El enraizado racismo y clasismo mexicano; ¿existe una ventaja ‘whitexican’?: análisis desde Oxfam México

El término “whitexican” se ha popularizado en nuestro país para referirse a quienes buscan identificarse como “blancos” dentro de una sociedad con profundas desigualdades en cuanto a niveles socioeconómicos; el deseo de pertenecer a clases sociales altas y acceder a sus lujos y costumbres con una característica clave ante este nuevo concepto.

Al respecto, se ha hecho viral en redes la información que compartió la organización sin fines de lucro Oxfam México en su informe “Por mi raza hablará la desigualdad”, en el cual se desnudan las múltiples y enraizadas causas y consecuencias de las diferencias culturales, sociales y económicas en el país.

“En términos generales, estos estudios muestran que existe una fuerte asociación entre la posición social de origen y de destino de las personas en cada una de estas dimensiones, así como una alta reproducción de las posiciones sociales. Lo anterior se acentúa en los extremos de la estratificación social, es decir, entre quienes provienen de familias en situación socioeconómica de amplia ventaja o desventaja”, explica el estudio.

Imagen de Oxfam México


Adentrándose un tanto a la cuestión étnico-racial, Oxfam puntualiza: “Esta perspectiva es consistente con la ideología dominante del mestizaje, que distingue a la población mexicana en tres grandes grupos: los «indígenas», los «europeos» y el grupo predominante de «mestizos», que surge de la mezcla de los dos anteriores. Bajo este modelo, en el que lo blanco y lo mestizo se funden, a la población indígena se la concibe, de manera implícita, como un remanente de los grupos poblacionales originarios que no se han integrado al mestizaje”.

En tanto, las cifras que han resaltado en redes sociales a partir de este estudio muestran que una de cada tres personas de tez blanca pertenece al 25 por ciento más rico de México; asimismo, existe un porcentaje mayor de personas (25%) con educación superior con respecto al resto, dependiendo su color de piel, situación que incluso aumenta el riesgo de no tener educación básica.

En tanto, para las mujeres con piel blanca es más sencillo en un 43 por ciento conseguir empleo que para quienes tienen tez más oscura. Viri Ríos, columnista de El País, recupera estos datos y señala: “El éxito en un país clasista y racista como México no se debe sólo al mérito, se debe también, tristemente, al tono de piel con el que nos tocó nacer”.

Es decir, añade Oxfam, “el menor logro educativo, ocupacional y económico de las personas que hablan alguna lengua indígena, se autoadscriben como indígenas, negras o mulatas, o tienen tonos de piel más oscuros se debe en buena medida a que estas personas provienen de familias o entornos geográficos con una acumulación originaria de desventajas sociales”.

“En pocas palabras, la desigualdad de oportunidades de hoy todavía se alimenta de la discriminación y el racismo del pasado”.

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