La crisis hídrica de México es un complejo entramado de desafíos ambientales, decisiones políticas y consecuencias sociales. En entrevista con Voces en Red, de Ciudadanos en Red, José Luis Luege Tamargo no solo pone en relieve la gravedad de la situación, sino que también llama a una reflexión profunda sobre las políticas públicas en materia de gestión del agua.
El político y funcionario mexicano conocido por su compromiso con el medio ambiente y la gestión del agua ha puesto en el centro del debate público una de las problemáticas más acuciantes que enfrenta el país: la crisis del agua. Con un tono crítico y urgente, Luege Tamargo no solo ha descrito la situación como un problema de seguridad nacional, sino que también ha acusado al actual gobierno de negligencia e irresponsabilidad en su gestión.
La gravedad de la crisis se ilustra con la situación del Sistema Cutzamala, vital para el suministro de agua en la Zona Metropolitana del Valle de México. Luege Tamargo,Luege Tamargo, coordinador de la mesa de Agua del equipo de Xóchitl Gálvez, candidata a la presidencia de México, relata que el sistema cerró el año pasado con un alarmante 38% de su capacidad de almacenamiento, muy por debajo del 80% ideal. Esta disminución ha llevado a que actualmente opere a menos de la mitad de su capacidad, augurando una crisis sin precedentes para la metrópoli y sus alrededores.
La denominada “Hora Cero”, según la Comisión Nacional del Agua, podría alcanzarse entre mayo y junio de este año, momento en el cual el bombeo de agua hacia la Ciudad de México podría detenerse por completo. Esta situación no solo pone en riesgo el suministro para las necesidades básicas de millones de personas sino que también amenaza la producción agrícola del país, vital para la seguridad alimentaria.
Luege Tamargo critica con dureza la inacción del gobierno actual, liderado por el Presidente López Obrador, en lo que respecta a la inversión en infraestructura hídrica. Subraya la ironía de “tirar el dinero a la basura” en proyectos como el Tren Maya, cuando con solo un tercio de ese presupuesto se podrían haber realizado las obras hídricas necesarias para garantizar el abastecimiento de agua a la población.
La crítica se extiende a la falta de visión y compromiso para enfrentar una crisis que no solo es ambiental sino que trasciende a la seguridad nacional. La Zona Metropolitana del Valle de México, hogar de 22 millones de personas, se encuentra en una situación especialmente precaria, donde la escasez de agua representa una amenaza directa a la vida y el bienestar de sus habitantes.
Luege Tamargo critica las medidas emergentes, como la perforación y rehabilitación de pozos para extraer más agua del acuífero, advirtiendo sobre las consecuencias a largo plazo de tales acciones. “El problema mayor está en el acuífero”, afirma, destacando que mientras el sistema Lerma-Cutzamala aporta solo el 30% del abastecimiento de agua, el restante 70% se extrae del acuífero, una fuente que se está agotando rápidamente sin la recarga adecuada.
La sequía extrema del año pasado y la crisis del Sistema Cutzamala son consideradas por Luege Tamargo como el último aviso antes de enfrentar una catástrofe inmanejable: la pérdida del acuífero. Lamenta la falta de acciones drásticas en política hídrica en los últimos 25 años, subrayando la urgencia de adoptar medidas significativas para prevenir un desastre mayor.
Además, Luege Tamargo critica la decisión del presidente López Obrador de eliminar el Fondo Nacional de Desastres (Fonden), considerándola irresponsable y negligente. Esta acción, según él, desarticuló el Sistema Nacional de Protección Civil, dejando al país vulnerable ante desastres naturales y sin los mecanismos necesarios para una respuesta adecuada.
La crisis hídrica en México no solo es una cuestión de seguridad nacional sino también un problema humano profundo, con miles de familias ya sufriendo las consecuencias de la sequía extrema, particularmente en el norte del país. José Luis Luege Tamargo, en su entrevista con “Voces en Red”, señala cómo la falta de acción del gobierno actual deja a estas familias a su suerte, enfrentando la imposibilidad de completar ciclos de cultivo debido a presas que operan por debajo del 50% de su capacidad.
