La promesa presidencial de un aeropuerto internacional con servicios de primera clase parece desvanecerse ante la presión de la entrega.
Sedena a paso de tortuga
Información reciente publicada por el arquitecto y tuitero Axel Belfort, pone en perspectiva las capacidad de la Secretaría de la Defensa Nacional para concretar una de las obras que constituyen parte de lo que será el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
Se trata del hotel tipo bussines class que operará en el AIFA. De acuerdo con avances presentados durante la conferencia de prensa en Palacio Nacional a principios de año, la Sedena informó que será la cadena hotelera Holiday Inn la encargada de brindar servicio a los pasajeros nacionales o internacionales. No obstante, la empresa ha negado e incluso desconoce que vaya a ser la operadora para la gran inauguración programada el próximo 21 de marzo.
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Ante el contratiempo que supone la presión sobre la dependencia para entregar el mayor porcentaje completo de la obra —lo que no significa que sea funcional— se trabaja a marchas forzadas para tener, al menos, la fachada. Ya que no existe operador oficial encargado de acondicionar, capacitar al personal y organizar la logística necesaria en el edificio para dar servicio de hospedaje.
Una escenografía
Esta situación a dos meses de la inauguración, explica Belfort, se debe a la falta de experiencia de la Sedena en el ramo de hotelería.
“Repito, forrar y maquillar una estructura de concreto armado, dista mucho de inaugurar un hotel. […] Inaugurar, significa OPERAR, si existen zonas del AIFA que no operen al 100% de su etapa programada como 1ra fase, lo que veremos es un espectáculo de televisión, con escenografías de miles de millones de pesos y promesas no cumplidas.”
Axel Belfort
Desde el análisis de Axel, no es imposible poner en marcha un hotel en tiempo récord, siempre y cuando existan las condiciones legales, operacionales, contractuales y un plan maestro que se siga al pie de la letra.
Estamos a dos meses de ver cumplidos los temores de aquellas profecías que auguraban una obra mal hecha, de pésima calidad, sin cumplir con los estándares internacionales ni con los servicios funcionando al 100%.