Un vistazo a cómo este tono se convirtió en el estandarte de la igualdad y la lucha
Hablemos de cómo el morado pasó de ser simplemente uno de los muchos en la paleta a convertirse en el grito de guerra visual del feminismo. Si alguna vez te has preguntado por qué el morado es omnipresente cada vez que el feminismo toma las calles o las redes, aquí tienes la historia, contada con un toque más informal y cercano.
El comienzo de todo
Todo comenzó hace más de un siglo cuando las sufragistas, esas mujeres audaces que peleaban por el derecho al voto, decidieron que necesitaban algo que las distinguiera, algo que gritara dignidad y compromiso. Y ahí entró en escena el morado, junto con el blanco y el verde. Pero el morado, ese tono entre el calmado azul y el pasional rojo, se llevó el trofeo como el color de la nobleza y la lucha. No solo era un color bonito; era un estandarte bajo el cual marchar.
¿Por qué morado, y no, digamos, amarillo?
El morado tiene ese “je ne sais quoi” que mezcla calma y furia, sabiduría y pasión. Es como si dijera: “Estamos aquí para pensar, dialogar, pero también para agitar las cosas cuando sea necesario”. Y no es coincidencia que el feminismo, con toda su diversidad y complejidad, encontrara en el morado un símbolo perfecto.
El fenómeno global
Lo interesante del morado es que no se quedó como un símbolo de las sufragistas inglesas o americanas. No, señor. Este color se puso de moda en movimientos feministas alrededor del mundo, creando una especie de identidad visual global que dice: “Aunque venimos de lugares diferentes, luchamos juntas”. Y eso, amigos, es poderoso.
Morado hoy: más que una tendencia
Hoy en día, el morado se ve en todas partes, especialmente cuando llega el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer. Ya no solo habla de dignidad y nobleza, sino que se ha convertido en un símbolo contra la violencia de género, la desigualdad y cualquier forma de discriminación. Es un recordatorio visual de que, aunque hemos avanzado, la lucha está lejos de terminar.
¿Por qué nos importa?
El morado, más allá de ser “el nuevo negro” o cualquier cosa por el estilo, es un recordatorio de lo lejos que hemos llegado y de lo mucho que aún nos queda por hacer. Cada vez que ves una marea de morado en las calles o en las redes, recuerda: esto no es solo moda, es un movimiento, una historia viva, y una promesa de lucha continua. El morado no es solo un color; es un grito, una promesa y un sueño de un mundo donde la igualdad no sea solo una palabra bonita, sino una realidad para todas. Así que la próxima vez que vistas de morado, recuerda todo lo que representa y siente el poder y la pasión de ser parte de algo más grande.