Millennials se plantean la eutanasia asistida para una vejez digna

eutanasia en mexico

El temor a una vejez difícil debido a los desafíos que enfrentan los millennials, como la falta de oportunidades laborales, prestaciones y servicios de salud eficientes, ha llevado a algunos a considerar la eutanasia como una opción para evitar la dependencia.

En las redes sociales, los millennials han comentado su interés en la posibilidad de elegir la eutanasia cuando lleguen a la tercera edad.

Un ejemplo es Marco, de 40 años, quien ha compartido repetidamente esta idea con su esposa y familiares de edades similares. Su propuesta no ha sorprendido a algunos, ya que ellos también han considerado el suicidio ante la perspectiva de una vejez sin acceso a una jubilación digna o una vivienda adecuada.

Marco, médico de profesión, no desea depender de otros para realizar tareas básicas de supervivencia como comer, asearse y vestirse.

Él ha tomado conciencia de esta situación a través de su trabajo.

“Veo por las características de mi especialidad en rehabilitación a mucha gente que está con algún tipo de discapacidad y mi trabajo se trata, justo, de darle independencia a la gente, pero a veces  llega un punto en el que esa discapacidad convierte a la persona en un paciente, les llamamos, de custodia, es decir, alguien por quien otra persona tiene que hacer todo y, si no fuera así, pues el paciente ni siquiera podría vivir. Entonces es cuando me pregunto ¿qué necesidad?”, mencionó Marco.

 “Otra de las causas que me llevó a pensar así es lo desgastante que es para los pacientes y sus familias pasar largos periodos en el hospital para un desenlace pues obvio. Estar en un hospital es muy feo, es un sitio donde estás con extraños, en donde, sobre todo en el sector público, a veces te tratan mal y no hay calidez, en donde estás invadido por tubos, sondas y medicamentos. Esto es algo muy difícil de ver, es algo que a mí no me gustaría vivir”, continuó.

Marco señaló que esta conversación ya la ha tenido con su esposa y otras personas de su familia, por lo que pudo darse cuenta que el deseo de que la eutanasia electiva ha cobrado fuerza entre la gente que se encuentra en su grupo poblacional.

“Es algo que he hablado con mi esposa, por ejemplo, si algún día estoy en alguna situación muy complicada, encuentre la forma para desconectarme o ver qué me inyecta y lo digo muy en serio”, contó el doctor.

“Siempre he pensado que no tiene ningún sentido estar sufriendo y, después del trabajo en el hospital, tengo muy claro que debería ser derecho de todos poder decidir en qué momento ya fue suficiente”, aseguró.

El debate moral sobre la eutanasia

Montserrat Ayala, psicóloga y tanatóloga, destaca que expresar públicamente este tipo de pensamientos a veces genera malestar y desencadena un debate moral. Según la psicóloga, uno de los pensamientos que lleva a las personas a considerar la eutanasia electiva como una opción es la sensación de ser una carga o creer que lo serán en el futuro.

Sin embargo, Ayala opina que las probabilidades de que el suicidio asistido esté disponible en el país en los próximos 20 o 30 años son muy bajas.

 “Sienten como si fueran un estorbo, entonces creen que la mejor salida es el que estuviera autorizada la eutanasia, algo que no creo que suceda porque desafortunadamente no estamos preparados para ello y crear la legislación sería muy complejo”, mencionó.

Sandra, de 42 años, coincide con esta perspectiva y considera la eutanasia como una opción para evitar convertirse en una carga para sus hijos. Ella relata que su madre siempre pensó que la muerte era la salida cuando no podía valerse por sí misma, lo cual se hizo realidad cuando fue internada por una falla hepática.

“Siempre lo he pensado, desde que mi mamá me decía exactamente lo mismo, lo decía medio en broma y medio en serio y sus palabras eran: ‘el día que yo no pueda ni limpiarme, ya me tengo que ir de este mundo’”, compartió.

