Esta semana, la asamblea maya Múuch’ Xíinbal denunció públicamente la falta de transparencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en cuanto al manejo de los más de 10 mil vestigios arqueológicos encontrados en la ruta en donde se construye una de las obras más importantes de esta administración: el Tren Maya
Dicha asamblea exigió que se detenga el saqueo de estas piezas y que las regresen a sus comunidades.
El activista Pedro Uc Be, integrante de esta organización dedicada a la defensa del territorio indígena, mencionó que esta situación es muy preocupante, pues las personas se aprecian su cultura, su lengua y su historia.
“Lamentablemente el patrimonio cultural ha sido manejando de forma arbitraria por parte de las autoridades, y con el tren se ha venido a profundizar un saqueo impresionante. El INAH no está rindiendo cuentas sobre esta situación y eso nos molesta y duele. La gente que promueve este megaproyecto nos ningunea y se burla de nosotros”, declaró.
Dijo además que no hay transparencia en su manejo y conservación, además de que recabaron testimonios de pobladores mayas que laboran en las vías ferroviarias que han detectado estas anomalías.
“Ellos son testigos de estos saqueos, pero no lo pueden decir abiertamente porque los pueden despedir de su trabajo o en el peor de los casos, ser amenazados”, enfatizó Pedro Uc, quien dijo que estiman que son más de 10 mil piezas prehispánicas.
Por su parte, en un pronunciamiento firmado por Múuch’ Xíinbal y otras organizaciones mayas, se exigió al Gobierno federal y al INAH que el proceso de hallazgo, documentación y recuperación del patrimonio arqueológico sea transparente, con informes cualitativos y cuantitativos de los monumentos y piezas encontradas, y que todo este proceso no esté supeditado a los intereses empresariales.
Múuch’ Xíinbal sostuvo que estos hallazgos son suficientes para la cancelación del Tren Maya, pues se tiene que priorizar la vida y la cultura y no los intereses económicos de un grupo de empresarios. El INAH tiene la oportunidad histórica de reivindicarse para lo que originalmente fue creada, agregó.
Además, recalcó que este manejo poco transparente del destino de las piezas les recuerda la quema y destrucción de más de 5 mil vestigios ocurrido en el convento de Maní en el año de 1562, como castigo a los mayas rebeldes que no aceptaron al nuevo Dios.
“El despojo y la destrucción continúa ahora con un tren que nosotros los mayas no solicitamos, por lo tanto, no lo aceptamos; la historia se repite y el despojo que lleva más de 500 años continúa, ahora solo se moderniza”, precisó la asamblea.
Obra polémica de AMLO
La construcción del Tren Maya, proyecto insignia de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, recibió desde el inicio fuertes críticas de expertos en arqueología y medioambiente.
Entre los principales temores de los investigadores se encontraba la posibilidad de que las obras destruyeran importantes yacimientos históricos todavía sin descubrir, a lo largo de los mil 500 kilómetros de ruta.
Ya antes de que comenzaran los trabajos sobre el terreno, el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos de México incluía un total de mil 709 vestigios ubicados en distintos puntos por los que pasaría el tren. Según el INAH, la mayoría de ellos se localizaba en Yucatán (649), Campeche (481) y Tabasco (295), aunque también había en Quintana Roo y Chiapas (142 cada uno), donde en algunos casos se han encontrado piezas arqueológicas mayas.
Con información de Herbeth Escalante / Corresponsal en Yucatán
