El antropólogo Claudio Lomnitz, autor del libro El tejido social rasgado, explica que el Estado mexicano ha “reconcentrado en el poder de la Presidencia y sus extensiones: el Gobierno Federal y sobre todo la militarización”, la cual es un proceso que lleva ya 20 años de existencia en el país.
Un Estado que apela a la moral
Claudio Lomnitz, antropólogo social, historiador, ensayista y miembro de El Colegio Nacional, habló en entrevista con el diario La Crónica de Hoy sobre su libro El tejido social rasgado, en el que explica que México no es un Estado fallido, sino un Estado “con mucha soberanía y poca capacidad administrativa” que se aleja de policías judiciales y elige apelar a la moral que han olvidado los delincuentes. En este sentido, el académico explica que apelar a la moral no resulta suficiente, dados los niveles de violencia que se registran actualmente en el país:
“Y no solo en términos de cantidad, sino de tipo, que ha habido tanta transgresión que antes no había. Antes, un asesinato era un asesinato, ahora puede haber desaparición y no le dan a la familia la posibilidad de vivir un duelo, de hacer un entierro; o puede haber desmembramiento de un cuerpo, decapitaciones”.
Lomnitz aclara que el Estado mexicano no es un Estado fallido o que esté “colapsando”, sino que nos encontramos “ante un nuevo Estado que nos toca definir. Hay que entender que no es una falla, es una nueva normalidad, es un Estado mexicano con mucha soberanía y poca capacidad administrativa”. Por esta razón, a través del análisis plasmado en su libro busca “reconocer dónde estamos porque el rumbo que han tomado las cosas en México, sobre todo, desde el ángulo de la violencia, va tan al revés de todo lo que quisiéramos y nos cuesta ver que no es una falla”.
“Llevamos ya 20 años en un proceso de militarización”
El experto explica que en las últimas décadas, la sociedad mexicana ha sufrido “transgresiones morales atroces”, pero indica que la moral no es la causa, a pesar de que se ha utilizado como “un objetivo estratégico dentro de la sociedad que estamos viviendo”. Además, argumenta que ha habido cambios morales en la sociedad, como el acceso de las mujeres al mercado laboral, estrechamente relacionado con las costumbres, o el que los jóvenes no tengan una escolaridad suficiente para acceder a trabajos dignos.
Lomnitz señala que una parte del problema de violencia en el país deriva de la falta de inversión en el sistema de justicia y en las policías y que, a pesar de que se han intentado profesionalizar, “tenían ya un sistema descompuesto”, ya que el gobierno cobraba pocos impuestos y se sostenía de los ingresos petroleros, por lo que “podía darse el lujo de no gastar en policías ni ministerios públicos y tener más o menos un control político”.
“Tendemos echarle la culpa a la moral cuando en realidad tenemos un Estado que se ha replegado de sus obligaciones en el terreno de la procuración de justicia, y que incluye a la policía, y se ha reconcentrado en el poder de la Presidencia y sus extensiones: el Gobierno Federal y sobre todo la militarización, que no es nueva. Llevamos ya 20 años en un proceso de militarización. El gobierno se desentiende del proceso de justicia y luego le echa la culpa a la gente, a sus costumbres, y eso, en mi opinión, no es correcto”, apunta Lomnitz.
Con información de La Crónica de Hoy