“Resulta que estando en el hospital a mi mamá le dan un diagnóstico de falla hepática, le explican que ya tiene problemas muy serios, que ya ella no va a volver a ser la misma. Yo llegué a los dos días y me dijo ‘ya no quiero estar aquí’, a lo que yo me reí respondiendo: ‘espera, todavía aguantas’, pero ese mismo día le dio una embolia pulmonar y murió”, dijo.

Lejos de ser una realidad a través de la legalidad 

A diferencia de países como Canadá, donde la eutanasia ha sido objeto de controversia, en México no se contempla esta práctica. Sin embargo, en enero de 2008 se produjo en el entonces Distrito Federal la Ley de Voluntad Anticipada, que permite a las personas decidir si desean ser sometidos a tratamientos médicos que prolonguen su vida en etapa terminal. Esta ley promueve la atención y cuidados paliativos al final de la vida, respetando el momento natural de la muerte.

Desde su aprobación, 14 estados de la República Mexicana han adoptado esta figura legal, tales como:

  • Coahuila
  • Aguascalientes
  • San Luis Potosí
  • Michoacán
  • Hidalgo
  • Guanajuato
  • Guerrero
  • Nayarit
  • Estado de México
  • Colima
  • Oaxaca
  • Yucatán
  • Tlaxcala

Según el Gobierno federal, las mujeres, los hombres solteros y los adultos mayores son los grupos más interesados ​​en tener una muerte digna en caso de enfermedad terminal.

En cuanto a la eutanasia, la Ley General de Salud establece que los médicos pueden administrar fármacos paliativos a pacientes en situación terminal para aliviar el dolor, incluso si eso implica la pérdida del estado de alerta o acortar la vida del paciente.

Sin embargo, en la misma legislación se prohíbe explícitamente, en el artículo 166 Bis 21, la práctica de la eutanasia: “queda prohibida la práctica de la eutanasia entendida como homicidio por piedad, así como el suicidio asistido conforme lo señala el Código Penal Federal, bajo el amparo de esta ley”.

¿México está preparado para la eutanasia?

Aunque Marco y Sandra han pensado en la eutanasia asistida para su futuro, ambos concuerdan que en México permitir la eutanasia sería muy difícil.

 “Como cultura, como mexicanos y latinos, tenemos este terrible defecto de pensar que la vida es sufrimiento y que tenemos que estar aquí sufriendo y que además este dolor purifica y que por ello hay que vivirlo. Y no, yo creo que no, porque dudo que hayamos venido a este mundo y a esta vida a sufrir”, dijo Marco.

Por su parte, Sandra menciona que quiere “que la gente que me recuerde, me recuerde bien y no enferma. Me niego rotundamente a estar enferma en este mundo o con dolor, no, no podría, he pensado que mi jubilación va a ser la muerte, o sea, yo me jubilo muriéndome, se me hace muy patético de la humanidad el que se obligue a la gente a seguir aquí a pesar de las circunstancias”.

Por su parte, la tanatóloga Montserrat Ayala dijo que los prejuicios religiosos que rodean a la sociedad dificultan la aceptación de ideas como ésta.

“Influyen los prejuicios de nuestra cultura y la verdad es que somos religiosos, entonces, en este caso de la eutanasia, algunas personas lo toman por el lado de ‘¿por qué te vas a quitar tú la vida si Dios dijo que él nos creó y que él nos tenía que indicar cuándo morir?’”, explicó.

¿Qué hacer ante un precario envejecimiento?

El director del Programa de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, René Rosado, aseveró que hay maneras de evitar una vejez precaria.

“Una de las fallas estructurales es la falta de educación financiera, no sabemos hacer un presupuesto, no sabemos ahorrar o cómo podemos invertir.

“A nuestra generación nos han vendido esta idea de que solo se vive una vez y nunca vas a poder tener una casa, pero también nos malacostumbramos a no pensar en el ahorro y las consecuencias que se pagan es que no pensamos a largo plazo”, detalló.

Pese a que Rosado consideró la falta de educación financiera como uno de los principales problemas, también admitió que las condiciones laborales, económicas y de los servicios de salud son adversas.

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Con información de Reporte Índigo.

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