AMLO prometió un sistema de salud como el de Dinamarca, pero ni el Insabi ni el IMSS-Bienestar han logrado resolver la falta de medicamentos.
El fracaso del Insabi
AMLO inició su gobierno con el anuncio de una completa renovación en todo el sistema de salud pública de México. En octubre de 2019 anunció la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
Su Plan Nacional de Salud era tan bueno que se atrevió a decir que en un año habría en el país una atención médica de primer mundo, como la de Dinamarca.
“El 1 de diciembre de este año [2020] va a estar funcionando el sistema de salud pública con normalidad, con servicio de calidad, atención médica y medicamentos gratuitos. Va a estar funcionando, ese es el propósito, como los servicios de salud que hay en otras partes del mundo, como en Dinamarca, así aspiramos, como en Canadá, como en el Reino Unido”.
AMLO, conferencia matutina del 16 de enero de 2020.
La propuesta se encargaría de desmantelar el Seguro Popular, política de salud iniciada en los sexenios panistas, y resolver los problemas de coordinación con la federación, falta de medicamentos, hospitales y clínicas inconclusos, cobertura limitada y déficit de consultas, entre otros.
En la conferencia matutina del 16 de enero de 2020, anunció un presupuesto de 40 mil millones de pesos para el Insabi. Sin embargo, en marzo de 2022 y a falta de resultados en materia de salud, el gobierno federal viró hacia otro modelo para -ahora sí- tener salud como en Dinamarca: el IMSS-Bienestar.
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IMSS-Bienestar, tapadera del Insabi
A decir de Zoé Robledo, director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sentar las bases del nuevo esquema de salud no ha sido fácil. Robledo, encargado del IMSS-Bienestar, atribuye los obstáculos a los gobiernos neoliberales y al lento desarrollo institucional en las entidades.
Sin dejar de mencionar la falta de médicos especialistas, justificaciones usadas por el mismo AMLO.
“El reto más grande es definir y comunicar qué es el Plan de Salud para el Bienestar y por qué decimos que vamos por una atención médica como la de Dinamarca. Se debe reconocer que, bajo la responsabilidad de los gobiernos estatales, que han tenido un desarrollo institucional lento, en salud los resultados fueron muy malos“.
No obstante, cifras de la organización México Evalúa, indican que entre los principales retos del IMSS-Bienestar está “adoptar” al gran número de pacientes provenientes del Insabi (Seguro Popular) y recuperar los que ha dejado de atender en los últimos años (déficit de consultas).
Sin infraestructura ni equipamiento, no habrá salud de calidad
La meta primermundista requiere un amplio gasto. Sin embargo, aunque en 2022 el IMSS- Bienestar tuvo un presupuesto 74% mayor (10 mmdp) en comparación con 2021, representa tan sólo el 10% del total de recursos del Insabi (103 mmdp) en su último año de operación. Aunado a la limitante de que no opera a nivel nacional.
“Queda la duda de si el IMSS –ya con capacidades al límite– le prestará infraestructura al IMSS-Bienestar o si se utilizarán los recursos de la Secretaría de Salud que actualmente son parte del Insabi”.
Es decir, para que el IMSS Bienestar se convierta en un sistema de salud como el de Dinamarca, primero tendría que revertir su propio declive histórico en cuanto a infraestructura y equipamiento.
“Si bien para este año el IMSS-Bienestar presenta un considerable aumento presupuestal, parece difícil que esto baste para solventar los problemas que viene arrastrando y menos aún para asumir la difícil tarea de hacer bien lo que el Insabi no pudo: garantizar el acceso universal a la salud en México. Sin un plan extenso de inversión y mejoras en la gobernanza del programa, el IMSS-Bienestar estará destinado a la misma suerte del Insabi“.
Y la falta de medicamentos continúa
A la par del Insabi, López Obrador anunció un nuevo esquema de adquisición de medicamentos. El modelo sería a través de compras consolidadas y el organismo responsable sería la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés).
El proyecto fue un fracaso. En octubre de 2022 Juan Ferrer, titular del Insabi, informó que suspendían los servicios de la UNOPS, pese a que el contrato vence en 2024. Entre las razones, están los escandalosos reportes por sobrecostos en adquisición de claves, retrasos y la escasez en las compras de medicamentos.
El costo al erario por mantener este convenio fue de 4 mil 549 millones de pesos. 2 mil 700 millones para el pago de servicios de UNOPS, mientras que mil 849 millones de sobrecosto que el sector público pagó por el abasto de medicamentos e insumos. Así lo informó Enrique Martínez, director del Instituto Farmacéutico (Inefam).
“Por cada contrato que logró UNOPS en cada clave de medicamento, las instituciones de salud públicas hacían hasta 40 contratos por fuera ante la necesidad de atender a los pacientes y darles su medicamento. El rezago que creó UNOPS fue enorme”.
Enrique Martínez, director del Instituto Farmacéutico (Inefam)
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Con información de México Evalúa, La Jornada, Reporte índigo, Reforma.