Elevadores del IMSS: una amenaza latente para pacientes y personal médico

Esta situación representa una clara violación a la normatividad en materia de seguridad

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), una institución emblemática en la prestación de servicios de salud en México, enfrenta un desafío crítico que pone en riesgo la seguridad y calidad de la atención médica: la situación alarmante de sus elevadores. Una investigación realizada por la revista EMEEQUIS revela que al menos 180 de estos dispositivos, distribuidos en diversas unidades médicas y no médicas, presentan una serie de deficiencias técnicas que los convierten en una amenaza latente tanto para los pacientes como para el personal médico.

Los hallazgos derivan de documentos oficiales del propio IMSS, los cuales describen una lista preocupante de problemas en los elevadores en operación. Desde controles modificados hasta funciones de seguridad desactivadas, pasando por reguladores de velocidad inhabilitados y circuitos de seguridad manipulados, estos equipos no cumplen con los estándares mínimos de seguridad establecidos. Además, se han detectado terminales de cables de tracción mal ajustadas e incompletas, así como equipos que funcionan con cables dañados, rotos o mal ajustados. Esta situación representa una clara violación a la normatividad en materia de seguridad y un riesgo evidente para la integridad física de quienes dependen de estos dispositivos para su movilidad dentro de las instalaciones del IMSS.

Lo más preocupante es que estas deficiencias no son simplemente teóricas; según el diagnóstico realizado en el año 2023, los usuarios de estos elevadores enfrentan el riesgo constante de quedar atrapados en estas unidades debido a paros repentinos. Este escenario no solo genera molestias y retrasos en el traslado de pacientes, especialmente aquellos que requieren ser transportados en camilla, sino que también podría desencadenar incidentes graves durante los traslados, poniendo en peligro la vida de los usuarios y del personal médico.

Entre las deficiencias más preocupantes se encuentran las malas condiciones de limpieza, puertas incompletas con circuitos manipulados, contactos dañados y equipos funcionando con cables de tracción faltantes. Estas condiciones inseguras representan un serio peligro tanto para pacientes como para el personal médico que depende de estos elevadores para realizar su trabajo de manera eficiente.

El IMSS admite que el uso continuo de estos elevadores deteriorados representa riesgos adicionales, incluyendo interrupciones en el servicio de traslado de pacientes, atrasos en procedimientos quirúrgicos y tratamientos, así como la necesidad de que los pacientes utilicen escaleras a pesar de sus condiciones médicas. A pesar de reconocer el problema, el instituto señala que la falta de recursos ha impedido la sustitución de estos equipos defectuosos, ya que el proyecto correspondiente aún no ha sido aprobado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

No se cumplen las normas: un riesgo inaceptable en el IMSS

El diagnóstico de la situación de los elevadores en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) revela una alarmante realidad: la institución no cumple con las normas nacionales e internacionales en materia de seguridad y mantenimiento de estos dispositivos fundamentales. Según el IMSS, “no se asegura un funcionamiento óptimo de los equipos, tanto para los usuarios de los inmuebles en términos de calidad del servicio, como para los usuarios y operadores de los equipos en términos de seguridad en el trabajo”.

El incumplimiento de la Norma Oficial Mexicana NOM-207-SCFI-2018, que establece los estándares para el mantenimiento de elevadores, escaleras, rampas y aceras electromecánicas, es particularmente preocupante. Esta situación aumenta significativamente el riesgo de accidentes que podrían poner en peligro la integridad de los usuarios y del personal de mantenimiento. Entre los peligros potenciales mencionados se incluyen caídas al cubo del elevador, tropiezos por desniveles de piso en la cabina, colisiones de la cabina con otros elementos, atrapamiento de extremidades y choques eléctricos, entre otros.

Actualmente, al menos 180 unidades médicas y no médicas operan con elevadores que representan un riesgo evidente para los usuarios. Estos equipos siguen en funcionamiento a pesar de presentar deficiencias técnicas significativas, lo que aumenta el riesgo de fallas y accidentes. El desgaste natural y la antigüedad de estos equipos contribuyen aún más a su deterioro, lo que representa un peligro adicional para los pacientes y el personal médico.

En estas condiciones, los elevadores de las unidades médicas y no médicas no solo prestan servicio en condiciones inaceptables, sino que también presentan paros frecuentes en su funcionamiento. Este hecho representa un riesgo real para los pacientes, especialmente aquellos que requieren traslados urgentes, como aquellos que se dirigen o regresan de cirugías. La falta de fiabilidad en el servicio de elevadores puede resultar en retrasos en el tratamiento médico y aumentar la angustia de los pacientes y sus familias.

El IMSS reconoce la necesidad de un proyecto de sustitución de elevadores, pero su implementación está prevista para un plazo de dos años. Mientras tanto, la seguridad y calidad de la atención médica en las instalaciones del IMSS están en entredicho, lo que representa un grave riesgo para la comunidad que depende de estos servicios.

La tragedia acecha: un caso que nunca debió ocurrir

La tragedia del pasado 10 de julio de 2023 en el Hospital General de Zona del IMSS 18, en Playa del Carmen, Quintana Roo, es un recordatorio desgarrador de las consecuencias devastadoras de la negligencia en el mantenimiento de elevadores. En este incidente, una menor que estaba siendo atendida por dengue perdió la vida trágicamente al quedar prensada en el elevador, mientras que un camillero que la acompañaba resultó gravemente herido.

Los informes locales sugieren que un mal funcionamiento en el sensor del elevador pudo haber sido la causa de esta tragedia. La camilla quedó atrapada y la niña fue prensada cuando la cabina inició su ascenso, provocando lesiones fatales. El IMSS de Quintana Roo emitió un comunicado deslindándose del incidente y señalando a una “empresa externa” responsable del mantenimiento de los elevadores.

Este trágico evento subraya la urgente necesidad de abordar las deficiencias en la seguridad y mantenimiento de los elevadores en todas las instalaciones del IMSS. La vida de los pacientes y el bienestar del personal médico no pueden ser comprometidos por la falta de acción y supervisión adecuada en este tema crítico.

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