Contrario a los valores predicados por AMLO, existe una cúpula de funcionarios juniors que ocupan puestos por nepotismo.
Con el reciente anuncio de Pablo Daniel Taddei, hijo de Jorge Luis Taddei Bringas, superdelegado de Sonora, como próximo director de LITIOMX, las críticas sobre el influyentismo en la designación de perfiles en puestos de alto nivel recordaron que esta práctica es común en la 4T.
AMLO ha sido tajante en sus discursos sobre las y los funcionarios que deben ocupar cargos en su administración, siempre destacando la honestidad como la mayor cualidad que distingue a sus colaboradores.
“He sido muy claro que el pueblo nos eligió para acabar con la corrupción, con la impunidad, para que no haya amiguismo, influyentismo, nepotismo, ninguna de esas lacras de la política, y hemos actuado con honestidad y lo vamos a seguir haciendo”.
No obstante, en la realidad se aplica todo lo contrario. La designación de Taddei reveló que no solo es hijo de un funcionario federal, sino que también es beneficiario de una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) cuyo monto en 2021 superó los 360 mil pesos.
Además, Pablo Daniel no es el único familiar que Jorge Taddei Bringas tiene metido en el gobierno, su hija Ivana Celeste es diputada en Sonora, mientras que su hijo Jorge Luis hasta hace dos años trabajaba en la Cámara de Diputados.
AMLO también ha sido férreo crítico de burócratas neoliberales y fifís que han estudiado en el extranjero de donde, afirmó, aprendieron a robar.
“Imagínense, los que han estudiado en Harvard o en otras universidades del extranjero y aprenden a robar, a eso van, o a ayudar a que roben otros y que ellos reciban migajas del botín. ¿Para qué entonces estudiar en esas circunstancias? Pero existe esa mentalidad, es una mentalidad elitista, clasista, racista”
Siempre y cuando no se trate de sus propios colaboradores porque, como en el caso de Taddei, habla con orgullo de que está por terminar su doctorado en Harvard.
Actitud indulgente que ha mostrado con otras figuras polémicas de su círculo cercano, como su propio hijo José Ramón López Beltrán y el caso de la Casa Gris.
“Lo que quisieran ellos es que la gente llegara a la conclusión de que todos son iguales. No, no somos iguales. A mí me pueden llamar peje, pero no lagarto, por eso esas campañas”.
Otro de los casos más sonados de nepotismo es el de Carmelina Esquer Camacho, actual directora de Pemex Procurement International e hija de Alejandro Esquer Verdugo, secretario particular del presidente López Obrador y de Alejandra Camacho González, gerente de capacitación de Pemex.
Al igual que con José Ramón, AMLO fijó una postura defensiva cuando salió a la luz pública que Esquer Camacho había adquirido una casa en Houston de 400 mil dólares.
“Ahora sale lo de una hija de Alejandro Esquer y como estoy aquí en su pueblo lo menciono, que es una gente de primera, Alejandro es mi secretario particular y su hija estudió y tiene un trabajo en Houston y compró una casa, un departamento, pero modesto”.
Taddei y Esquer forman parte de una amplia lista de hijos e hijas de secretarios, legisladores y gobernadores o exgobernadores de la 4T.
Con información de 24 Horas.
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