La expectativa era que el Premio Nobel de Medicina 2022 fuera otorgado a los tres científicos que desarrollaron la vacuna contra Covid-19.
El Premio Nobel de Medicina 2022 fue para el genetista Svante Pääbo
Para este 2022, la expectativa era que tres de los descubridores de la vacuna del Covid-19: Katalin Karikó, Drew Weissman y Robert Langer, fueran los ganadores del Nobel de Medicina. Sin embargo, el galardón fue para el genetista evolutivo Svante Pääbo.
Explorador del ADN prehistórico recibe Premio Nobel de Medicina
— DW Español (@dw_espanol) October 3, 2022
El sueco Svante Pääbo logra el galardón por la secuenciación del genoma de los neandertales y la creación de la paleogenómica. /cq#DWNoticias pic.twitter.com/R7Ll94hTbk
Robert Langer descubrió la tecnología del ARN mensajero (ARNm) para el tratamiento y la prevención de múltiples patologías gracias a sus investigaciones desarrolladas en los 90 y 2000. Mientras que Katalin Karikó y Drew Weissman usaron dicha tecnología para combatir la pandemia de Covid.
La lista de nominados se mantiene en secrecía, pero no hay razones para suponer que no hubiesen sido considerados. Además, el no haber ganado el premio este año quiere decir que ya no puedan hacerse acreedores a él, ya que es habitual entregar el reconocimiento años o décadas después de la aportación al campo en cuestión.
¿Por qué la vacuna merece el Premio?
Todas las vacunas del coronavirus desarrolladas para combatir el Covid-19 han salvado millones de vidas. Sin embargo, fueron las producidas en Pfizer-BionTech y Moderna las que se basaron en la tecnología del ARN desarrollada por Langer en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Karikó, desde BionTech, y Weissman, desde la Universidad de Pennsylvania, fueron quienes materializaron la primera vacuna del coronavirus basada en esta tecnología.
La relevancia del ARN radica en que es la molécula que instruye a los ribosomas (fábricas de proteínas de las células) producir proteínas concretas. Esto permite que las células sinteticen la proteína que se requiera, desde alguna cuya carencia esté provocando una enfermedad, hasta una proteína propia de un virus que haga creer al sistema inmunitario que se ha producido una infección.
Varios estudios en marcha utilizan la tecnología del ARNm en nuevas técnicas de inmunoterapia contra el cáncer, vacunas contra el VIH o parásitos como la malaria.
Con información de Hipertextual.