Este principio de AMLO para otorgar cargos en la administración pública federal ha tenido resultados desastrosos.
“Queremos gente honesta”
Al estrenarse su gobierno, Andrés Manuel López Obrador resaltó que durante su sexenio requería de gente honesta, “cualidad” al que le da el 99% de beneficio sobre la capacidad en los perfiles que integra a su círculo cercano dentro la función pública.
Para la analista Viri Ríos esta práctica ha traído resultados negativos, ya que delega a personas que carecen de conocimientos técnicos las funciones de puestos públicos de gran calado dentro de su administración. Errores que traen consecuencias cada vez más graves y que son evidentes, por ejemplo, en las grandes obras que ha promocionado.
“El Plan Nacional de Desarrollo se presentó con dos introducciones y datos contradictorios porque no se tuvo la capacidad para homologarlo. La construcción de la refinería Dos Bocas tendrá un sobrecoste del 50% y se entregará varios años tarde porque no se tuvo la capacidad para planear. El trazo del Tren Maya ha cambiado varias veces porque no se tuvo la capacidad para entender que un plan ejecutivo previamente negociado in situ era un requisito para el éxito del proyecto”.
Viri Ríos, analista política.
Costos monetarios, legales y hasta ambientales
La incapacidad en los cargos de alto nivel ha tenido costos monetarios, legales y hasta ambientales, puntualiza la analista.
Un caso muy ilustrativo es el actual ambiente de tensión que nuestro país mantiene en la resolución de desacuerdos con Estados Unidos y Canadá respecto a cláusulas del T-MEC, consecuencia de la incapacidad de los actores mexicanos involucrados para entender el alcance de la legislación.
Igualmente, menciona Ríos, la pésima negociación que Manuel Bartlett realizó con IEnova acarreó un costo, de acuerdo con datos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), de 6 mil millones de dólares por no entender el concepto de valor presente neto. En cuanto a daños ambientales, se puede observar la deforestación causada por el programa Sembrando Vida por no ponderar las reglas de operación.
El caso de la SEP
En este sentido, Viri Ríos pone en perspectiva que la designación de Leticia Ramírez como nueva titular de la Secretaría de Educación Pública significa comprometer el futuro educativo de millones de niñas, niños y jóvenes.
“En ningún lugar, las consecuencias de un Gobierno honesto, pero incapaz, son más evidentes que en la Secretaría de Educación Pública (SEP). La institución, que requeriría de un liderazgo con amplia capacidad técnica para resolver los embates que dejó la pandemia en los estudiantes, ha sido depositada en manos de operadores políticos sin verdadera experiencia”.
Viri Ríos, analista política.
La justificación para nombrar a Ramírez como la persona que dará continuidad a las políticas públicas en materia educativa no es suficiente para omitir que llega a la dependencia una operadora política, no así una funcionaria pública con la capacidad de hacerse cargo de las funciones propias de puesto.
El reto para Leticia, quien dejó de ejercer como maestra en 1984, es poner en marcha el nuevo Plan de Estudios de la Educación Básica 2022 sin que la estrategia para su implementación haya sido estructurada con rigor y teniendo en mente el déficit de recursos para costear los programas que ya están, además de los que se proponen.
“Lo más grave, sin embargo, es la falta de brújula y prioridades. La SEP está enfocada en crear un plan de estudios nuevo y publicar libros de historia nacionalistas cuando la prioridad debería ser atender el retraso educativo que dejó la pandemia. Como plantea Marco Fernández, profesor e investigador de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, atender el retraso educativo requiere evaluaciones estandarizables, pero la SEP no está dispuesta a implementarlas porque han abrazado el rechazo que existe a ellas por parte del CNTE”.
Viri Ríos, analista política.
Se desmantela el servicio profesional de carrera
Por último, Ríos hace una observación pertinente y es que la obsesión de López Obrador de tener a gente leal pero no capaz, está desmantelando el servicio profesional de carrera volviéndolo inexistente dentro de la administración pública federal.
“La SEP, como la mayoría de las instituciones con López Obrador, dependen de la visión y fuerza de personas. Cuando estas personas son operadores políticos, la visión se termina. […] Es imperante cambiar la dirección y revalorar la capacidad como una parte integral de las contrataciones de la función pública. La lealtad no te hace honesto y la honestidad no te hace capaz. López Obrador está muy equivocado en pensar que sí”.
Viri Ríos, analista política.
Con información de El País.
