Morena y partidos aliados en el Congreso de la Ciudad de México “tronaron” la sesión donde se decidiría la ratificación o no de Ernestina Godoy en su cargo como fiscal al saber que no contaban con los votos necesarios. La ratificación de la fiscal sigue en suspenso. Sin embargo, las críticas y cuestionamientos en su contra son abrumadores, lo que hace que su continuidad en el puesto sea incierta.
La figura de Ernestina Godoy, fiscal general de la Ciudad de México, se ha convertido en el epicentro de una intensa controversia que cuestiona no solo su capacidad profesional, sino también su imparcialidad, la integridad de su oficina y la procuración de justicia bajo la influencia de la ideología de la Cuarta Transformación (4T). Además, su gestión ha sido empañada por acusaciones de espionaje político, lo que ha generado una creciente desconfianza en su liderazgo y un clamor generalizado en contra de su ratificación en el cargo.
Desde su asunción al cargo de fiscal general, Ernestina Godoy ha enfrentado duras críticas por su falta de profesionalismo y competencia en el ejercicio de sus funciones. Caso tras caso, su actuación ha sido cuestionada por no estar a la altura de las demandas de la justicia y la seguridad en la capital mexicana.
Uno de los puntos más críticos de su gestión es la acusación de inventar delitos y llevar a cabo persecuciones políticas. La detención de personas sin pruebas sólidas y la utilización de su cargo para fines políticos han socavado la credibilidad de la fiscalía y han dejado en claro que la imparcialidad y la justicia son sacrificadas en aras de agendas ideológicas.
La percepción de que la fiscalía de Godoy actúa bajo la influencia de la ideología de la 4T ha erosionado aún más la confianza en su capacidad para impartir justicia de manera imparcial. La búsqueda de una justicia que responde a los intereses políticos en lugar de los principios legales fundamentales ha provocado que su liderazgo sea cuestionado de manera generalizada.
Los informes de espionaje político por parte de la fiscalía, dirigidos a opositores políticos, han generado indignación y alarma. La falta de transparencia en estas prácticas y la negación inicial de los hechos plantean preguntas sobre la integridad y la ética en su liderazgo.
La gestión de Ernestina Godoy como fiscal general de la Ciudad de México ha estado marcada por un cúmulo de cuestionamientos y controversias que ponen en duda su idoneidad para ocupar el cargo. Su falta de profesionalismo, la percepción de imparcialidad sesgada, la invención de delitos por motivos políticos y las acusaciones de espionaje político son solo algunos de los motivos que hacen que su ratificación sea objeto de un escrutinio cada vez más severo y crítico por parte de la sociedad y la oposición y por eso es pertinente recordar los casos más emblemáticos donde la capacidad e idoneidad de la aún fiscal ha sido, en el menor de los casos, muy dudosa:
La tragedia de la Línea 12 del metro, que cobró la vida de 26 personas, ha sido una de las principales manchas en la gestión de Godoy. A pesar de más de dos años de investigaciones, la fiscalía no ha citado a declarar a figuras clave como Florencia Serranía o la exregenta Sheinbaum, y ha ignorado a las víctimas.
El choque de trenes en la Línea 3 del metro en enero de 2023 dejó una persona fallecida y 106 heridos, pero la fiscalía no ha llevado a cabo una investigación adecuada. Además, se acusó injustamente al conductor del tren, mientras que el actual director del metro, Guillermo Calderón, ha permanecido en silencio.
Ernestina Godoy y la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum se apresuraron a defender a Yasmín Esquivel, acusada de plagio. Sin embargo, posteriormente, dieron marcha atrás en sus declaraciones, lo que arrojó dudas sobre la actuación de la fiscalía.
La fiscalía detuvo a Alejandra Cuevas, incluso cuando estaba amparada, inventándole un delito. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tuvo que intervenir y ordenó su liberación argumentando que desde la FGJCDMX se inventó un delito.
Caso Nuera de Riobóo: Orden de Aprehensión Sin Fundamento
La fiscalía emitió una orden de aprehensión contra María Isabel Cal y Mayor, nuera de José María Riobóo, sin pruebas sólidas. España se negó a extraditarla debido a la falta de indicios del delito.
Numerosos casos, como el de Rosario Robles, el desafuero injustificado de Uriel Carmona, la negligencia en el caso de las hermanas Sofía y Esmeralda, y la falta de respuesta en el caso de Mariel Albarrán, demuestran una preocupante tendencia de la fiscalía en cuanto a abuso de poder y falta de acción.
La fiscalía enfrenta acusaciones de espiar a opositores políticos, como Santiago Taboada, Lilly Téllez y Alessandra Rojo de la Vega, según una investigación del New York Times. A pesar de las negaciones, el periódico presentó pruebas que respaldan estas acusaciones.
En resumen, los críticos argumentan que Ernestina Godoy ha demostrado una falta de capacidad y ética en su desempeño como fiscal, lo que plantea serias dudas sobre su ratificación en el cargo. Las múltiples acusaciones de abuso de poder, negligencia e incluso espionaje político ponen en tela de juicio su idoneidad para liderar la fiscalía de la Ciudad de México.
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