“Manos a la cuenca” es un proyecto que surge de los pueblos afectados con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco, así como otros proyectos en lagunas, montañas y ríos en la Cuenca de México, así lo dijo para Ciudadanos en Red, Jorge Daniel Cando, miembro activo del proyecto.
El proyecto “Manos a la cuenca” privilegia los intereses generales para las comunidades y para las personas que habitan en el Valle de México.
Alrededor de 45 municipios del oriente del Estado de México han sufrido principalmente por el despojo de territorios que se generó por la compra masiva de predios para edificar el aeropuerto.
“Las afectaciones que se tienen por este proyecto aeroportuario son por lo menos en 45 municipios del oriente del Estado de México, estos municipios fueron afectados por la extracción de pétreos, por el entubamiento de ríos del oriente que convergían en el Lago de Texcoco, por el despojo masivo de territorio por la compra masiva de terrenos en el sitio donde se tenía que edificar el aeropuerto, entre otros”, detalló Jorge.
Jorge Daniel explicó que incluso hubo ruptura del tejido social entre los pueblos, pues se coartaron sectores amplios de la población para aceptar la venta de terrenos ejidales.
Resarcimiento de los daños
Posterior a la cancelación de la construcción del NAICM, en el 2018 luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador tomara posesión, los pueblos afectados buscaron la manera de resarcir los daños generados con este proyecto, exigiendo directamente al gobierno federal acciones contundentes.
“Sabemos que este gobierno federal es nuevo, es un nuevo régimen que llega después, pero no por ser gobierno de otro partido dejan de ser gobierno y de ser responsables o a quienes les toque el resarcimiento de los daños”, apuntó.
Una de las demandas más importantes y urgentes, explica, es la restitución de alrededor de 2 mil 500 hectáreas que fueron ilegalmente compradas por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) en 2010.
En ese año, la Comisión clasificó como “reservada” la información sobre la compra de terrenos en los municipios de San Salvador Atenco, Texcoco y Chimalhuacán, así como el monto que pagó a los ejidatarios que accedieron a vender sus tierras para el proyecto “Zona de Mitigación y Rescate Ecológico en el Lago de Texcoco”, que, en teoría, ya había iniciado en 2008 y culminaría en 2012.
En 2010, la dependencia informó que su proyecto consistía en formar un polígono que contuviera las áreas con suelos más vulnerables a la erosión eólica para efectuar acciones de remediación y cubierta vegetal o acuática a fin de reducir en forma significativa los riesgos para la salud y el ambiente generados por las tolvaneras.
Pero los integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) desde ese momento, consideraron que dicho proyecto era una fachada y en el fondo el gobierno federal buscaba adueñarse de los terrenos para retomar el proyecto de construcción de un nuevo aeropuerto, y así fue.
Jorge Daniel asegura que la actual administración ha mostrado disposición para devolver los territorios a los ejidatarios, aunque al momento no ha habido avances ya que la misma Comisión mantiene los mismos intereses.
Manos a la cuenca, explicó Jorge, se ha dedicado a hacer planteamientos sobre cómo el tejido social y los territorios pueden ser restaurados. En el caso de la zona del Lago de Texcoco, lo que proponen es que sea declarado como área natural protegida.
Luego de la cancelación de la obra aeroportuaria, el gobierno federal anunció el Proyecto Ecológico Lago de Texcoco, esto, con la intención de recuperar 12 mil 224 hectáreas de terreno de las cuales, el 40 por ciento, correspondían a suelo de la construcción del aeropuerto.
En un comunicado emitido el pasado 9 de octubre de 2020, los pueblos originarios hicieron un llamado para que el gobierno federal retome la propuesta de declaración de Área Natural Protegida que sea gestionada por los mismos pobladores.
“Los pueblos organizados de la Ribera del Lago de Texcoco llamamos a autoridades a retomar nuestra propuesta #ManosALaCuenca, la cual contempla la declaración de un Área Natural Protegida gestionada por las comunidades”, se puede leer en el documento.
“Si bien nosotros decimos que preferimos un Parque Ecológico también decimos que este tiene que cumplir con lo que dice su nombre, que sí puede ser un sitio de recreación, pero que básicamente, el proyecto que se genere ahí tendría que estar orientado en la restauración ecológica del sitio”, agregó.
De acuerdo con el mismo comunicado, el proyecto del Parque Ecológico no garantiza la conservación integral de la cuenca de México en términos ecológicos y bioculturales, ni recoge la propuesta e inquietudes de los pueblos.
La apertura de este Parque Ecológico se planeaba para 2021 pero a consecuencia de la pandemia por COVID-19, tuvo que ser pospuesta.
Asimismo, detalló que la intención sería recuperar todos cuerpos de agua como la Laguna Xalapango, Laguna Texcoco Norte, y una parte de la Ciénega de San Juan.
El periodo en el que se estaba construyendo la mega obra, de 2014 a 2018, durante el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), los pueblos originarios no pudieron demostrar la existencia de los cuerpos de agua, explicó, ya que la zona estaba resguardada por el ejército y la Policía Federal, e incluso era difícil documentar.
“Nosotros decíamos que sí existe el lago, lamentablemente estas zonas eran muy resguardadas en esos años de 2014 a 2018 por el ejército y la Policía Federal y nos era complicado acceder a esa zona, a los compañeros de Atenco no se les permitía”, explicó.
En octubre de 2020, integrantes del FPDT acudieron al punto de intersección del río Xalapango y con palas, picos y machetes hicieron un boquete a uno de los bordos para que el cauce saliera hacia sus tierras e inundara parte de los terrenos donde se construyó la autopista Pirámides-Texcoco y así devolverle su vocación hídrica a la zona.
A la fecha, se han inundado y recuperado unas 150 hectáreas de dos polígonos de la laguna de Xalapango y de la Ciénega de San Juan. En el espejo de agua hay cientos de patos y otras aves, así como tortugas de agua dulce que lo han adoptado como lugar de anidación y los lugareños usan sus alrededores para el pastoreo.
“Con #ManosALaCuenca se materializarían nuestras expectativas y aspiraciones: la conservación de nuestras formas de vida, los paisajes y los lugares con los que hemos vivido desde hace siglos haciendo valer nuestra autonomía y nuestra libertad como pueblos”, se puede leer en la página oficial de Yo Prefiero el Lago.