La Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) lanzó una licitación el pasado 14 de mayo para la contratación de un servicio especializado que ayude al proceso de comercialización de la aeronave Boeing 787-8 Dreamliner, denominado en su momento José María Morelos y Pavón, es decir, el avión presidencial.
El procedimiento arrancará con una investigación de mercado para identificar potenciales compradores. En una segunda fase, se desplegará “publicidad estratégica y táctica” sobre la aeronave y se recibirán ofertas, cuya idoneidad revisarán el contratista y la UNOPS. Además de respetar el precio mínimo, los compradores tendrán que cumplir una serie de requisitos, entre ellos no tener problemas legales, no estar incluidos en la lista de vendedores suspendidos de Naciones Unidas y que los recursos utilizados tengan una procedencia lícita.
Una vez hecho ese análisis, se hará una recomendación a las autoridades mexicanas. El Gobierno se encargará entonces de negociar directamente con el comprador los plazos de entrega y los detalles contractuales, con el apoyo de la UNOPS y del contratista.
Desde el 2018, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha tratado de vender el avión presidencial que permanece resguardado por la Fuerza Aérea Mexicana en el 6º Grupo Aéreo, antiguo Hangar Presidencial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y que, de acuerdo con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), su conservación y labores de mantenimiento les ha representado una erogación superior a los 420 millones de pesos.
En este nuevo intento a partir del Acuerdo Específico de Colaboración que firmó en 2019 el gobierno de México, a través de Banobras, con la UNOPS, se establece que el piso mínimo de venta de la aeronave será de 2 mil 286 millones 17 mil 512 pesos con 15 centavos y la “comisión de éxito” será propuesta por la empresa que esté interesada en llevar a cabo este servicio.
Fue el pasado 5 de marzo que el jefe del Ejecutivo anunció la subasta de aeronaves y helicópteros de las fuerzas armadas que eran utilizados para el traslado de altos funcionarios, en su conferencia de prensa anunció también la colaboración con la ONU para poder vender dicha aeronave, “no se tiene pensado rematarla”, apuntó.