La crítica se extiende a la decisión del gobierno de no declarar estado de emergencia ni de desastre, una omisión que, según Luege Tamargo, ha llevado a una falta de protocolos de apoyo necesarios para mitigar el impacto de la sequía. La eliminación del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) por parte del presidente López Obrador, con el argumento de combatir la corrupción, ha resultado en una falta de recursos para enfrentar desastres naturales, dejando a México, en palabras de Luege, sin los medios para declarar o manejar desastres como el huracán Otis y la destrucción en Acapulco.
Luege Tamargo critica la falta de continuidad en las políticas hídricas y la inversión necesaria para una gestión eficiente del agua, esencial para el futuro del país. Resalta la importancia de la tecnificación, como el riego agrícola, para el uso eficiente del agua. A pesar de haber establecido una financiación anual sostenida para los próximos 30 años en la Agenda 2030, la administración actual ha reducido drásticamente el presupuesto y la inversión en infraestructura hídrica, incluso llevándola a cero en algunos aspectos críticos.
La situación se agrava con el abandono del saneamiento. Durante la administración anterior se construyeron cerca de 400 plantas de tratamiento, pero en la actualidad, no solo se ha detenido la construcción de nuevas plantas, sino que muchas existentes están fuera de operación. Luege Tamargo destaca casos en municipios pobres donde la falta de energía eléctrica ha clausurado plantas de tratamiento, evidenciando un desprecio por el bienestar de la población.
José Luis Luege Tamargo, en su intervención en “Voces en Red”, lanza una crítica contundente contra la administración actual por la gestión de los recursos financieros del país, especialmente en lo que respecta a la construcción del Tren Maya. Según Luege, el proyecto se ha llevado a cabo sin los estudios de ingeniería básica o proyectos ejecutivos necesarios, y la justificación técnico-económica presentada posteriormente refleja una “incompetencia absoluta” del gobierno. Con un costo que, según estimaciones del IMCO, superaría los 500 mil millones de pesos, el Tren Maya se presenta como un proyecto insostenible que, además, requiere de un fideicomiso millonario para su operación.
Luege Tamargo señala que con una fracción del exceso de gasto en el Tren Maya se podrían haber realizado significativas obras hídricas, incluyendo presas, acueductos, y plantas de tratamiento, además de apoyar la tecnificación de los organismos operadores municipales y las unidades de riego. La decisión de desviar fondos hacia el Tren Maya en detrimento de la inversión en infraestructura hídrica y tecnificación agrícola es calificada como una de las políticas más nefastas del actual gobierno, con consecuencias graves para el futuro del país.
Ante la urgencia de la situación, Luege Tamargo y su equipo trabajan en una Agenda 2050, enfocada en hacer un uso más eficiente del agua, proyectos ambiciosos para retener el agua en el valle de México, y la modernización del sistema de agua. Subraya la importancia de la reforestación y recuperación de áreas de recarga como medidas críticas para asegurar el abastecimiento futuro.
El verdadero punto de no retorno, según Luege, es la pérdida del acuífero. Comparando la situación potencial con la crisis hídrica de Ciudad del Cabo en Sudáfrica, advierte sobre la gravedad de alcanzar un punto en el que no sea posible extraer más agua. A pesar de los recursos disponibles, el camino actual puede llevar a México hacia una crisis insuperable.
La entrevista con José Luis Luege Tamargo es un llamado de atención sobre la necesidad de reevaluar las prioridades nacionales, especialmente en lo que respecta a la gestión del agua. La crisis hídrica de México no es solo un desafío técnico, sino también un reflejo de decisiones políticas y financieras que tienen un impacto directo en la vida de millones de personas. Frente a la disyuntiva entre proyectos de infraestructura cuestionables como el Tren Maya y la urgente necesidad de abordar la crisis del agua, es imperativo que se tomen decisiones informadas y responsables que prioricen el bienestar a largo plazo de la población y el medio ambiente. La hora de actuar es ahora, y el futuro hídrico de México depende de las acciones que se tomen en el presente.
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