Arriaga, Concheiro, Gómez: las caras de la izquierda más radical de Morena

Un nuevo grupo de funcionarios que representan a la izquierda más radical de Morena causa polémica y genera dudas sobre cuál será su verdadero alcance y poder dentro de la Cuarta Transformación.

Marx Arriaga

El director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) es doctor en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, y en 2015 fue galardonado con el Premio Estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación Chihuahua en el área de Humanidades, Educación y Ciencias de la conducta. Su actuación al frente de la elaboración de los libros de texto gratuitos de la SEP ha causado una gran polémica y ha sido sumamente cuestionado por su postura anticapitalista en la que ha dejado entrever que serán convertidos en herramientas de adoctrinamiento contra la política neoliberal y a favor del nuevo grupo político en el poder.

Para que Marx Arriaga se haya empoderado de su influencia, y para fortalecer su prepotencia en la cultura de la sociedad, empezó por deshacerse de verdaderos valores culturales, como son Daniel Goldin, de la dirección de la Biblioteca Vasconcelos, y de Jorge F. Fernández, como ministro de asuntos culturales de la embajada de México en España. Posteriormente ha promovido la eliminación de palabras que a él y al gobierno le hacen daño, como neoliberal, eficiencia, productividad, calidad educativa y ¡hasta matemáticas! (¿?).

“Arriaga y la descultura“, Eduardo Gurría en Educación Futura

Luciano Concheiro

Concheiro es doctor en Desarrollo Rural por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco, donde ha sido profesor por más de cuatro décadas, y maestro en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). También es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) eintegrante de la Academia Mexicana de Ciencias.

Su pasado es de izquierda: participó el Movimiento Estudiantil de 1968, sobrevivió al 2 de octubre, fue dirigente estudiantil del movimiento de 1971 y estuvo involucrado en las luchas agrarias de los años 70. Fue miembro del Partido Comunista Mexicano (PCM) del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) y del Partido Mexicano Socialista (PMS).

En Morena participó desde sus inicios y ahora es subsecretario de Educación Pública, puesto en el que ha llegado a promover al comunismo como una ideología necesaria para comprender a la Cuarta Transformación. “Festejar el comunismo desde nuestro país nos parece esencial en este momento, si lo que pretendemos es transformar nuestra lacerante realidad”, dijo recientemente durante un debate en El Colegio Nacional.

Además, ha dejado muy clara su postura respecto de que el proceso de transformación del país “representa una ruptura radical” con el “modelo de universidad que se había instalado entre nosotros, que es una lectura dominante, que nos arrastra hacia el positivismo y el neopositivismo, cuando bien nos va”. Así lo expresó durante la presentación del proyecto piloto de la Universidad Autónoma de Zacatecas, “Concepción y Ruta Crítica para el Proceso de Reforma”, en octubre del año pasado:

“Estábamos cosificando a nuestros estudiantes, estábamos a través de las ‘competencias’ famosas, creyendo que de esa manera, íbamos a tener una mejor inserción en el mercado laboral, en el mercado de lo que significa la ciencia, la técnica y las innovaciones, y lo único que estábamos haciendo, es vender nuestra alma al diablo”.

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Pablo Gómez

El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Pablo Gómez, ha sido señalado por Mario Vázquez, coordinador de los diputados del PAN en el Congreso, de ser “un duro de la izquierda radical mexicana”, que continuará con la persecución política de los opositores a la Cuarta Transformación. Gómez también tiene un perfil estrechamente ligado al comunismo, tras participar en el Movimiento Estudiantil de 1968, fue un preso político del 2 de octubre de 1968 y posteriormente, entre 1976 y 1982 se convirtió en integrante del Comité Central del Partido Comunista Mexicano. En 1982 fue líder nacional del Partido Socialista Unificado de México y en 1987, miembro fundador del Partido Mexicano Socialista.

Ahora está encargado de investigar el lavado de dinero y los delitos financieros en México, aunque también se ha inmiscuido en la grilla política, al proclamarse a favor de la participación de los ciudadanos en la Revocación de Mandato, la cual señalaba como obligatoria de acuerdo con lo estipulado en la Constitución Mexicana. También se ha declarado en contra del INE, al que acusa de tener fideicomisos ilegales y sabotear la consulta, al retener 1,360 millones de pesos.

“Ha tenido una larga militancia en la oposición. Tiene setenta y seis años y mucha energía todavía para mantenerse vigente en las filas del Movimiento de Regeneración Nacional, donde ha dado muestras de su carácter y de su radical militancia. Siempre ha sido muy echado para adelante, como se dice en el argot popular, aunque también algunas veces se extralimita (…) Es un hombre hosco, berrinchudo, y cree que siempre tiene la verdad”.

“El radical de siempre...”, Vladimir Galeana Solórzano, en El Punto Crítico

Horacio Duarte

El actual administrador de la Agencia Nacional de Aduanas en México (ANAM) también es de raigambre izquierdista, pues en participó en 1987 en la formación del Partido Mexicano Socialista y posteriormente fue uno de los fundadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Ha tenido cargos como presidente municipal de Texcoco, subsecretario de Empleo y Productividad Laboral, diputado federal y local, y ha representado a Morena ante el Instituto Nacional Electoral.

Actualmente, las posturas de Duarte en apoyo a la reforma electoral del presidente López Obrador han sido muy cuestionadas. Duarte, quien se muestra orgulloso de su posición política y publica en redes que “ser de izquierda es anclarnos en nuestros ideales y principios, no desdibujarnos, no zigzaguear”, se ha mostrado a favor de una reforma que supuestamente reducirá el gasto de los procesos electorales, desaparecerá al Instituto Nacional Electoral para crear el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), reducirá la cantidad de diputados y senadores, promoverá el voto electrónico y desaparecerá a los Institutos y Tribunales Electorales locales.

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