Pueblo de Xoco vive una invasión inmobiliaria catastrófica, “cada que protestamos nos cortan el agua”: Asamblea Ciudadana

El pueblo de Xoco, ubicado en la alcaldía Benito Juárez en la Ciudad de México, tiene un origen prehispánico y un legado histórico que en la actualidad se ve amenazado por el desarrollo inmobiliario, los megaproyectos y el crecimiento urbano.

La Torre Mitikah, a cargo de la constructora Fibra Uno, que pretende ser el tercer rascacielos más alto de la Ciudad de México, contrasta considerablemente con la fisonomía del pueblo de no más de 3 mil 500 habitantes.

René Rivas, miembro de la Asamblea Ciudadana del Pueblo de Xoco, explicó a Ciudadanos en Red, que esta zona lleva alrededor de una década siendo víctima de una invasión inmobiliaria, pues se prevé la construcción de 50 mil nuevos condominios en un periodo no mayor a 10 años.

La llegada de las grandes construcciones, agrega, ha traído a los pobladores cambios significativos en los servicios básicos, como el pago de prediales o de agua, pues en 10 años, algunas familias que pagaban 500 pesos de predial al año, ahora pagan 45 mil.

“El pueblo sufre desde hace más de 10 años una invasión, literal, en temas inmobiliarios catastrófica (…) esto habla de una, lo que nosotros nombramos, ‘acumulación de impactos’, se está sobreimpactando la zona en términos de servicios, extracción, consumo de agua potable, de movilidad, de huella de carbono”, detalló.

Por otra parte, René explicó que el corredor cultural del Pueblo de Xoco, el cual inicia a las afueras de la estación Coyoacán del Sistema de Transporte Colectivo Metro, ahora se encuentra interrumpido por un muro que sólo permitirá la circulación de los habitantes de la Torre Mitikah.

Fibra Uno ha prometido a los habitantes de este pueblo originario el poder transitar y acceder al barrio a través del patio del futuro Centro Comercial lo cual, al final, terminaría siendo propiedad del sector privado y no de Xoco.

“Ese corredor cultural natural se va a romper, eso es atentar contra un entorno de bienestar, uno de los principales entornos de bienestar del Pueblo de Xoco que es su transporte colectivo (…) y de los pobladores también porque la mayoría no tienen carro”, explicó.

Amenazas y cortes de agua

Los pobladores de este emblemático barrio se han manifestado en diversas ocasiones en contra de los megaproyectos porque no les han llevado ningún beneficio, en consecuencia, resultaron cortes en el servicio de agua.  

Por este motivo, René menciona que probablemente el gobierno de la Ciudad de México le entregó las llaves del agua de Xoco a Fibra Uno.

“Se está viviendo una continua represión, cada vez que salimos a la calle a protestar, sistemáticamente se le corta el agua al pueblo originario”, sentenció.

Dijo además que en redes sociales, han recibido una serie de mensajes con amenazas de ser encerrados si siguen atentando contra el patrimonio privado, las cuales, dice René, podrían ser por parte del gobierno local o de la misma constructora a cargo de la Torre Mitikah.

Carpetas de investigación en contra de los pobladores

El pasado 30 de julio, el presidente de la Asamblea Ciudadana del Pueblo de Xoco, Álvaro Rosales solicitó a una cuadrilla de trabajadores que estaban haciendo una obra de perforación hidráulica en la esquina de la calle Real de Mayorazgo y Avenida Universidad los permisos para perforar la calle, pero no tuvo una respuesta satisfactoria.

Después de realizar esta solicitud y de pedir ayuda de la la policía auxiliar de la alcaldía, los elementos de seguridad llevaron a Álvaro a base de mentiras al Ministerio Público donde fue inmediatamente esposado y detenido por un supuesto intento de extorsión.

“Los estábamos molestando, pidiéndoles los permisos, entonces, estamos viviendo un contexto de terror en el sentido de que, si tú exiges, si tú protestas o te encarcelan con ayuda de la alcaldía o te cortan el agua”, relató René.

Esa misma noche, la Fiscalía de la Ciudad de México informó en un comunicado difundido en redes sociales, la integración de una carpeta de investigación, en contra de Álvaro Rosales, por la posible comisión de delitos de amenazas y extorsión.

