A 50 años de “El Halconazo”, la represión estudiantil orquestada desde el poder

Este 10 de junio, se cumplen 50 años de la represión que sufrieron estudiantes de educación media y superior, también conocida como “El Halconazo”, debido a la participación de policías y militares infiltrados en grupos de choque para violentar a los jóvenes manifestantes.

Cuando se celebraba el Jueves de Corpus, estudiantes principalmente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) salieron a las calles en apoyo a la huelga de la Universidad de Nuevo León (UANL), reuniéndose en los alrededores de la estación del metro Normal para marchar hacia el Zócalo capitalino.

A finales de la década de 1960, en la UANL tanto profesores como estudiantes presentaron una ley orgánica donde se proponía un gobierno paritario. Gracias a ésta llegó a la rectoría Héctor Ulises Leal Flores en 1971. En total desacuerdo, el gobierno redujo los presupuestos y obligó al Consejo Universitario a aprobar un nuevo proyecto de ley donde se suprimía la autonomía de la universidad.

Por ello, los estudiantes salieron a las calles a manifestar su descontento y, quienes integraban el comité estudiantil, pidieron a las demás universidades del país su apoyo. Tanto la UNAM como el IPN respondieron, decidieron unirse y realizar una manifestación masiva el 10 de junio de 1971, cuenta la crónica de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

La marcha iniciaría en las inmediaciones del Casco de Santo Tomás, instalaciones del IPN, para después tomar la calle de Carpio y salir hacia la Calzada México-Tacuba. Sin embargo, cuando el contingente avanzaba por Avenida de los Maestros, los llamados halcones abrieron fuego contra los estudiantes desde las alturas. Por ello, esta matanza se conoce como “Halconazo”.

“Los halcones” eran los miembros de un grupo paramilitar, jóvenes reclutados en barrios marginados y violentos de la capital mexicana que habían sido entrenados por militares de los gobiernos de México y los Estados Unidos a finales de esa década. Con balas calibre 45 y carabinas 30 M-2 abatieron a jóvenes manifestantes, quienes corrieron para poder salvar sus vidas. No obstante, la persecución acabó después de horas; hombres armados intimidaron en las salas de urgencia de los hospitales a médicos y enfermeras: no debían atender a los marchistas heridos. El objetivo no era disolver la manifestación… era matar.

A medio siglo de este evento, Luis Echeverría Álvarez, entonces presidente, fue jurídicamente exonerado de toda culpa en 2009, por falta de evidencia tangible, y aún se desconoce el número real de personas muertas, desaparecidas o heridas. La cifra oficial señaló ciento veinte fallecidos y cientos de heridos, entre ellos estudiantes, civiles y prensa nacional e internacional.

Así, la CNDH hace mención de algunos de los derechos vulnerados ese 10 de junio de 1971: Derecho a la vida; Derecho a la integridad personal; Derecho a la libertad de reunión; Derecho a la libertad de expresión, y Derecho a la protesta social pacífica.

Sin embargo, según una investigación de Jacinto Rodríguez Munguía, el general Hermenegildo Cuenca Díaz, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), no sólo sabía de la represión que se haría contra los estudiantes, sino que desde una noche antes ordenó poner en marcha una operación para auxiliar a los agresores.

Habrían sido entonces 998 jóvenes expertos en artes marciales, con varas de kendo, cadenas y chacos, que luego se transformarían en metralletas M-1 y M-2 y otras armas largas, los “halcones” que atacaron a los estudiantes desarmados quienes corrieron, se ocultaron o como pudieron se defendieron con palos y piedras.

Aunque en aquel entonces, la Secretaría de la Defensa Nacional aceptó que participaron militares en las refriega, la versión oficial fue que lo hicieron de forma personal y por decisión propia; sin embargo, a 50 años de los hechos, archivos y declaraciones afirman que hubo instrucciones directas a los Colegios Militares de la Ciudad de México para orquestar la represión a los manifestantes.

Puedes ver la investigación completa en este enlace.



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