AMLO ha cumplido dos tercios de su sexenio, dedicado a destruir el anterior andamiaje ideológico y de gobierno, busca quién pueda continuar su “legado”.
El último tercio de su sexenio
Raymundo Riva Palacio dedica su columna de agosto a evaluar el escenario que Andrés Manuel López Obrador está maquinando de cara a las elecciones del 2024 con el tiempo encima.
Puntualiza que, para el último tercio de su sexenio, AMLO se encuentra ante el umbral de una decisión fundamental en la que elegirá al próximo o próxima heredera de su legado transformador, mismo que no logró llevar a cabo de manera cabal porque, como lo apunta el articulista, sus esfuerzos se concentraron en destruir el andamiaje “neoliberal” sin a estas alturas poder sustituirlo por uno nuevo.
La forma en la que trató de integrar la Cuarta Transformación a la realidad del país, dice Riva Palacio, fue arbitraria y violenta.
“Las resistencias han sido fuertes. Algunas porque, como dice, grupos de interés que perdieron privilegios, quieren revertir el curso de su acción. Otras, como reacción a la destrucción de valor nacional. […] En el fondo, lo que está en juego es el poder y la viabilidad de sus contrapesos”.
Mensaje para 2024: lucha por el poder
Una reunión con gobernadores morenistas en junio pasado fue la excusa perfecta para que AMLO les leyera la cartilla y les diera un mensaje contundente sobre su postura, firme e innegociable, ante la sucesión presidencial.
Explica Raymundo que, como es lo típico en López Obrador, se valió de anécdotas nacionalistas para defender su derecho a elegir el mejor perfil para que continúe con su legado, alguien que comparta con absoluta entrega su visión de nación, que piense como él y le sea incondicional. No será sujeto como Lázaro Cárdenas, afirman rumores sobre dicha reunión, a ningún factor externo que le dicte a quién debe dejarle la silla presidencial.
“La historia de la sucesión presidencial de 1940 no tiene nada que ver con la de 2024, como lo planteó López Obrador. Aquella fue pensando en el futuro del país; la suya, en su futuro. No es solo la lucha por el poder, sino la lucha por el poder per se de él. Su trascendencia a la Historia mexicana, debe pensar López Obrador, depende de que una figura subordinada a él, o sujeta a sus presiones y chantajes, continúe con lo iniciado sin importar su factibilidad y las consecuencias que ello entrañe”.
El poder se conquista, pero no se entrega
Riva Palacio también profundiza sobre cómo el lopezobradorismo y al interior de Morena se están asimilando los mensajes de AMLO. “El grupo ideológico [piensa] en las promesas del presidente que, en los hechos, está incumpliendo”.
El sector más duro, fiel a López, no está dispuesto a ceder el mando y se mantiene trazando las directrices que todo el movimiento debe seguir. Su objetivo, aventura el analista, es asegurar su impunidad.
Por su parte, el mandatario busca la manera de incidir en la definición de los candidatos de la oposición para tener perfiles a modo, “a fin de que su sucesora o sucesor pueda caminar a Palacio Nacional”.
“El último tercio del sexenio estará dominado por ese objetivo estratégico y, conforme a lo que hemos visto en los últimos meses, López Obrador se radicalizará, habrá más polarización y más violencia. Sin decirlo, ya nos lo advirtió”.
Con información de Eje Central.