Campesinos de Coahuila: entre la sequía, el abandono y la pobreza

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Los campesinos de Coahuila se enfrentan a problemas como la agricultura extractivista, la sobreexplotación y escasez del agua, ante un gobierno estatal que ha sido incapaz de garantizar su subsistencia.

Campesinos contra la adversidad y el abandono

En Coahuila, el sector agrícola se enfrenta a fuertes desafíos, como la agricultura extractivista, la sobreexplotación del agua y la migración por escasez de este recurso, mientras que el presupuesto estatal asignado al desarrollo rural es insuficiente. Según cifras del INEGI, en 2022, Coahuila fue la séptima entidad del país con mayor disminución de actividades primarias (como la agricultura, ganadería, pesca y caza), al bajar un -1.3%, mientras que a nivel nacional este sector registró un incremento promedio de 2.5 ciento.

En contraste, su industrialización ha crecido, pues también fue la quinta entidad del país con mayor incremento de actividades secundarias, mismo que ha desplazado al sector ejidal, al aumentar la cantidad de compañías que promueven el extractivismo agrícola, mediante del cual se explota el campo para satisfacer las demandas del mercado y no para el autoconsumo.

José Luis García Valero, activista de la organización de campesinos “Sí a la Vida”, explicó que se ha intensificado el despoblamiento de los ejidos a consecuencia de esta industrialización y cada vez se le entregan con más frecuencia las tierras a los empresarios. García Valero advierte que estas prácticas aumentarán el deterioro del medio ambiente, pues “no hay energía suficiente para sostener ese tipo de agricultura extractivista, acaban con la tierra y la dejan convertida en un desierto”.

“Hoy se considera que el campo es arcaico y que hay que modernizarlo y entregárselo a los empresarios para que tengan esas formas de neolatifundismo, que ya no tiene que ver con grandes extensiones de tierra. Tiene que ver más bien con la concentración de tecnología, agua y de insumos agroquímicos y demás en fracciones relativamente pequeñas de tierra, es lo que se llama agricultura extractivista”, apunta el experto.

Sin recursos para el campo

Durante el sexenio de gobernador de CoahuilaMiguel Ángel Riquelme se destinaron 94.65 millones de pesos a la Promotora del Desarrollo Rural de Coahuila, organismo de la Secretaría de Fomento Agropecuario que tiene como objetivo: apoyar la política agropecuaria del estado, elaborar y ejecutar programas y acciones para el desarrollo de la
infraestructura silvoagropecuaria
y promover los mecanismos de coordinación, concertación y asociación necesarios
para desarrollar el ámbito silvoagropecuario de la entidad.

Sin embargo, de acuerdo con información dada a conocer por Reporte Índigo, “esta cantidad representa sólo el 0.021% del recurso destinado a solventar los intereses de la deuda pública de la entidad nada más en el 2023, cifra que alcanzó los 4.41 mil millones de pesos”.

“Los famosos programas de ayuda como Procampo son paliativos que tratan de reducir el impacto. Es como querer curar un cáncer con aspirinas. La enfermedad es otra.

Se trata de recuperar el campo para los campesinos que no están pensando en hacer negocio, sino en producir alimentos que ellos mismos comen. Se tiene que volver al maíz, al frijol, a la calabaza, al chile, al garbanzo, a la milpa, a la hortaliza que son alimentos para la gente. De eso se trata, no de modernizar al campo”, explica el activista García Valero.

Escasez de agua y sobreexplotación de acuíferos

Aunado a lo anterior, el Centro de Investigación en Política Pública publicó en febrero de este año la investigación “Aguas en México ¿Escasez o mala gestión?”,  en el que indica que Coahuila es una de las entidades vulnerables a las sequías por el aumento de las temperaturas. Pese a ello, en el estado hay acuíferos sobreexplotados que están siendo afectados por la industrialización y cuyos recursos son despojados de las comunidades cercanas.

Felipe Rodríguez, presidente del Comité de Defensa del Agua en Parras de la Fuente, Coahuila, ha solicitado desde 2010 que se decrete una veda que impida la sobreexplotación de los acuíferos de Paila, General Cepeda y Saltillo Sur, los cuales pierden decenas de millones de metros cúbicos de agua por año.

“Son acuíferos totalmente sobreexplotados en los que se siguen haciendo perforaciones ilegales y que día con día va aumentando la sobreexplotación y va bajando el volumen de agua”, lamenta Rodríguez.

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Con información de Reporte Índigo

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