En un reciente realizado por un equipo internacional de investigadores de renombradas instituciones académicas, se ha revelado que la extracción de aguas subterráneas se ha acelerado de manera alarmante en las últimas cuatro décadas. Los resultados, publicados en la revista “Nature”, ofrecen un panorama preocupante sobre la situación de los recursos hídricos a nivel mundial.
El análisis, titulado “Rapid groundwater decline and some cases of recovery in aquifers globally”, examinó minuciosamente 1,693 sistemas acuíferos y los datos recopilados de 170,000 pozos de seguimiento distribuidos en 40 países. De acuerdo con los hallazgos, el 30% de los sistemas acuíferos evaluados experimentan sobreexplotación y se encuentran en niveles críticos.
Según lo destacado del estudio en el que participaron investigadores de la Universidad de California, la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, la Universidad de Rutgers, el Colegio Universitario de Londres y la Universidad Rey Abdulaziz, las rápidas disminuciones en el nivel de las aguas subterráneas, definidas como caídas superiores a 0.5 metros por año, se han vuelto generalizadas en el siglo XXI, especialmente en regiones áridas con extensas áreas de cultivo. Además, se observa una tendencia preocupante: la aceleración de la disminución del nivel de las aguas subterráneas en los últimos 40 años en un tercio de los acuíferos regionales del mundo.
Los investigadores también señalan que la mayoría de los sistemas acuíferos afectados por esta aceleración también experimentaron una disminución en las precipitaciones a lo largo del tiempo, lo que indica una conexión entre la variabilidad climática y la extracción excesiva de aguas subterráneas. Esta disminución en las precipitaciones puede conducir a un aumento en la extracción de agua subterránea durante las sequías, así como a una reducción en las tasas de recarga del acuífero.
Además, los resultados sugieren que la aceleración en la disminución del nivel de las aguas subterráneas podría intensificar los impactos negativos, como el hundimiento del suelo y la escasez de agua, lo que plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad de la gestión de los recursos hídricos a nivel global.
En México, esta problemática cobra relevancia particular, ya que aproximadamente el 70% del suministro de agua en la Ciudad de México proviene del subsuelo, según Alejandro Jaramillo, especialista del Instituto de Ciencias Ambientales y Cambio Climático (ICAyCC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ante estos alarmantes hallazgos, se hace evidente la necesidad de implementar medidas urgentes para abordar la sobreexplotación de los acuíferos y garantizar la gestión sostenible de este recurso vital para la vida y el desarrollo humano.
¿Qué está pasando en México?
La situación hídrica en México continúa siendo motivo de preocupación, según el informe más reciente del Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), difundido el 13 de febrero. De acuerdo con este reporte, el 76.21% del territorio nacional enfrenta algún grado de sequía, lo que significa que solo el 23.79% se encuentra libre de este fenómeno.
La sequía extrema y excepcional persiste en diversas regiones del país, especialmente en el noroeste, noreste y centro de México, abarcando el 28.98% del territorio nacional. Además, se destaca que el 31.47% del país enfrenta sequía moderada y severa, mientras que el 15.76% se encuentra en condiciones anormalmente secas.
En informes anteriores, la Conagua señaló un aumento de la sequía moderada y severa en áreas como Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo y Puebla, así como un incremento de la sequía excepcional en Querétaro e Hidalgo. A su vez, se registró una disminución de la sequía moderada y severa en Tlaxcala y el oriente de Puebla. Se destaca que durante el periodo del 1 de enero al 4 de febrero de 2024, la lluvia fue un 41.4% menor que lo habitual para este lapso.
Respecto al nivel de llenado de las principales presas del país, que tienen la capacidad de almacenar el 92% del agua embalsada, la Subdirección General Técnica de Conagua informó que al 12 de febrero de 2024, se encuentra en un 50%, un punto porcentual menos que en el reporte anterior. Esto representa un déficit del 26% respecto al promedio histórico de capacidad de almacenamiento de agua en el país.
En particular, la situación del nivel de llenado conjunto de las tres presas del Sistema Cutzamala, encargadas de suministrar el 25% del abasto de la Zona Metropolitana del Valle de México, no ha mostrado cambios significativos desde el último informe del 31 de enero, lo que subraya la persistencia de la situación crítica en cuanto al suministro de agua en esta región clave del país. Ante este panorama, las autoridades y la población en general se mantienen alertas y en la búsqueda de soluciones para enfrentar esta problemática.
La falta de lluvias continúa siendo uno de los factores determinantes en la aceleración de la extracción de aguas subterráneas, según lo destaca el estudio mencionado. Al analizar las tasas de precipitación durante las últimas cuatro décadas en los sistemas hídricos subterráneos estudiados, se encontró que la disminución de las precipitaciones ha sido un factor clave en el agotamiento de los acuíferos. Esto se debe a que, en la mayoría de los casos, las disminuciones en el nivel de las aguas subterráneas se han asociado con una reducción en las precipitaciones a lo largo del tiempo, lo que ha llevado a una menor recarga de los acuíferos durante las sequías y a un aumento en las extracciones de agua subterránea.
Los investigadores señalan que esta tendencia podría estar relacionada con la variabilidad climática a escala decenal, lo que sugiere la importancia de abordar tanto la gestión de la recarga de acuíferos como los desvíos de aguas superficiales para mitigar el agotamiento de los sistemas acuíferos.
A pesar de estas preocupaciones, el estudio también identificó casos de éxito en los que el descenso del nivel de las aguas subterráneas se ha invertido. En aproximadamente el 16% de los sistemas acuíferos estudiados, se observó que el nivel de las aguas subterráneas aumentó a principios del siglo XXI, después de haber disminuido a finales del siglo XX. Además, en el 13% de los sistemas, el nivel de las aguas subterráneas se incrementó tanto a finales del siglo XX como a principios del XXI.
Estos hallazgos sugieren que, si se implementan medidas adecuadas de gestión del agua, existe un potencial real para la recuperación de los sistemas acuíferos agotados. Sin embargo, los expertos advierten que la recuperación de los acuíferos puede ser un proceso largo y complejo, que varía según las características específicas de cada sistema.
Alejandro Jaramillo Moreno, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC), destaca la importancia de los sistemas de aguas subterráneas para la sociedad, especialmente en áreas como la Ciudad de México, donde el 70% del agua consumida proviene del subsuelo. Jaramillo Moreno hace un llamado a la acción para abordar la sobreexplotación de estos sistemas, advirtiendo sobre los graves impactos ambientales y sociales que pueden resultar si no se toman medidas adecuadas.
En conclusión, el estudio resalta la urgencia de adoptar estrategias efectivas de gestión del agua para proteger y preservar los acuíferos subterráneos, que representan una fuente vital de agua dulce para muchas comunidades en todo el mundo.
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