MORELIA, MICHOACÁN, 23OCTUBRE2022. Entre la sierra, las huertas de aguacate y limón siguen el avance de los operativos, en distintos puntos del estado por parte de integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes mantienen un guerra abierta contra los Cárteles Unidos y Pueblos Unidos, que ya lleva un poco más de dos años. Aunque ahora en la actualidad, los enfrentamientos entre grupos criminales por la disputa del territorio en Michoacán, aún son vigente aunque el ejercito mexicano, guardia nacional y la actual policía civil mantengan tareas de vigilancia. La tensa calma que respiran los Michoacanos que en próximas semanas se va retornar la nueva guerra que se avecina. FOTO: /CUARTOSCURO.COM
Los datos son apabullantes: la presencia del crimen organizado en México se extiende a lo largo de 1.59 millones de kilómetros cuadrados, exactamente el 81% del territorio nacional. Esto significa que 108 millones de mexicanos viven en riesgo potencial, atrapados en un entorno de violencia y delincuencia que parece no tener freno.
Los grupos criminales han dejado su huella en todo el país, utilizando diversas tácticas para sembrar el terror en la población. Desde ejecuciones y masacres hasta narcomantas, extorsiones, secuestros, videos amenazantes e incluso asesinatos de policías, políticos y funcionarios, su presencia es innegable. Estos hechos han sido detectados en mil 488 de los 2 mil 471 municipios que conforman el territorio mexicano, lo que demuestra la amplia extensión de su influencia.
Entre las organizaciones delictivas con mayor presencia en México se encuentran el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa. El primero opera en 28 estados, mientras que el segundo lo hace en 24. Otros grupos, aunque de menor tamaño, también tienen una presencia significativa. El Cártel del Golfo está presente en 10 estados, el Cártel del Noreste en ocho, La Familia Michoacana en siete, Los Zetas en seis y Los Templarios en cinco. Además, hay organizaciones “menores” que actúan en tres estados cada una, como los Beltrán Leyva, el Cártel de Caborca, Los Talibanes, Los Rojos, Los Salazar y Los Viagras.
Un estudio elaborado por AC Consultores, cuyas conclusiones fueron publicadas por el periodista Héctor de Mauleón en el periódico El Universal, basado en una investigación de más de seis meses, revela la magnitud de la crisis de criminalidad que atraviesa México. El informe, que combina datos del gobierno federal, las fiscalías estatales y fuentes abiertas, proporciona una radiografía detallada de la violencia y la presencia del crimen organizado en el país.
En tan solo 12 días del mes de junio actual, el país se estremeció con imágenes de sangre provenientes de diversos rincones de México. Se registraron 971 homicidios dolosos, lo que equivale a un promedio de 80.9 asesinatos diarios. Estas cifras se suman a las más de 158 mil muertes violentas ocurridas a lo largo del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, lo que evidencia la gravedad de la situación.
El informe revela que existen 175 organizaciones criminales en el país. El Cártel Jalisco es el más extendido, actuando en 427 municipios mexicanos, seguido de cerca por Los Zetas, que operan en 411. El Cártel de Sinaloa tiene presencia en 293 municipios, La Familia Michoacana en 103, el Cártel del Golfo en 84 y el Cártel del Noreste en 63. Además, hay grupos que dominan entre 20 y 50 municipios, como Los Chapitos, Los Salazar, los Guerreros Unidos, Los Rojos y La Línea, así como otras organizaciones menos conocidas.
Los cárteles de Sinaloa y Jalisco son los que tienen mayor influencia territorial. El Cártel de Sinaloa domina 674 mil kilómetros cuadrados, mientras que el Cártel Jalisco abarca 477 mil kilómetros cuadrados. Estas organizaciones ponen en riesgo a millones de personas, ya que las células del Cártel Jalisco se mueven en lugares habitados por 55 millones de personas, mientras que el Cártel de Sinaloa lo hace en zonas con 36 millones de habitantes. Otros grupos también tienen una presencia significativa en centros urbanos con una alta densidad de población.
El estudio destaca que solo 39 de las 175 organizaciones detectadas operan en dos estados o más, mientras que 136 se limitan a un solo estado. En promedio, hay alrededor de 9.5 grupos criminales en cada estado de la República, aunque la Ciudad de México es una excepción, con una presencia mucho mayor. En la capital del país, se registran 216% más organizaciones criminales que en el resto del país, con la actividad de 30 grupos delictivos, entre los cuales destacan La Unión Tepito, La Fuerza Anti Unión, el Cártel de Tláhuac y células de La Familia Michoacana.
Cabe mencionar que también se ha detectado la presencia de organizaciones delictivas conformadas por colombianos y venezolanos, muchas de las cuales se dedican al préstamo de dinero conocido como “gota a gota”. Estas organizaciones han establecido su actividad en el 23% del territorio de la Ciudad de México, poniendo en riesgo a 8.6 millones de habitantes.
Los municipios más afectados por la presencia del crimen organizado incluyen Gustavo A. Madero e Iztapalapa en la Ciudad de México, Tepalcatepec en Michoacán y Ciudad Juárez en Chihuahua. También se encuentran en la lista alcaldías de Oaxaca, así como los estados de Michoacán, Sonora, Estado de México, Chihuahua, Oaxaca, Guerrero, Hidalgo, Morelos y Puebla.
El estudio concluye que la expansión del crimen organizado en el país, medida incluso en términos de kilómetros cuadrados, se concentra en los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa. Estos grupos, junto con otros como el Cártel de Juárez, Los Zetas, Los Salazar, el Cártel del Noreste, el Cártel del Golfo, La Línea, Los Chapitos y Los Zetas Vieja Escuela, abarcan el 49% del territorio mexicano. El Cártel Jalisco representa un riesgo de seguridad para el 43.5% de la población, mientras que el Cártel de Sinaloa amenaza al 28.6%.
La radiografía presentada por este estudio es un claro reflejo de la grave situación que enfrenta México en términos de criminalidad y violencia. El país se encuentra sumido en una crisis sin precedentes, en la cual el crimen organizado ha extendido sus garras a lo largo de gran parte del territorio nacional, poniendo en riesgo la seguridad y el bienestar de millones de mexicanos. Es fundamental que las autoridades y la sociedad en su conjunto trabajen de manera coordinada y decidida para enfrentar esta problemática, fortaleciendo las instituciones de seguridad, promoviendo la justicia y fomentando el desarrollo social y económico en las regiones más afectadas por la presencia del crimen organizado.
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