Mujeres buscadoras de personas desaparecidas emprenden continuamente sus rutas entre cerros y lotes baldíos con el fin de hallar algún indicio que los lleve a la localización de sus seres queridos. Una actividad que se han visto obligadas a tomar, pues no cuentan con el apoyo de las autoridades que se niegan a reconocer la magnitud del problema.
La búsqueda se complica cuando no se cuentan con los suficientes recursos económicos y materiales y, sumado a ello, los casos de impunidad van en aumento, lo que evidencia la crisis de derechos humanos que se vive en el país.
Desaparición forzada en la CDMX
El pasado mes de marzo, en el cuarto día de búsqueda en el cerro del Chiquhuite, en donde anteriormente se han localizado restos humanos, María Lourdes busca a su cuñado Leonel Báez Martínez, quien desapareció el 29 de noviembre de 2019 en la alcaldía Gustavo A. Madero.
Mientras comienza a escarbar, se pone guantes y dobla su pantalón para hincarse, Lourdes señala que las desapariciones en la Ciudad de México sí existen y es necesario visibilizarlas.
“Las desapariciones en la Ciudad de México existen, también desaparecen hombres y mujeres como desaparecen niños muy pequeños o adultos mayores.
“Nos gustaría que la gente visibilizara eso, que sí hay una crisis de desapariciones en la Ciudad”, explica María de Lourdes.
Aunque la atención mediática se ha centrado en otros estados de la República, como lo son Jalisco y Tamaulipas, en la capital del país se atraviesa por una crisis que la convirtió en la entidad con mayor número de personas desaparecidas en 2022, pues se contabilizaron mil 311 casos, según los datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO).
Por si fuera poco, durante el mes de octubre del año pasado, el Secretario de Gobierno capitalino, Martí Batres, negó la existencia de miles de desaparecidos en la CDMX y atribuyó las cifras a “ausencias voluntarias”, pero las estadísticas señalaron que de 2021 a 2022 las víctimas aumentaron en 91 por ciento.
Del total de los casos contabilizados para 2022, Iztapalapa tuvo la mayor incidencia, pues presentó 243 casos. A esta delegación le siguieron Gustavo A. Madero, con 199 personas desaparecidas; y Cuauhtémoc, con 162 registros.
Búsqueda de desaparecidos, oficio de alto riesgo
Durante la jornada de Búsqueda, Ruby Reyes, quien busca a su hermano desaparecido, Jesús Reyes, resbaló por una pendiente y lastimó su rodilla. Luego de tres horas continuas de búsqueda, entre tierra y sol, realizó una pausa para hidratarse.
“Es muy intenso porque el calor aquí arriba es súper fuerte, ya pasado el mediodía el clima vuelve a cambiar y se viene la aguanieve. Hay mucha piedra volcánica muy resbalosa. Además, hay que tener cuidado porque es una zona donde hay mucha víbora y perros… a todo eso nos tenemos que enfrentar al hacer la búsqueda de nuestros familiares”, explicó.
Mujeres buscadoras de personas desaparecidas son apoyadas por los bomberos de la estación Xochimilco, primera corporación en la Ciudad de México en asumir la búsqueda de personas como una de sus labores.
Entre los apoyos destaca la ayuda para hacer descensos, arrancar maleza y limpiar las zonas de búsqueda con rastrillos o palas.
Gerardo Álvarez es bombero indicó: Este es el último de cuatro días que llevamos en la búsqueda, hasta ahora se han encontrado restos de piezas dentales.
Mujeres buscadoras, sin apoyo gubernamental
Pese a que no existen suficiente apoyo gubernamental hacia las mujeres buscadoras de personas desaparecidas, los y las buscadoras realizan las investigaciones por sus propios medios.
En su camino, se han visto orilladas a aprendes de leyes, adquirir conocimientos e antropología forense y de montañismo.
“Aprendes muchas cosas, desde cómo buscar a simple vista, que a lo mejor no vas a encontrar un cuerpo completo, hasta buscar en el piso, en la tierra, estar hincada, a buscar y reconocer pequeños fragmentos de huesos”, explica Lourdes.
De acuerdo con datos de la Comisión de Búsqueda de Personas de la Ciudad de México, en 2021 se pagó 624 mil 300 pesos para la creación de estrategias para labores de búsqueda, localización e identificación de personas, al igual que el acompañamiento de los familiares durante visitas a institutos forenses.
Sin embargo, la Comisión no comprobó la realización de dichos trabajos de acuerdo con el Segundo Informe Parcial de la Cuenta Pública 2021 de la Auditoría Superior de la Ciudad de México (ASCM).
Crimen organizado, otro obstáculo
El caso de Marisol Valencia lo ejemplifica, una de las madres buscadoras que se sumó a las jornadas en el Chiquihuite junto a los colectivos Hasta Encontrarles CDMX, Una Luz en tu Camino y Buscando con Amor.
Marisol busca a su hijo Carlos Geovanni Salazar Valencia, de 26 años, desde hace más de un año. El joven desapareció el 10 de enero de 2022 tras salir de la alcaldía GAM con destino a Tamaulipas.
Mientras realiza sus tareas de búsqueda, la madre incrementa sus exigencias hacia las autoridades, especialmente después de la desaparición de cuatro estadounidenses en Tamaulipas, cuya localización se dio apenas cuatro días después, pues se convirtió en un asunto de interés nacional a inicios de marzo de 2023.
“Las personas estadounidenses desaparecidas fueron localizadas, no importando que hayan sido capturadas por el crimen organizado o no, cuando a mí me argumentan que no pueden hacer búsquedas debido a que el estado de Tamaulipas está gobernado prácticamente por el crimen organizado”, reclamó Marisol.
“¿De qué se trata?, ¿por qué las autoridades de Estados Unidos son más potentes y tienen más poder que una simple madre que busca a su hijo?”, continuó.
Impunidad en los casos de desaparición
La desaparición forzada es un delito común en México. En la actualidad se tiene el registro de 111 mil 896 personas que no volvieron a sus hogares.
En la Ciudad de México, lugar en el que las autoridades niegan la existencia de dicho delito, la falta de investigaciones y análisis en torno a las desapariciones imposibilitar que se determinen sus principales causas.
Información del RNPDNO señala que de enero a marzo de 2023 desaparecieron 225 en la CDMX, pero la tendencia de género ha cambiado.
Por primera vez, las estadísticas indican que este año han desaparecido más mujeres (115) que hombres (111) en la capital.
Los costos de la desaparición forzada
Una montaña rusa de emociones, es como califican la mujeres buscadoras de personas desaparecidas a lo que sienten durante las jornadas de búsqueda.
Por un lado, la esperanza se hace presente, pues es posible encontrar algo que los lleve con la localización de su ser querido. Por el otro, ante el hallazgo de restos provocan el deseo de que ese no haya sido el destino de su familiar.
Las hermanas Ruby y Paula Reyes han asistido a varias jornadas de búsqueda en diferentes zonas de la capital.
“Se lo prometí a mi mamá y es algo muy doloroso porque todos los días que salimos a buscar está con la esperanza en la casa de que lleguemos con él”, relata Reyes.
No obstante, y pese a todos los obstáculos, la posibilidad de encontrar algún indicio que los lleve a dar con el paradero de sus seres queridos es su mayor motor. Todas esas personas tienen algo bien claro, en el camino no solo buscan a sus familiares, sino también a los de miles de personas más.
“Para nosotros es muy valioso encontrar algo, porque un simple fragmento de hueso le puede dar paz a una familia”, concluyó Lourdes.
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Con información de Reporte Índigo.