El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en su conferencia matutina que resolverá el problema del agua del pueblo yaqui, además de regresarles tierras que les han sido sustraídas injustamente. En contraparte, las denuncias sobre el desabasto que representará el Tren Maya para las comunidades indígenas en el sureste prueban que el proyecto no toma en cuenta los intereses de los pueblos originarios.
No habrá expropiaciones
López Obrador negó que se vayan a registrar expropiaciones en el territorio yaqui, si estas se encuentran “legítima y legalmente constituidas”, al referirse a la preocupación que ha ocasionado entre la población el deslinde de 40 predios en cinco municipios de Sonora por parte de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
El 6 de agosto de 2020, López Obrador firmó el Decreto que crea la Comisión Presidencial de Justicia para el Pueblo Yaqui, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 27 de octubre. A través de este, se pretende resarcir a los pueblos yaquis la propiedad de sus tierras y también proveerles de agua potable.
Al consultarle sobre la postura de los pueblos yaquis sobre el agua de la presa El Novillo, así como su inconformidad en relación con el acueducto, el cual consideran un riesgo para la subsistencia de sus comunidades, López Obrador aseguró que:
No se hace nada si no es con el acuerdo de los gobernadores yaquis, de las autoridades tradicionales de los pueblos. Estamos trabajando; ya llevamos como un año con una comisión que está allá y es algo que yo estoy atendiendo personalmente”.
El presidente dijo que siempre hay protestas, pero que su gobierno está actuando de buena fe para resolver los problemas a través del diálogo y los consensos.
Promete hacer justicia
Además de llevar a cabo una restauración ecológica del río Yaqui, se plantea destinar una inversión en la infraestructura para agua potable de mil 800 millones de pesos; de 490 millones para alcantarillado y saneamiento del agua, y de 450 millones para la transferencia y operación del Distrito de Riego.
“Tenemos que hacer justicia de la mejor manera posible”, aseguró, y señaló que esto se llevará a cabo sin confrontar ni polarizar, por lo que llamó a una reconciliación, porque “se ha tratado muy mal a los pueblos yaquis”.
Tren Maya: la otra cara de la moneda
En contraste con la promesa del presidente para los yaquis, se encuentra la lucha de las poblaciones indígenas del sureste del país y las organizaciones ambientales, que han denunciado las repercusiones ecológicas que tendrá este proyecto en el sur del país, las cuales han expresado su preocupación por la posible falta de agua en las comunidades para abastecer las necesidades del turismo.
En este sentido, un estudio en encargado por Fonatur indicó que la disponibilidad de este recurso en Calakmul:
Es la más baja del estado, con sólo 67% de las viviendas tiene agua entubada, mientras el resto acarrean o usan captación de lluvia los meses que pueden”.
Un crecimiento caótico
En un reporte publicado por El Universal, se señala que uno de los proyectos más emblemáticos del presidente “podría traer un crecimiento caótico y convertirse en la mayor amenaza para la Reserva de Calakmul”.
Se teme que con la llegada del Tren Maya, incremente la explotación forestal de la selva, en una zona donde ya se vive un grave problema de tala ilegal, ya que “habrá que multiplicar por 64 la oferta de cuartos turísticos en los aledaños a la reserva y a la zona arqueológica”, lo que significará un duro golpe para los recursos naturales del sureste de México.
Además, en febrero de este año, la jueza del Cuarto Distrito de Yucatán ordenó la suspensión provisional de obras en el tramo III del Tren Maya por las demandas de amparo que presentaron Asamblea de Defensores del Territorio Maya “Múuch’ Xíinbal” y el Colectivo Chuun t’aan Maya, entre cuyos argumentos se encuentra “la omisión de realizar una evaluación ambiental regional que incluya todo el estudio de los impactos del proyecto de forma integral y no seccionándolo por tramos”.
Con información de El Universal, Milenio y Animal Político