“De acuerdo con la carpeta de investigación iniciada en la Coordinación Territorial Benito Juárez 2, el denunciante refirió que una persona se acercó a la construcción indicándoles que no permitiría trabajar, ya que la empresa no contaba con los permisos, además de solicitarles dinero a cambio de dejarlos desarrollar sus actividades”, detalló la Fiscalía en su cuenta de Twitter.

Luego de determinar que no se trataban de conductas que ameritaran prisión preventiva y a falta de datos de prueba, se determinó la libertad de Rosales, esto, de acuerdo con el órgano de seguridad.

“Sistemáticamente, esto es una criminalización de la protesta y es una intimidación para que nosotros nos detengamos y las constructoras puedan posicionarse y tener posesión de la vía pública”, refirió René.

Justicia por su propia mano

Por otra parte, René explica que la Asamblea Ciudadana del Pueblo de Xoco ha solicitado a la alcaldía diversos oficios de aclaraciones sobre distintas obras, desde la reparación de baches hasta la tala de árboles, pero ninguna autoridad local ha dado respuesta.

“Pedimos saber quién autorizó esas obras y siempre encontramos un deslinde de responsabilidades un ‘yo no fui, yo no soy quien da los permisos, yo no soy quien tiene esas atribuciones’, esto es un juego del gato y el ratón”.

Ante esta situación, los miembros de la Asamblea, incluido René, han decidido tomar acciones en beneficio del pueblo, una de ellas, se suscitó el pasado 14 de agosto, cuando quitaron los tapiales de la construcción de la Torre Mitikah que impedían el paso en la avenida Real de Mayorazgo.

Cabe mencionar que, anteriormente, los inconformes giraron una decena de oficios a la alcaldía solicitando el retiro de estos y avisando que, si al 31 de julio de 2021 no eran retirados, los mismos pobladores iniciarían una campaña para tomar acciones.

“No recibimos respuesta de ningún ente de gobierno y por eso los retiramos, en ese sentido, vamos a solicitar que rehabiliten esa calle, si no lo hace el gobierno, lo vamos a hacer nosotros”, apuntó.

Esta no es la primera vez que actúan en consecuencia, pues en 2019 se talaron decenas de árboles como parte de las obras de avance de dicha construcción y el pasado 3 de mayo los habitantes de Xoco replantaron más de 70.

Necesidades no atendidas

Como sucede en muchas zonas de la Ciudad de México, Xoco tiene necesidades que no han sido atendidas ya que se les ha dado prioridad a los proyectos inmobiliarios.

Una de ellas es la falta de iluminación que, en consecuencia, hace que la zona se perciba la inseguridad, así como la reforestación pues, explica René, la alcaldía ha permitido que se tale gran cantidad de árboles que a la fecha no han sido sustituidos.

“Una de las prioridades que no se están atendiendo es, justamente las luminarias (…) se han cortado muchos árboles, pero no se han sembrado nuevos, no sabemos a donde se los llevan o si las empresas pagan para poder cortarlos”, agregó.

Asimismo, el barrio ha solicitado una auditoria sobre las obras de mitigación que las empresas están obligadas a pagar ya sea en dinero o en especie.

La Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA) explicó en mayo pasado que las acciones de mitigación llevadas a cabo por la construcción de Mitikah, fueron consultadas con la comunidad entre septiembre de 2020 y febrero de 2021 pero los pobladores negaron dicha afirmación.

Las obras incluyen la ampliación de las vialidades, con la incorporación de un espacio público arbolado en la calle Real de Mayorazgo, bajo un diseño del espacio que contempla las necesidades de la comunidad identificadas en un proceso de consulta realizado entre diciembre de 2019 y abril de 2020”, señaló la SEDEMA

“Hemos constatado como muchas de estas empresas muchas veces repiten obras de mitigación que ya habían hecho otras empresas y ni ellos mismos lo saben (…) y lo que vemos es un descontrol, creemos que ahí está un desvío de fondos impresionante”.

Por último, René menciona que es urgente una indemnización al pueblo por el daño permanente de las obras.

“Es urgente que haya una indemnización a los pobladores originarios por tanto daño que van a ocasionar, porque las construcciones llegan para quedarse, el daño es permanente…”.

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