En una declaración que ha causado tanto escepticismo como sorpresa, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció recientemente que, finalmente, para marzo de 2024, México logrará tener el “mejor sistema de salud del mundo”. Esta afirmación audaz no es nueva, ya que es la cuarta vez en sus cinco años de mandato que el presidente hace una promesa similar.
El presidente López Obrador aseguró que el futuro sistema de salud mexicano superará al de Dinamarca y Estados Unidos, este último calificado como “muy caro”. Aunque es un objetivo encomiable, la misión de alcanzar ese nivel de excelencia en tan poco tiempo se presenta como un desafío titánico.
Según el ranking de sistemas de asistencia sanitaria del mundo realizado por la firma de seguros William Russel con datos de la OCDE, México actualmente se ubica en el último lugar en varios indicadores clave. Por ejemplo, el país tiene el menor número de camas hospitalarias por cada 1000 habitantes en el ranking, lo que plantea serias preocupaciones sobre la capacidad de atención médica, especialmente en situaciones de emergencia.
Pero eso no es todo. México también se destaca en el ranking por tener a los médicos de cabecera peor remunerados del mundo, lo que puede afectar la calidad y la disponibilidad de atención médica. Además, México ocupa el puesto más bajo en cuanto al número de dentistas por cada mil habitantes y se encuentra en los últimos lugares en cuanto a la cantidad de enfermeras por cada mil habitantes, debido a las condiciones laborales poco atractivas.
El informe sobre la prestación de atención médica en diferentes países arrojó luz sobre la situación actual de México en términos de camas hospitalarias y personal de salud. Los datos revelan un panorama desafiante en el sistema de salud mexicano, tanto en el sector público como en el privado.
El país también enfrenta el desafío de tener uno de los niveles más bajos de empleo hospitalario en la OCDE, lo que indica una posible escasez de personal médico y de enfermería en los hospitales.
La promesa de López Obrador de convertir a México en el líder mundial en atención médica parece ambiciosa, pero no se puede ignorar el historial de promesas incumplidas en este sentido. El presidente hizo afirmaciones similares en 2019, repitiéndolas en 2020 en dos ocasiones diferentes, y nuevamente en 2022. Ahora, en 2023, ha insistido en esta meta para marzo de 2024.
El desafío que enfrenta México para mejorar su sistema de salud es innegable. Revertir la falta de camas hospitalarias, la baja remuneración de médicos, la escasez de dentistas y enfermeras, y el empleo hospitalario limitado requerirá no solo un compromiso firme sino también una inversión significativa en infraestructura y recursos humanos.
La disponibilidad de camas de hospital es un indicador crucial de la capacidad de atención médica en cualquier país. Tener suficientes camas hospitalarias disponibles es fundamental para garantizar que los pacientes reciban atención adecuada y puedan recuperarse de manera efectiva. Lamentablemente, un reciente informe ha situado a México en una posición preocupante en cuanto a la provisión de camas de hospital.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México tiene la tasa más baja de provisión de camas de hospital entre los países miembros de la organización. El país cuenta con apenas 0.97 camas de hospital por cada 1,000 habitantes. Esta cifra resalta la escasez significativa de camas hospitalarias en México, lo que puede representar un desafío en el acceso a atención médica adecuada para la población.
En contraste, Japón lidera la lista de países de la OCDE con la mayor cantidad de camas de hospital por habitante, con una impresionante cifra de 12.84 camas por cada 1,000 personas. Corea del Sur se ubica en segundo lugar, con 12.44 camas por cada 1,000 habitantes.
La disponibilidad de personal médico y hospitalario es un factor esencial en la capacidad de un país para brindar atención médica de calidad y oportuna a sus ciudadanos. Un reciente informe ha revelado que Chile y México se encuentran entre los países con las tasas más bajas de empleo hospitalario en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Según datos de la OCDE, Chile ostenta el puesto más bajo en términos de empleo hospitalario, con tan solo 6.91 personas empleadas en un hospital por cada 1,000 habitantes. Esta cifra plantea preocupaciones sobre la capacidad de los hospitales chilenos para proporcionar atención médica de manera eficaz y oportuna, ya que los niveles de personal son significativamente bajos.
México, por su parte, ocupa la segunda posición en la lista de países con los niveles más bajos de empleo hospitalario en la OCDE. El país cuenta con 8.49 trabajadores de la salud por cada 1,000 habitantes. Aunque esta cifra es ligeramente superior a la de Chile, aún refleja una carencia de personal médico en comparación con otros países miembros de la OCDE.
En contraste, Suiza se destaca como el país con la tasa más alta de empleo hospitalario en la OCDE, con 25.77 personas de cada 1,000 trabajando en un hospital. Esta abundancia de personal hospitalario sugiere que los hospitales suizos están mejor equipados para atender a una mayor cantidad de pacientes de manera oportuna y eficaz.
La atención médica y la disponibilidad de personal de enfermería son elementos cruciales para garantizar una atención de calidad en los sistemas de salud de todo el mundo. Sin embargo, el informe revela que México se encuentra en una posición poco envidiable en cuanto al número de enfermeras por persona y los salarios que se les otorgan.
