El gobierno federal informó sobre el inicio de la campaña “Si te drogas, te dañas”, con la que se pretende prevenir el consumo de drogas en los jóvenes, pero ¿esto será suficiente? ¿Qué podemos hacer los ciudadanos para hablar sobre adicciones con niños y adolescentes?
Aunque el presidente asegura que el consumo de fentanilo en México no ha proliferado debido a nuestras “profundas raíces culturales”, durante la presentación de la campaña señaló lo siguiente:
“Es importante pedir a maestros, directores de escuelas, secundarias de nivel medio superior, preparatorias, colegios de bachilleres para que nos ayuden en esta campaña. Son los maestros y padres de familia que deben informar a jóvenes, adolescentes sobre el daño que ocasionan las drogas sintéticas, químicas, como fentanilo”.
Expertos y líderes de opinión han dado seguimiento al tema del fentanilo y las adicciones desde varias de sus aristas: Manuel Clouthier cuestiona las acciones del gobierno contra la drogadicción en México, el doctor Alejandro Macías asegura que prohibir el uso médico del fentanilo no es la respuesta para detener su consumo y el profesor-investigador del CIDE, Carlos A. Pérez Ricart, advierte sobre la posible reconfiguración del narco en nuestro país y el riesgo de que pronto proliferen los grupos criminales que se dedican a la producción y venta de fentanilo:
Mantener una estrecha comunicación con los hijos es lo más importante para que ellos sientan la confianza de abordar temas como las adicciones y además puedan resolver todas sus dudas al respecto. Aunque la adolescencia es una etapa en la que los hijos piden mayor privacidad, también es importante estar informado sobre sus actividades y amigos y actuar en cuanto existe la sospecha de uso de drogas.
La recomendación es siempre mantener la calma y hablar con ellos sin exponerlos frente a familiares o amigos, sino en un ambiente tranquilo para que se sientan seguros y apoyados; así podrán expresar todas sus inquietudes y hablar con honestidad sin temor a represalias. Es muy relevante que los niños y adolescentes cuenten con información sobre los riesgos que implica el consumo de drogas para que no lo normalicen o minimicen.
En cuanto a la responsabilidad de las escuelas, la guía “Educación de base escolar para la prevención del uso de drogas”, de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, señala que para la prevención del uso indebido
de drogas en las instituciones educativas debe abordarse desde todos los ámbitos: “incluye tanto los programas de estudios oficiales y oficiosos en materia de salud, la creación de un entorno escolar seguro y sano, la prestación de servicios de salud y respaldo apropiados, así como la intervención de la familia y de la comunidad para la planificación y la ejecución de los programas“.
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