Huracán Otis; más allá de las cifras, la amenaza de la política y el crimen

Pérdidas humanas y riesgos políticos: el doble desafío que enfrenta Guerrero

Tras el paso del huracán Otis por las costas de Guerrero, persisten no solo las incógnitas sobre el número de personas que perdieron la vida, la cantidad de desaparecidos y la magnitud del desastre en las regiones más alejadas y vulnerables, como la zona de la montaña (donde las pérdidas humanas podrían ser mayores), sino también el riesgo de que el presidente Andrés Manuel López Obrador y las organizaciones criminales intenten “monopolizar la reconstrucción para obtener ventaja política”. Si esto llegara a ocurrir, la capacidad de recuperación de Acapulco sería lenta y limitada, agravando aún más las precarias condiciones sociales de Guerrero.

Sobrevuelo de CFE revela devastación en el interior de Guerrero

Un sobrevuelo realizado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el estado de Guerrero ha evidenciado la magnitud de los estragos provocados por el reciente paso del huracán Otis. Si bien la atención se centró inicialmente en las zonas costeras, este sobrevuelo ha revelado una devastación aún mayor en la zona alta e interior del estado, donde el huracán arrasó con todo a su paso.

El Instituto de Investigaciones Geológicas y Atmosféricas A.C. ha estimado que el número de fallecidos podría ascender a cerca de 3 mil personas a raíz de esta tragedia, una cifra alarmante que pone de manifiesto la gravedad de la situación.

Reconstrucción: Un desafío que requiere cooperación de múltiples actores

La emergencia ahora da paso a la ardua tarea de la reconstrucción, un esfuerzo que trasciende las capacidades del gobierno. Integralia Consultores señala que para enfrentar este desafío se requiere la participación coordinada de los tres órdenes de gobierno, así como del sector privado y la sociedad civil.

Sin embargo, existen preocupaciones sobre la posible politización de la reconstrucción. Existe el temor de que actores como el presidente Andrés Manuel López Obrador y grupos criminales busquen monopolizar este proceso con el fin de obtener ventajas políticas, lo que podría ralentizar la capacidad de recuperación de Acapulco y empeorar aún más las precarias condiciones sociales de Guerrero.

Por otro lado, se plantea la posibilidad de obstruccionismo político por parte de actores de oposición, lo que podría entorpecer las labores de reconstrucción. El cambio de gobierno en 2024 podría representar una oportunidad para que la nueva administración asuma un liderazgo incluyente, basado en las lecciones aprendidas de esta tragedia, y para sumar a especialistas, organizaciones civiles y empresariales en un proceso de reconstrucción claro y eficaz.

Riesgo de irrupciones sociales: Guerrero y su lucha por el desarrollo

Integralia destaca que Guerrero ha enfrentado históricamente una serie de obstáculos para su desarrollo, como la pobreza, la informalidad laboral, la inseguridad pública y la violencia. El 60% de su población vive en pobreza, y un 22% se encuentra en pobreza extrema, según datos del Coneval 2022.

Acapulco, que contribuye con casi el 80% del Producto Interno Bruto estatal a través del turismo y con casi el 75% de los empleos formales del estado, ha sufrido graves afectaciones en su infraestructura turística y pública. En este contexto, no se pueden descartar episodios de “conflictividad social,” como lo demuestran los saqueos a comercios que han ocurrido en la región.

Este malestar social podría tener efectos políticos en la base social de Morena, particularmente sobre la alcaldesa Abelina López y la gobernadora Evelyn Salgado. Aunque no necesariamente afectaría la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien generalmente ha logrado eludir el costo político de las crisis anteriores, como la pandemia de COVID-19.

Devastación y desafíos para la recuperación

El devastador huracán de categoría 5, bautizado como Otis, golpeó la costa de Guerrero el 25 de octubre, dejando a su paso una estela de destrucción. Si bien la atención inicial se centró en Acapulco y sus alrededores, la magnitud de los daños se ha extendido a lo largo de casi toda la costa del estado. Este evento sin precedentes ha generado una serie de implicaciones sociales y políticas que requieren una atención urgente y coordinada.

Un Guerrero afectado en profundidad

Los informes preliminares indican que los daños son generalizados y devastadores, tanto en infraestructura pública como privada. El huracán Otis ha dejado a su paso una huella de destrucción que incluye viviendas, hoteles, carreteras y extensas áreas costeras, que han sido seriamente afectadas. Hasta el momento, se reportan 45 personas fallecidas y 47 desaparecidas.

El Gobierno Federal ha estimado que el 98.2% de las viviendas en Acapulco y el 80% de los hoteles han resultado dañados. Además, se han visto afectadas 4,685.20 hectáreas de la zona costera y 865 kilómetros de carreteras en el interior del municipio. Las primeras estimaciones calculan daños por un monto cercano a los 15 mil millones de dólares. Este huracán ha marcado un hito al ser el primer huracán de categoría 5 en impactar una ciudad con una población de tal magnitud en el mundo.

Respuesta gubernamental deficiente

El manejo de la respuesta gubernamental en los primeros momentos de la emergencia ha sido objeto de críticas debido a la falta de organización y eficacia. A pesar de que se han tomado medidas para afrontar la situación, como la declaración de desastre natural, el despliegue de efectivos de las Fuerzas Armadas y la entrega de alimentos y agua, persisten dudas sobre la eficacia y la eficiencia de estas medidas y sobre su rapidez en ser aplicadas.

La falta de recursos y la insuficiencia del Fonden, que se ha convertido en una partida presupuestal con un límite de fondos, podrían obstaculizar los esfuerzos de reconstrucción y derivar en situaciones de corrupción. Además, la ausencia de gobiernos locales en la gestión de la crisis podría agravar aún más la situación.

Desafío de la reconstrucción

Después de la emergencia viene el desafío de la reconstrucción. Este esfuerzo es de tal magnitud que supera las capacidades del gobierno, lo que demanda la participación coordinada de los tres órdenes de gobierno, el sector privado y la sociedad civil.

En las próximas semanas y meses, se evaluarán temas cruciales como la respuesta de los gobiernos federal, estatal y municipal ante el desastre, la percepción de las medidas adoptadas, su impacto en la popularidad del presidente López Obrador y en la preferencia electoral hacia Morena de cara a las elecciones de 2024. Además, se contemplarán posibles ajustes al Presupuesto de Egresos de la Federación 2024, reformas en materia de protección civil y posibles reajustes en la estrategia del crimen organizado, que podría obstaculizar la reconstrucción o capitalizar el desastre para sus propios intereses.

El huracán Otis ha dejado una marca indeleble en Guerrero, pero la capacidad de recuperación y la solidaridad de la sociedad y los líderes políticos podrían ser la clave para superar este desafío sin precedentes.

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