Una organización conocida como H2O Lerma compuesta por activistas ambientales guanajuatenses está recolectando cáscaras de huevo para limpiar el Río Lerma.
Ambientalistas de todo el país, descubrieron que los cascarones de huevo pueden absorber minerales y residuos dañinos para el agua así que decidieron utilizar estas herramientas 100 por ciento naturales para “rescatar” el Río Lerma.
Esta tecnología simple, sustentable y económica puede resolver muchos de los problemas de agua en el Estado de México y el resto del país.
Desde febrero, el Colectivo H2O Lerma con Encanto conoció la iniciativa de la investigadora Victorina Martínez Miranda, de la Universidad Autónoma del Estado de México, responsable del análisis del líquido que dotan los pozos de agua potable en Lerma, Toluca, San Mateo Atenco, Metepec y la zona sur de la entidad, donde identificó que es dañina para la salud, sobre todo de niños y ancianos, por la cantidad de arsénico y metales concentrados.
La especialista explicó que lo anterior es resultado de la degradación del recurso provocada por la incorporación de materia orgánica, pues los ayuntamientos e industrias no cumplen con la instalación de plantas tratadoras y descargan el agua residual o sucia en el río Lerma, contaminando todo alrededor del cauce.
Detalló que el problema central es que los materiales peligrosos se filtran en la tierra, los extractos de metales como plomo o cadmio, además del arsénico, se concentran en el subsuelo y al cambiar su calidad físico-química se mezclan de manera atípica.
El Río Lerma sufre las consecuencias de la contaminación, pues gracias a los desechos industriales y domésticos su agua, fauna y flora perdieron la salud, incluso el bienestar de las personas que usan esta agua está en riesgo.