En su artículo titulado “No le cambien ni una coma”, publicado en el periódico El Economista, Demetrio Sodi aborda la preocupante sumisión del Congreso mexicano al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, durante los últimos seis años.
Reflexiones de Demetrio Sodi
Sodi comienza relatando su experiencia como diputado por el PRI en 1988, cuando el presidente Salinas de Gortari instaba a su partido a no modificar ni una coma de las iniciativas presidenciales. Esta instrucción, según el autor, reflejaba la necesidad de una disciplina incondicional por parte de la fracción priista, aunque él se opusiera a ella y años después renunciara al partido para unirse al PRD.
El artículo resalta cómo la situación actual del Congreso ha sido caracterizada por una sumisión sin precedentes al presidente López Obrador y su partido, Morena. Durante la última Legislatura, la mayoría morenista ha seguido la instrucción de no cuestionar ni modificar las propuestas del ejecutivo, aplastando cualquier intento de oposición por parte de otros partidos políticos.
Sodi señala una diferencia crucial entre la época del presidencialismo priista y la actualidad: antes, el presidente tenía contrapesos significativos, mientras que ahora López Obrador ejerce un control casi absoluto sobre el Congreso y el país en general. Además, destaca la falta de consulta y consenso en la elaboración de las iniciativas presidenciales, lo que contrasta con la práctica pasada de consensuarlas con diversos sectores de la sociedad.
Fin a excesos y caprichos
El autor advierte sobre el peligro de la falta de contrapesos en el sistema político actual, donde la reelección de diputados y senadores los hace aún más sumisos al presidente y a su partido. Sodi argumenta que la defensa de la democracia mexicana depende de ganar la mayoría en ambas cámaras del Congreso, lo que permitiría contrarrestar los excesos y caprichos del poder ejecutivo.
En conclusión, el artículo de Demetrio Sodi plantea una reflexión profunda sobre la necesidad de fortalecer los contrapesos institucionales y recuperar la autonomía del Congreso frente al poder presidencial, como un elemento esencial para garantizar la salud democrática del país.