El gobierno de AMLO se ha caracterizado por el encumbramiento de un solo hombre y la sumisión de todo su equipo. Tanto el gabinete, como los simpatizantes de su partido y las bancadas morenistas del Congreso siguen ciegamente los mandatos del presidente.
“Marionetas” sumisas del presidente
“Nunca había visto un gabinete, un partido y unos legisladores más sumisos que los del actual gobierno y Morena. Ni en las peores épocas de Echeverria, López Portillo o Salinas había habido tanta sumisión a la palabra presidencial”, señala Demetrio Sodi en su columna “Sumisión total”, publicada este jueves en el diario El Economista. Sodi explica que el gabinete se ha desdibujado y ha dejado de ser un espacio para la negociación.
Apunta que los secretarios de Estado han pedido importancia política desde que llegó el presidente Andrés Manuel López Obrador al poder. Mientras que en otras épocas los mandatarios solían tener en cuenta sus opiniones y propuestas, ahora “la única palabra que cuenta es la del presidente”. De igual forma, en la Cuarta Transformación tampoco se negocia con sectores como el obrero, las organizaciones campesinas y las cámaras empresariales.
El gabinete prácticamente no existe
Con la 4T, la figura de los secretarios se ha desdibujado a tal grado, que estos funcionarios incluso aceptan realizar tareas que no forman parte de sus atribuciones y responsabilidades, solo porque así lo ordena el presidente. Tal es el caso de la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, quien “es sólo una empleada de los secretarios de Defensa y Marina y que para llenar su tiempo, el presidente le encargó la vacunación en la frontera y las jornadas sociales para vender la mercancía incautada”. Demetrio Sodi apunta que el caso más extremo de sumisión es el de Marcelo Ebrard:
“Prácticamente no opina sobre las relaciones exteriores del país, pero está encargado de la compra de vacunas y medicinas y de la política de inmigración que corresponden, de acuerdo con la ley, a las secretarías de Salud y Gobernación, respectivamente. Si Ebrard tuviera algo de dignidad, que no tiene, ya hubiera renunciado. El presidente ha hecho pedazos nuestra relación con España, Austria, Panamá, la Unión Europea y Estados Unidos, ante el silencio cómplice del secretario”.
Llegan hasta la indignidad
Como apunta Demetrio Sodi en su análisis, después de que el país tuviera una verdadera división de poderes durante más de dos décadas, esta simplemente se acabó a causa de “la sumisión total de los legisladores de Morena al presidente López Obrador”. En este sentido, celebró que, gracias a las alianzas de la oposición y los resultados de las elecciones de 2021, “Morena tuviera la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, sino López Obrador ya hubiera hecho pedazos nuestra Constitución”.
Sobre Morena y los miembros del partido, Sodi destaca la evidente subordinación de Mario Delgado, cuyo “discurso llega a la ignominia y afortunadamente va a ser un factor de ruptura y declinación de Morena”.
“López Obrador no oye, no acepta recomendaciones de nadie, el todo lo sabe y como fue quien ganó los votos, nadie tiene derecho a cuestionarlo. Si alguien se atreve a oponerse, sabe que sus días están contados; por eso los funcionarios, los legisladores y Morena no salen a medios y no tiene presencia pública, su sumisión ha hecho que desaparezcan y sean solo marionetas de las ocurrencias del presidente”.
Con información de El Economista