LA “DEMOCRACIA” EN LA 4T

Montaje de políticos de la 4T con expresiones confusas o polémicas, rodeados de signos de interrogación.

Desde la Cancha

Por Demetrio Sodi

No cabe duda de que el concepto de democracia de López Obrador, y ahora de Claudia Sheinbaum, es muy diferente al que en la mayoría de los países desarrollados se entiende por democracia. La democracia de la 4T es lo que ellos llaman una democracia popular, muy alejada de lo que es la democracia liberal.

Mientras que la democracia popular parte de un Estado fuerte, la democracia liberal parte de una sociedad civil fuerte. Mientras que la democracia liberal busca, a través de la división de poderes, contener las arbitrariedades, ilícitos y abusos del Estado, la democracia popular justifica esos abusos en nombre de los intereses del pueblo.

López Obrador lo decía muy claro: “Por encima de la ley está la justicia”, y Claudia Sheinbaum ha afirmado: “Nada está sobre el poder del pueblo”.

La democracia popular se expresa en el control del poder político, una democracia encaminada a superar a la democracia liberal “burguesa”. El caudillo se asume como representante del pueblo y, con base en ello, justifica la concentración del poder en sus manos.

En nombre de esa democracia popular, López Obrador, pero sobre todo Claudia Sheinbaum, han logrado acabar en la práctica con la división de poderes y el Estado de derecho. Al controlar el Congreso, el Poder Judicial y la Fiscalía General de la República, han desmantelado los organismos independientes, la autonomía del INE y del Tribunal Electoral.

Han limitado el derecho al amparo, que protege los derechos ciudadanos, y, en nombre de la democracia popular, han ignorado a la sociedad civil, marginado a la oposición y controlado la mayoría de los medios de comunicación.

Claudia Sheinbaum dice, al igual que lo decía López Obrador, que México es el país más democrático del mundo, porque el pueblo elige al Poder Judicial. Lo que no dice es que la elección de los ministros, magistrados y jueces fue amañada; que desde la Presidencia de la República se seleccionaron, con antelación, los nombres que debían estar en las boletas para asegurar su triunfo.

No dice que, para ellos, lo importante es el control total del poder político, por encima de la ley y la democracia. En la letra de la Constitución seguimos siendo un país democrático, con división de poderes. En la práctica, somos una autocracia, en donde el poder político está controlado por unos cuantos.

La falta de controles y equilibrios abre la puerta a la corrupción de la élite gobernante. Terminar con la división de poderes y concentrar el poder en la Presidencia y en un solo partido elimina la rendición de cuentas, provoca corrupción e impunidad, como lo hemos visto en casos como Segalmex, el huachicol fiscal, la Barredora, y con Rocha Cantú, dueño del concurso de Miss Universo.

En la 4T aplican la máxima juarista: “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, la ley a secas”. Los amigos pueden violar la ley: Adán Augusto, Noroña, Layda Sansores, Rubén Rocha, Cuauhtémoc Blanco, el hermano de López Obrador, entre otros.

La democracia popular es una democracia a la antigua, que surge para garantizar la “libertad política” de la gente, en contraste con la democracia liberal, que garantiza la “libertad y los derechos civiles” de los ciudadanos para participar y organizarse.

En la democracia liberal, los ciudadanos controlan al Estado; en la democracia popular, el Estado controla a los ciudadanos. En lugar de “Nosotros, el pueblo”, la máxima es: “Yo soy el pueblo”.

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