La marcha del 8 de marzo tuvo una fuerte participación, en CDMX se esperaba un clima tenso debido a la gran movilización policiaca.
Un poderoso despliegue armado
El martes 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, un total de 3 mil elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana fueron desplegados para proteger inmuebles aledaños al recorrido que harían las mujeres para, como cada año, conmemorar la fecha en protesta de la violencia sistémica y los feminicidios.
Pero no fueron suficientes. Se instalaron vallas de 3 metros de altura y también se convocó a mujeres del grupo antimotines de la Secretaría de Marina (Semar). El mensaje simbólico que se envió fue contundente.
Desde temprano, colectivas y mujeres que asistirían a la marcha compartieron información sobre seguridad y contención en caso de confrontación, intimidación o encapsulamiento por parte del cuerpo policial. Ante el despliegue hubo sentimientos de miedo, incertidumbre y pesar, no obstante, la rabia y valor fueron más fuertes; se calcula que asistieron 75 personas.
En redes sociales, las cuentas institucionales del Gobierno de México lanzaron una pequeña campaña para justificar la enorme presencia de seguridad, pero, sobre todo, que se enviara mujeres a vigilar la marcha en un día tan importante. Una acción que les ha valido críticas en eventos anteriores.
Las flores y las consignas
La marcha fue documentada en tiempo real desde millones de cuentas, medios de comunicación, asistentes, gobierno y testigos. Dentro de lo destacado, estuvo un video en el que se aprecia a las mujeres policías dejar los escudos y unirse al contingente bajo las consignas contra la violencia y el machismo. La publicación fue hecha por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
El momento rápidamente se volvió viral y además de este video se compartieron imágenes de policías con flores y sonriendo junto a las manifestantes.
Opinión dividida
Así como hubo publicaciones celebrando la actitud de las fuerzas del orden por empatía o sororidad; es cierto que las voces críticas se asomaron y cuestionaron duramente el proceder argumentando, entre otras cosas, que el gesto fue planeado por el propio gobierno, en uno de sus intentos por apropiarse de un movimiento social.
Así mismo, fue señalada la incongruencia de las policías ya que al formar parte del “aparato represor del Estado”, no cabe manifestarse por los derechos de las mujeres.
Ante las críticas, mujeres que forman parte del cuerpo de seguridad compartieron su sentir al respecto, entre ellas la Jefa Andrómeda, como es conocida Lucía Karen Ortiz, inspectora general de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
“A mí nadie me pagó, yo soy institucional y el gobierno que entre del color que sea, yo voy a seguir mi institución, yo no trabajo política, trabajo seguridad, cuidar, agarrar rateros, erradicar violencia dentro de las calles en donde yo me aboco, y a mí nadie me paga. Por ahí en las redes sociales decían que era montado, nada fue montado, el ambiente se sentía totalmente diferente, en la parte última del bloque era gente pacífica que no necesitaba el acompañamiento ni la línea de ninguna mujer policía, nosotros éramos sólo un bloque caminando”.
En este sentido, insiste que unirse fue parte de la ola de fraternidad y como las demás, ellas también tienen derechos, aunque sean oficiales de policía.
“Es un gesto de unidad, amabilidad, un gesto de amor entre mujeres”.
Desde tu perspectiva, ¿consideras un gesto genuino lo que hicieron las policías durante la marcha? ¿qué estrategia hubiera sido la más adecuada?
Con información de El Universal.