Realidades diferentes: las inauguraciones “a medias” de López Obrador
En su artículo reciente en El Universal, Carlos M. Urzúa aborda la astucia política del presidente Andrés Manuel López Obrador, destacando su habilidad para vender ilusiones a sus seguidores, independientemente de si estas se materializan o no. Urzúa señala ejemplos concretos, resaltando las inauguraciones presidenciales que parecen ser más un acto simbólico que un hecho consumado.
Uno de los casos mencionados es la supuesta inauguración de la refinería de Dos Bocas en Tabasco en julio de 2022. A pesar de este evento, la refinería aún no ha producido un solo litro de gasolina, y se espera que, en caso de hacerlo, no sea sino hasta el año 2024, con un costo final considerablemente mayor al presupuestado inicialmente.
Otra “mentirilla presidencial” señalada por Urzúa es la inauguración parcial del Tren Maya. López Obrador cortó la cinta en un segmento que representa apenas un tercio de las vías férreas totales que abarcarán cinco estados del sur de México. Urzúa utiliza una analogía visual para representar la situación, comparando las vías con un trapezoide asimétrico que se asemeja a un papalote, con Cancún y Escárcega como los vértices más alejados.
El autor destaca que el trayecto “inaugurado” por el presidente representa solo un tercio del total, que suma 1,554 kilómetros. Urzúa pone de manifiesto la discrepancia entre la realidad y la narrativa presidencial, cuestionando la validez de estas inauguraciones parciales y resaltando la necesidad de un análisis más crítico de los proyectos y promesas del gobierno actual