En el 54 aniversario de la fundación de Cancún como el importante destino que ahora es, te contamos la curiosa historia sobre cómo buscó promover el gobierno mexicano el turismo en el Caribe.
¿Por qué cambiaron sus nombres?
Volkswagen ha dejado una huella indeleble en el mercado automotriz mexicano con modelos icónicos como el Jetta y el Golf, pero pocos conocen la intrincada historia detrás de sus nombres originales: Caribe y Atlantic. En los años 70 y 80, Volkswagen introdujo en México el Golf bajo el nombre de “Caribe” en 1974, seguido por el Jetta como “Atlantic” en 1981. No fue hasta la segunda generación de ambos modelos que recuperaron sus nombres originales.
La leyenda detrás de este cambio de nombre revela una estrategia de mercadotecnia singular. Se dice que el presidente electo de la época, Luis Echeverría, solicitó personalmente a la mesa directiva de Volkswagen el cambio de nombre como parte de una estrategia para promover el turismo mexicano y destacar la importancia económica de ciertas regiones del país.
Se dice que, tras una negociación económica favorable, Volkswagen aceptó el cambio de nombre como una manera de promover destinos turísticos específicos. El Golf se convirtió en el “Caribe” en honor a la región del mismo nombre, mientras que el Jetta se transformó en el “Atlantic” en referencia al puerto de Veracruz, destacando su relevancia económica en la década de los 80.
Los beneficios económicos de este acuerdo
Este peculiar acuerdo no solo promovió el turismo y el desarrollo económico de ciertas regiones, sino que también posicionó a México en el escenario internacional como un socio estratégico para una de las mayores armadoras de automóviles del mundo.
Además, la asociación entre los modelos Caribe y Atlantic y la promoción turística resultó en una serie de beneficios comerciales adicionales. En 1975, México organizó un recorrido con países vecinos para promover el turismo en la región del Caribe nacional, impulsando la creación de la Naviera Multinacional del Caribe y facilitando acuerdos comerciales, como la venta de petróleo a países en el acuerdo de San José.
Así, los modelos Caribe y Atlantic no solo dejaron su marca en el corazón de los mexicanos como vehículos emblemáticos, sino que también se convirtieron en símbolos de una estrategia ingeniosa que combinó promoción turística, diplomacia y comercio internacional.
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Con información de El Universal.
