
Para probar tu nivel de cultura popular, te ponemos una lista de los abuelismos más populares y su referencia, pero no son todos pues también pueden variar o aumentar dependiendo de la región del país donde se usen.
- Achichincle. Acompañante incondicional, también es un ayudante y adulador.
- Achicopalarse. Depresión, agobio, aflicción temporal.
- Argüende. Murmuración falsa, chisme, intriga.
- Borlote. Escándalo, gritería, desorden, tumulto.
- Chicho. Dícese de aquel que se veía, suponía o era muy valiente, sabiondo, bravucón, bueno para los trancazos.
- Chochear. Dar el viejazo, comenzar con las conductas seniles.
- Cotorrear. Plática bastante animada entre amigos.
- Chilpayate. Expresión equivalente a niño, chamaco, morrito.
- De pipiripao. Equivalente a mediocre.
- Desconchinflada. Artefacto descompuesto, que ya ni dándole un golpe funciona.
- Desguanzada. Que ya dio lo que tenía que dar, que todo está agotado.
- El pipirín. Manera de nombrar a la comida, la hora de llenar la muela.
- Endilgar. Atribuirle algo desagradable a alguien.
- Enyerbado. Brujería con hierbas para atrapar al novio, esposo o amante.
- “Gonzalitos”. Responsable y humilde empleado de gobierno que asume sus obligaciones oficinistas con alegría. Es el abuelo del actual “Godínez”.
- Gorrón. Sinvergüenza que nunca paga sus cuentas o coopera para la causa.
- Granjear. Hacer méritos para ganarse la voluntad de otros.
- Guateque. Fiesta donde se come, bebe y baila alegremente.
- Hacer de tripas corazón. Esfuerzo grande, aguantar, seguir de pie y resistiendo.
- Itacate. Provisión de comida para el largo camino y que es parte de los alimentos de la fiesta, la reunión, la pachanga.
- Mal paso. No resistir a la tentación de la “carne” prenupcialmente.
- Mitote. Fiesta casera, la palabra proviene del náhuatl mitotl, una danza practicada por los aztecas en la que los participantes se adornaban vistosamente.
- Muina. Rabieta, un enfado, un enojo. Existió el verbo «amuinar».
- Ni fu ni fa. Indecisión plena, ambigüedad pura, también utilizada para expresar falta de importancia.
- Ni yendo a bailar a Chalma. Carencia de toda esperanza para remediar algún mal, es decir, ya valió. Y es que al pueblito ubicado en el estado de México peregrinaban los indígenas para bailarle a Tezcatlipoca también conocido como Oztétotl o Dios de la Cueva- y obtener favores de él.
- Quién quita y… Posibilidad, probabilidad de que suceda, casi casi un volado.
- Patatús. Enfermedad emocional y psicosomática empleada para el chantaje, era la palabra de la premonición al mareo y el desmayo por un acto aventurero ajeno.
- Pelmas. Abreviatura de pelmazo, lento, poco preocupón, desobligado, flojo, el clásico ai’ se va.
- Prángana. Él sin dinero, sin oficio y sin beneficio, holgazán, pues.
- Sanseacabó. Expresión enfática que da por terminado un asunto.
- Sarampahuilo Ingenuo, tonto, lerdo, poco avispado, que fácilmente lo hacen pato. Se le cuelga el milagrito al azorrillado y se le dice Compa’ Sarampis.
- Soponcio. Mareo de las abuelitas y mamás preocuponas
- Sulfurarse. Exaltarse, cuando la sangre sube a la cabeza.
- Tanganito. Chaparro, corto de piernas o de cuerpo.
- Tilico. Flacucho, casi esquelético.
- Tirria. Mala voluntad hacia alguien, tirándole al odio.
- Traqueteo. Muchas veces el mismo camino y se notan las marcas del tiempo andado.
- Vaquetón. Palabra para señalar al “ni-ni” del siglo pasado.
- Zangolotearse. Moverse de manera continua y violenta.
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Con información de El Sol de México.