De acuerdo con datos de la OCDE, México se ubica en el cuarto lugar entre los países con menor número de enfermeras por cada 1,000 habitantes. Con tan solo 2.85 enfermeras en ejercicio por cada mil habitantes, el país enfrenta un desafío en cuanto a la disponibilidad de personal de enfermería para atender a su población.
Sudáfrica ocupa el primer lugar en esta lista, con una tasa de solo 1.1 enfermeras por cada 1,000 personas, lo que plantea inquietudes sobre la capacidad del sistema de salud sudafricano para proporcionar una atención médica adecuada y oportuna. Le siguen Indonesia e India, antes de llegar a México en el cuarto lugar de esta poco envidiable clasificación.
Sin embargo, la preocupación no se detiene en la escasez de enfermeras, ya que México también se ubica en el tercer lugar entre las naciones que peor pagan a sus enfermeras. Con un salario anual de tan solo 16,400 dólares (equivalente a 280,000 pesos mexicanos al año), las enfermeras mexicanas enfrentan condiciones salariales significativamente más bajas en comparación con otros países miembros de la OCDE.
En contraste, Suiza se sitúa en la posición más destacada en términos de enfermeras por persona, con 17.96 enfermeras en ejercicio por cada 1,000 habitantes. Noruega le sigue de cerca con 17.88 enfermeras por cada 1,000 personas. A medida que avanzamos en la lista, Islandia y Alemania también mantienen cifras destacadas en cuanto a enfermeras por persona.
La salud bucal es una parte integral del bienestar general de las personas, y la disponibilidad de atención dental es esencial para mantener una sonrisa saludable. Sin embargo, México se encuentra en una posición destacada en una estadística preocupante: el país lidera la lista de naciones con la menor cantidad de dentistas per cápita en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
De acuerdo con el informe de la firma Global William Russell, México cuenta con la tasa más baja de dentistas por cada 1,000 personas entre los países miembros de la OCDE. Con tan solo 0.13 dentistas por cada 1,000 habitantes, el país enfrenta una escasez significativa de profesionales dentales para atender a su población.
Esta cifra sugiere que, en promedio, cada dentista en México podría ser responsable de hasta 7,700 pacientes, lo que plantea desafíos considerables en la disponibilidad de atención dental oportuna y de calidad.
En contraste, Estonia encabeza la lista de países con la mayor cantidad de dentistas por persona en la OCDE, con 0.98 dentistas por cada 1,000 habitantes. A pesar de esta tasa relativamente alta, todavía significa que más de 1,000 personas en Estonia dependen de un solo dentista. Le siguen de cerca otros estados bálticos como Lituania, con 0.95 dentistas por cada 1,000 personas, y Noruega, con 0.91.
La atención médica es una profesión fundamental que desempeña un papel crucial en el bienestar y la salud de la población. Sin embargo, en México, la remuneración de los médicos de cabecera es la más baja del mundo, según un informe reciente de la firma Global William Russell.
Los médicos de cabecera, también conocidos como médicos generales, juegan un papel esencial en la atención médica primaria y el diagnóstico temprano de enfermedades. En México, estos profesionales enfrentan un desafío importante en términos de salarios, ya que su remuneración promedio es de tan solo $22,918.20 dólares anuales, lo que equivale a aproximadamente 389,000 pesos mexicanos al año o 32,000 pesos al mes. Esta cifra sitúa a México como el país con los médicos de cabecera peor pagados entre las naciones miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El el otro extremo de la tabla Islandia lidera la tabla como el país con los médicos de cabecera mejor remunerados del mundo, con salarios que pueden alcanzar los asombrosos $178,111.32 dólares anuales, equivalentes a más de 3 millones de pesos mexicanos al año o 252,000 pesos mensuales. Este salario excepcionalmente alto supera significativamente a cualquier otro país y demuestra la disparidad en la compensación de médicos de cabecera a nivel mundial. Los Países Bajos ocupan el segundo lugar con una remuneración promedio de alrededor de $125,102.58 dólares al año, que sigue siendo considerablemente superior a la de México.
Sin duda resulta ambicioso el plan del presidente para convertir al país en el poseedor del “mejor sistema de salud del mundo” para marzo de 2024.
La realidad es que la atención médica en México enfrenta desafíos significativos y complejos, que no pueden resolverse mágicamente en seis meses. La falta de camas hospitalarias, la remuneración insuficiente para médicos y enfermeras, la escasez de dentistas y la falta de inversión en el sistema de salud son problemas profundos y arraigados que requieren una planificación y esfuerzo a largo plazo.
En lugar de declaraciones grandilocuentes y plazos imposibles de cumplir, lo que México necesita es un enfoque serio y sostenible para abordar estos problemas. Prometer el “mejor sistema de salud del mundo” en seis meses puede sonar bien en los titulares, pero la realidad exige algo más que palabras vacías y promesas extravagantes.
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