Niñas, niños y adolescentes enfrentarán un futuro cada vez más desafiante en un mundo marcado por el cambio climático. Hacia el año 2050, se prevén olas de calor más frecuentes e intensas, así como otros efectos perjudiciales para la salud y la economía debido a la inacción de los gobiernos a nivel global frente a esta problemática ambiental.
ONU pide a países actuar por derechos ambientales de la niñez
El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas está pugnando para que las administraciones de varios países tomen medidas concretas y velen por los derechos ambientales de los menores de edad, quienes son especialmente vulnerables a los problemas derivados del cambio climático, según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
En un esfuerzo por concienciar sobre esta crítica situación, 16 mil 333 niñas y niños de 121 países participaron en el desarrollo de la Observación General 26 (OG26) sobre “Los derechos del niño y el medio ambiente, con especial atención al cambio climático”.
No todo es el calentamiento global
Especialistas advierten que, aunque el calentamiento global es un efecto claro del cambio climático, sus consecuencias van más allá, abarcando desde alteraciones físicas hasta graves impactos en la población, economía e infraestructura.
La contaminación del aire y del agua, así como la exposición a sustancias tóxicas, provocan anualmente 1.7 millones de muertes de niños menores de cinco años, aumentando la incidencia de enfermedades y discapacidades que perdurarán a lo largo de sus vidas, y contribuyendo a la mortalidad prematura.
De acuerdo con el Relator Especial sobre Derechos Humanos, los niños afectados por el cambio climático ven vulnerados derechos fundamentales, tales como el derecho a la vida y al desarrollo, a la salud y a un nivel de vida adecuado. La escasez de alimentos debido a las afectaciones en las actividades productivas resulta en hambre y desnutrición para los niños.
El cambio climático ha llevado a la existencia de basureros al aire libre y altos niveles de contaminación en algunos asentamientos humanos, lo que ha privado a los infantes de su derecho al juego y a la recreación, acusa una organización internacional.
“Otros fenómenos relacionados con el cambio climático que afectan a los menores son las inundaciones, ya que derivado de la pérdida de infraestructura, se suspenden clases al cerrar escuelas por daños y aumenta la propagación de enfermedades diarreicas”, explica Lourdes Bello, especialista en riesgos y vulnerabilidad ante el cambio climático de la consultora IDOM.
Vulnerabilidad infantil ante el deterioro ambiental
La Observación General 26 de la Organización de las Naciones Unidas sobre “Los derechos del niño y el medio ambiente, con especial atención al cambio climático” destaca de manera alarmante los impactos directos que los problemas ambientales tienen en la población infantil.
El organismo internacional advierte que la contaminación del aire representa un riesgo significativo para los bebés y niños en edad preescolar, quienes al respirar más rápido que los adultos, están más expuestos a infecciones respiratorias. La inmadurez de sus sistemas respiratorios e inmunológicos dificulta su recuperación, exponiéndolos a graves consecuencias para su salud.
Adicionalmente, la falta de garantías para la niñez, que conduce al trabajo infantil, agrava aún más la situación. Niños expuestos a contaminantes debido a labores como la recolección de desechos electrónicos sin equipo adecuado están en riesgo de intoxicación por contacto con productos químicos nocivos.
La contaminación del agua también plantea una amenaza grave tanto para adultos como para niños. Aproximadamente una de cada cuatro personas consume agua que no es apta para el consumo humano, lo que deriva en enfermedades gastrointestinales de diversa gravedad.
Colaboración internacional ante cambio climático
Los niños, como uno de los grupos más vulnerables ante los cambios climáticos críticos, enfrentan una serie de amenazas que ponen en riesgo su bienestar y desarrollo. Dependientes en la toma de decisiones y atención, están expuestos a situaciones de estrés postraumático, depresión y ansiedad, lo que puede provocar un deterioro en su crecimiento y desarrollo, advierte Lourdes Bello, experta en riesgos y vulnerabilidad ante el cambio climático.
Esta preocupante realidad ha impulsado a científicos, especialistas y activistas a unirse en un llamado urgente a los gobiernos de todo el mundo para que trabajen en favor de los derechos básicos de los niños y aseguren el respeto a sus derechos ambientales.
En este contexto, México es un ejemplo destacado de la necesidad de especial atención. Los niños que viven en los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, marcados por condiciones de marginación, rezago educativo, limitado acceso a la salud y malnutrición, son considerados los más vulnerables. La situación de pobreza en la que se encuentran estos menores, combinada con la exposición a los impactos del cambio climático, agrava su precaria situación.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha establecido un Índice de Riesgo Climático de la Infancia (IRCI), donde México ocupa el puesto 54 de 200 países evaluados. Esto subraya la necesidad de abordar urgentemente la vulnerabilidad de la niñez frente a los desafíos climáticos.
“Es esencial que la comunidad internacional colabore y se involucre activamente para proteger a los niños de estos riesgos ambientales. La cooperación internacional es fundamental para garantizar que los niños tengan un futuro seguro y sostenible, independientemente de su lugar de origen o situación socioeconómica”, enfatiza Bello.
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Con información de Reporte Índigo.