La Laguna de Bacalar, en Quintana Roo, está perdiendo sus hermosos siete colores característicos debido al mal sistema de drenaje y la falta de tratamiento de aguas residuales.
“Ha perdido sus tonos en una mancha verde y marrón”
La Laguna de Bacalar, ubicada al sur de Quintana Roo, con sus 40 kilómetros de agua dulce en la que se han podido percibir al menos siete tonalidades turquesa diferentes, está en serio peligro de perder sus hermosos colores por la contaminación. Rodeado de manglares y una abundante vegetación, este impresionante paraje es un destino turístico inigualable, pero enfrenta una gran contradicción: el turismo desmedido ha provocado un aumento sin control de los asentamientos humanos en los alrededores desde antes de las restricciones por COVID-19, ocasionando serios daños ambientales en la laguna.
En Bacalar, el suelo y el acuífero son contaminados con agrotóxicos, además de un sistema ineficiente de drenaje y tratamiento de aguas residuales. La mano del hombre ha ocasionado la deforestación de la selva por una tala indiscriminada de árboles y la contaminación de sus mantos freáticos a causa de los pesticidas y fertilizantes.Todo ello, sin un plan de protección ambiental claro y efectivo que permita resguardar este tesoro de la naturaleza.
“El impacto de la deforestación, las tormentas tropicales que arrastran aguas fecales de las alcantarillas desbordadas y la filtración de agroquímicos derivados de los campos de su alrededor, ponen en riesgo su capacidad de regenerarse cada vez que sufre un episodio nuevo de contaminación. En consecuencia, la laguna ha perdido sus tonos en una mancha verde y marrón, y los colores azules están en peligro de desaparecer”, denuncia el artículo “La ruina de una joya ecológica: los colores de la Laguna Bacalar se desvanecen sin protección ambiental”, publicado en El País en mayo de este año.
Juntan más de 50 mil firmas en Change.org
“Bacalar está tristemente muriendo ante los ojos de todos los mexicanos”, así inicia la petición de Change.org para frenar el impacto del hombre en La Laguna de Bacalar, la cual ha logrado juntar más de 50 mil firmas. El llamado a la acción alerta que “algo que era una joya del mundo la estamos convirtiendo en un retrete gigante”, pues a causa del mal sistema de drenaje y la falta de tratamiento de aguas residuales, esta laguna, que es el mayor arrecife de bacterias del mundo (mismas que dan origen a sus siete colores), “hoy está gritando desesperadamente por auxilio antes de que sea demasiado tarde”. Por ello, piden de manera inmediata crear un sistema de tratamiento de aguas residuales y desazolvar los canales que permitan la circulación del agua.
“Los desechos sobrepasaron la capacidad de la ciudad y el drenaje no se da abasto. No existe un buen manejo de aguas negras, ni cuidado de las fosas sépticas (…) Rodrigo pide al Gobierno de Quintana Roo crear un sistema local de tratamiento de aguas residuales, acabar con los basureros al aire libre y desazolvar inmediatamente los canales que permitan la circulación del agua”, se lee en una publicación de Facebook sobre la petición.
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Con información de Change.org y El País
