Aunque a las autoridades federales les cuesta reconocer que la violencia en el país ha alcanzado niveles alarmantes, lo cierto es que, de acuerdo con el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, nueve de las diez ciudades con más homicidios mundo se encuentran en México.
En su informe que publica todos los años sobre las 50 ciudades más violentas del mundo, nuestro país acapara las primeras posiciones del infame ranking, al registrar las tasas de asesinatos más altas entre ciudades de más de 300 mil habitantes que no padecen conflictos bélicos
Así, la ciudad de Colima lidera la lista con casi 182 homicidios perpetrados por cada 100 mil ciudadanos en 2022. Le sigue Zamora, la tercera mayor ciudad del estado de Michoacán, donde se registraron cerca de 178 asesinatos por cada 100 mil personas. Ciudad Obregón, ubicada en el sur de Sonora, se sitúa en el tercer lugar, con una tasa de 138 homicidios.
Del total de ciudades analizadas en el informe, ninguna registra más crímenes de este tipo que las primeras siete ciudades mexicanas incluidas en este gráfico. De los diez municipios con las más altas tasas de homicidio en el mundo, sólo uno está localizado fuera de México. Este es el caso de Nueva Orleans, la ciudad-puerto del río Misisipi en el estado de Luisiana, Estados Unidos, donde cerca de 71 personas fueron asesinadas por cada 100.000 habitantes el año pasado.
La situación de las urbes de México es el resultado de políticas fallidas aplicadas en lo que va del siglo, que ha consistido en tolerar la violencia de los grupos criminales y la existencia misma de sus milicias privadas, que desafían el monopolio del Estado sobre la violencia.
“No existe antecedente en el mundo de un gobierno nacional -como hoy ocurre en México- haya adoptado como política de seguridad pública la de dar manos libres a los criminales para que ejerzan violencia y encima lo proclame abiertamente. Por el contrario, en los países que no han seguido políticas complacientes con los criminales, ha habido progresos notables” detalla en su informe el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
En el ranking de 2022, al igual que en el del año anterior, no se incluyeron ciudades de Venezuela a falta de información mínimamente confiable. Es probable que al menos cuatro ciudades venezolanas tengan tasas de homicidios como para figurar en el ranking y en tal caso en el listado las cuatro últimas ciudades no deberían aparecer. Si bien Venezuela es el caso más extremo opacidad es la información sobre incidencia criminal, hay retrocesos en países como Brasil e incluso en Estados Unidos. Del ranking salieron las ciudades mexicanas de Culiacán y Guadalajara, la urbe brasileña Caruaru y la estadounidense St. Louis, porque en -este último caso- su población se redujo y es inferior a los 300 mil habitantes.
En lugar de las cuatro que salieron, ingresaron las ciudades colombianas de Cartagena (área metropolitana) y Santa Marta (área metropolitana), la estadounidense Cleveland y la mexicana San Luis Potosí. De las 50 ciudades del ranking 2022, se ubican en México 17, en Brasil 10, en Estados Unidos 7, en Colombia 6, en Sudáfrica 4, en Honduras 2 y hay una de Puerto Rico, una de Haití, una de Ecuador y una de Jamaica.
En las 50 ciudades la tasa promedio fue de 52.11 (36,122 homicidios dolosos entre 69,316,175 habitantes), casi diez veces la tasa promedio mundial de 5.36 por cada 100 mil habitantes. De las 50 ciudades, 20 presentan tasas por encima de la tasa promedio de 52.11 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Así, en lo que va de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, México ha enfrentado importantes retos en materia de seguridad y violencia. El problema de los homicidios se mantiene como una preocupación constante, al registrarse ya 156 mil homicidios en estos 4 años y seis meses del mandato del tabasqueño, generando la necesidad de evaluar y analizar los datos disponibles para comprender la magnitud del desafío y los esfuerzos realizados por el gobierno.
Según datos proporcionados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante los primeros años de la administración de López Obrador, el país ha registrado cifras alarmantes de homicidios. En 2019, se contabilizaron 34,648 homicidios en todo el territorio mexicano. La cifra se mantuvo prácticamente constante en 2020, con un total de 34,515 homicidios reportados. La tendencia ha sido a la baja con 30, 968 homicidios dolosos en 2022 y 33,308 en 2021, pero en el primer cuatrimestre de 2023 hubo un repunte con 9.912 asesinatos, un promedio de 83 al día.
Estas cifras reflejan la persistencia de la violencia homicida en el país a pesar de la estrategia de “abrazos, no balazos”, implementada por el gobierno para combatir este problema. Durante su administración, López Obrador ha buscado abordar la violencia a través de la creación de la Guardia Nacional, la implementación de programas sociales y el fomento de la participación ciudadana en materia de seguridad. Sin embargo, hasta el momento, los resultados en la reducción de los homicidios no han sido favorables, sino todo lo contrario.
La complejidad de este desafío implica la necesidad de un enfoque integral y a largo plazo. La presencia de grupos delictivos, el tráfico de drogas, la falta de oportunidades económicas, la desigualdad social y la corrupción son solo algunos de los factores que contribuyen a la violencia homicida en México. Para abordar eficazmente este problema, es necesario fortalecer las instituciones encargadas de la seguridad, mejorar la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno y promover estrategias de prevención del delito.
La persistencia de la violencia homicida plantea desafíos significativos para el gobierno y requiere una respuesta integral y colaborativa de la sociedad y las autoridades. Es necesario redoblar esfuerzos en la implementación de políticas y estrategias efectivas que aborden las causas subyacentes de la violencia y promuevan la construcción de un país más seguro y pacífico para todos los mexicanos.