Consulta “patito” de AMLO: Luis Carlos Ugalde explica lo que pasará con ella

Luis Carlos Ugalde analiza las intenciones del presidente López Obrador al promocionar una nueva consulta desde Segob, llamada “ejercicio participativo”, para promover la iniciativa (presentada por el PRI) que propone dejar a las Fuerzas Armadas en las calles hasta 2028.

La verdad detrás de la nueva “consulta” de AMLO

En su columna titulada “Abdicación”, el director general de Integralia Consultores y exconsejero presidente del IFE (ahora INE), Luis Carlos Ugalde, señala que la iniciativa presentada por el PRI y apoyada ampliamente por el presidente Andrés Manuel López Obrador para prolongar la presencia de los elementos de Sedena y Semar en tareas de seguridad pública hasta 2028 “es, en el fondo, el preámbulo para que esa presencia sea permanente”.

“Por lo pronto, ya inició la guerra en contra de la oposición a través de la consulta para que el pueblo exprese su deseo de que la Guarda Nacional sea militar y controlar así la narrativa y acusar a sus adversarios del problema de la inseguridad que no ha resuelto ni resolverá en lo que resta del sexenio”, advierte el experto.

Ugalde explica que con el nuevo ejercicio participativo que se realizará desde la Secretaría de Gobernación, a la que llama “consulta ‘patito'”, el presidente López Obrador se niega a usar la figura de consulta popular “que da certeza” y que finalmente podría ser vinculatoria.

Ya sabemos el resultado: una inmensa mayoría de una inmensa minoría que acudirá a votar en urnas instaladas por Morena y el gobierno dirán lo que AMLO desea: que los soldados se queden en las calles y que la Guardia Nacional se parte de la @SEDENAmx

El director de Integralia Consultores apunta que, tras la “consulta”, el presidente volverá a enviar la iniciativa (como el propio López Obrador lo confirmó en su conferencia matutina de este martes 27 de septiembre) en febrero del próximo año y que, en caso de ser rechazada otra vez en el Senado, acusará a la oposición de “dar la espalda al pueblo”.

Y así AMLO se inmunizará frente a la crítica del fracaso del (no) combate a la inseguridad: dirá que la oposición le impidió resolverlo y que es su culpa. Con la alta popularidad (decreciente) de las FFAA, muchos comprarán el argumento (…)

Y Senado deberá resolver en los siguientes días cómo lidiar con iniciativa del PRI (devuelta a comisiones) para prolongar presencia de FFAA hasta 2028. En los hechos, @lopezobrador_ mató hoy en su mañanera la importancia de esa iniciativa porque quiere asumir la bandera él mismo.

Sin acuerdos previos para invalidar la propuesta

Como señala Ugalde, quien asuma el gobierno del país en 2024 “heredará una inercia con dominio de las fuerzas armadas” y en 2028, “tendrá todos los incentivos (fuerzas militares más empoderadas, policías locales más endebles, alta incidencia criminal, recursos escasos, presión social y política)” para buscar la militarización de la seguridad pública de manera permanente.

Frente a ello, el especialista argumenta que, para que sea creíble la propuesta presidencial de que las Fuerzas Armadas dejen las calles en 2028, debería haber “acuerdos parciales que, de no concretarse, invaliden el acuerdo”, tales como: 1) que la Guardia Nacional no pase a ser parte de la Sedena, 2) que el gobierno restituya los fondos de apoyo para gobiernos estatales y municipales en materia de seguridad, 3) que el presidente haga un llamado para que los gobiernos de todo el país inviertan recursos económicos y políticos para fortalecer a sus policías locales y 4) que los integrantes actuales de la Guardia Nacional que forman parte de las Fuerzas Armadas tengan que definirse en los próximos 12 meses por su permanencia en una o en otra institución. Sin embargo, ninguno de estos planteamientos forma parte del discurso del presidente.

Cuando un gobierno tira la toalla y le entrega las llaves de la seguridad pública a las fuerzas armadas, está abdicando de su razón de ser. Porque los ejércitos son entrenados para proteger fronteras y territorios, no para cuidarnos del asalto, la extorsión o el homicidio.

Con información de @LCUgalde y El Financiero