Este modelo, aseguran científicos de la UNAM, reduce en un 40% los congestionamientos viales y tiempos de traslados.
El 23 de noviembre del 2020 comenzaron a operar en Circuito Interior los carriles reversibles con el objetivo de mejorar el flujo vehicular. En esta primera etapa se fijaron ciertos horarios para su funcionamiento.
En su momento, Luis Ruiz Hernández, director general de ingeniería de tránsito de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, explicó que el éxito de los periodos de prueba en febrero y marzo de ese año habían dado luz verde a su aplicación en los tramos mencionados para evitar congestionamientos viales.
Ejemplo de la funcionalidad de los carriles es que se redujeron los tiempos de recorrido de 26-33 minutos a 11-12 minutos en el tramo de La Raza-Marina Nacional. Además la velocidad pasó de 9-11 km/h a 30 km/h.
Al respecto, la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum declaró la mejora en la movilidad sin necesidad de hacer más vialidades.
El carril que se está haciendo en Circuito Interior es muy importante porque permite la misma capacidad sin necesidad de hacer más vialidades. Así que podamos tener mejor movilidad, dados los picos o el péndulo de la movilidad en la ciudad a cierta hora del día. La movilidad va de norte a sur o de este a oeste, y en la tarde va en sentido contrario; entonces, con la misma capacidad se está dando una mejor movilidad en una zona de Circuito Interior.”
El pasado mes de marzo, se reanudó la operación de los carriles en los horarios y las rutas ya definidas en Circuito Exterior. La Secretaría de Seguridad Ciudadana informó en un comunicado que se instalaron semáforos diseñados para indicar a conductores cuando el carril esté en funcionamiento tanto a las entradas como a las salidas y en puntos intermedios.
Científicos del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM crearon un modelo que puede reducir hasta 40% el congestionamiento. Como lo describimos, los carriles reversibles sí reducen los tiempos, sin embargo, podrían mejorarse si estos se adaptaran al momento de tráfico en vez de funcionar sólo en horarios fijos.
Algo de lo que vemos a la hora de invertir el sentido de los carriles es que se hace un caos porque coinciden los vehículos que llegan en una dirección y los que aún van en la otra; cuando se hace la modificación deben desviarlos a todos y eso es contraproducente”
Esta situación se debe a que los patrones de tránsito son variables e impredecibles, por lo que contar con un sistema que responda al flujo en tiempo real sería más eficiente. Los procedimientos matemáticos que llevaron a cabo demostraron que las exigencias del flujo vehicular varían básicamente cada día y el hecho de que los carriles operen en horarios fijos muchas veces generan cuellos de botella innecesarios.
Si tuviéramos sensores que midieran cuántos vehículos hay en una dirección y cuántos hay en otra, podríamos tener una vía reversible o varias que funcionaran según esta demanda, en lugar de un horario fijo”
Los resultados de este modelos están en espera de un acercamiento con autoridades capitalinas para llevar a cabo un simulacro. En ciudades como California, en Estados Unidos, e incluso China hay ya pruebas con este esquema.
Con información de Gaceta UNAM, El Financiero, El Sol de México.
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