Alianza Va por México y la preocupante “unidad a toda costa”

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La alianza Va por México resurgió en Edomex y Coahuila para disputar contra Morena la gubernatura de ambos estados. En este contexto, Isidro Cisneros analiza los dilemas sobre el tipo de oposición que se necesita en el país.

México necesita una oposición ciudadana

En su columna “‘Va por México’: la forma y el fondo”, el doctor Isidro Cisneros apunta que en México existe una “imperiosa necesidad de integrar una alternativa opositora con candidatos ciudadanos para el proceso electoral de 2024″. Por ello, invita a reflexionar sobre cómo será posible reconfigurar una nueva mayoría que dispute el poder sin proyectar solamente la voluntad de un partido mayoritario de la coalición ni reproducir el viejo “sectarismo político responsable de la profunda crisis que actualmente viven los partidos tradicionales”.

“México se encuentra urgido de una oposición democrática digna de ese nombre y que resulta útil una alternativa opositora frente a la deriva autoritaria que padecemos. El tema que urge clarificar entonces, es el tipo de oposición requerida para hacer avanzar a nuestra democracia”.

El solo “sumar fuerzas” empobrece a la política

Como señala Cisneros, hay quienes piensan que es urgente lograr la unión incondicional entre todos los grupos opositores, sin realmente considerar los criterios básicos de los objetivos por alcanzar, ya que se concentran solamente en construir una mayoría que, al menos en números, pueda combatir a Morena. Esto significa que la oposición se ha agrupado solamente a partir de cálculos políticos y de la necesidad de sumar fuerzas, lo cual “empobrece a la política y devalúa a la democracia”. Buscar pragmáticamente la unidad a toda costa resulta “preocupante desde la perspectiva ciudadana porque privilegia los medios sobre los fines“, advierte el politólogo y filósofo.

“El discurso que postula la unidad incondicional opositora choca contra la realidad. Los partidos que la integran sostienen repetidamente querer la unidad pero al momento de las definiciones se repliegan únicamente sobre sí mismos, como se pudo observar recientemente cuando se anunció la continuidad de dicha alianza electoral. Privilegiando la unidad irrestricta, se olvidaron los objetivos de la inclusión y del pluralismo paritario”.

Como explica Cisneros, los partidos tradicionales y las viejas élites políticas “nunca incluyeron de manera decidida a los ciudadanos, ni en los procesos de toma de decisiones, ni en los de representación política”. Por lo tanto, construir una oposición fundamentada en sus cálculos políticos y que “relega sistemáticamente los fines, las metas y los objetivos de la acción política democrática no puede representar una alternativa ciudadana“.

“Es necesario reconocer que contamos con una oposición que nació de la vieja partidocracia y que si no contribuimos a cambiar esta situación, seguiremos configurando soluciones ineficaces frente a las múltiples crisis que padece el país”.

Con información de La Crónica de Hoy

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